Unas semanas mas tarde...
No recordaba con certeza lo que había ocurrido. No podía decir qué sabía, ni lo que Liam había hecho, pero cuando me lo contaron, sentí náuseas. Creía que Liam era solo un idiota que creía que golpeándome iba a atarme a él, pero jamás creí que fuera a hacer eso. Obligué a Teo y a Mary a que me contaran lo que sabían. Me dolió escucharlo todo. Muy en el fondo deseaba que Liam hubiera acabado conmigo en ese momento. Me ahorraría el sufrir por esos hechos. Los daños que dejó en mí son imperdonables. Quería atentar con mi vida, pero no tenía el valor de hacerlo.
No le encontraba sentido a la vida. Ya no.
Tenía metas antes de que esto sucediera. Tenía esperanzas de que todo iba a mejorar, de que yo iba a cumplir mis sueños. No solo eso, que iba a superarme. Pero ya no tenía esa perspectiva. Lo único que tenía en mi mente eran escenarios en donde yo ya no estaba, donde no sufría ni despreciaba mi cuerpo. Lo había tocado, despreciado como si fuera un objeto, maldito inútil. No me quedaban ganas de odiarlo. Solo tenía dos opciones: acabar con mi vida o intentar ser feliz de nuevo. Pero para mi, de nada servía intentar; él siempre volvía y hacía mi vida miserable. Mi cuerpo no aguantaba. Mi corazón me pedía no seguir. La falta de aire en las noches por el miedo causado de que él entraría por la puerta a terminar lo que dejó pendiente hace unas semanas atrás. Me sentía mal, solo lloraba. No sabía qué hacer. Me veía vulnerable, mi cuerpo y yo en sí, no éramos lo mismo de antes.
A pesar de que el, hacía de todo para hacerme sentir bien, desde pagarme un psicólogo hasta hacer cosas que a mí me gustaban, pero que ya no generaban la misma emoción que antes. Como desempolvar mis discos de vinilos y admirarlos como la primera vez que los tuve en mis manos, o cuando logré comprarme mi cafetera de segunda mano, cada mañana preparaba café, feliz por lo logrado. O hace un tiempo, cuando adopté a Oliver, no tuve nada de tiempo pasado con él, no lo veía. Mary lo cuidaba, yo estaba irritable, no salía de mi habitación.
—Georgy, debes comer algo —Teo se veía preocupado; mis ojeras eran notables.
—No quiero —en voz baja le dije.
—Estás logrando darle el gusto a ese idiota. Estás tumbada en esa cama, llorando sin saber qué hacer, sin comer, y eso te hace mal, ¿sabes? Debes superarlo.
—Tú no lo entiendes.
—Sí lo entien...—
—NO, NO LO ENTIENDES —lo miré; ya sentía que iba a llorar—Si lo entendieras, no buscarías la forma de hacerme salir de aquí.
—Si te entiendo, pero me duele verte así-
—Déjame, es mi vida, no la tuya —me miró y se acercó enseguida, tomándome de las manos.
—Exacto, no es mi vida, es la tuya y vale más, vale más que cualquier otra. No puedo verte así, Georgy-
—Lo siento, Teo, pero no puedo evitar sentirme de esta forma-
—Lo entiendo, pero no puedo verte así —me abrazó—. Tienes que comer algo, por favor, inténtalo.
—Está bien, pero no te prometo nada.
—Eso es mas suficiente para mí.
El resto de mi día se baso en que, luego de almorzar buscamos una pelicular. Exactamente una de la mujer maravilla, mientras buscaba la que teníamos pendiente, Teo preparo una taza de café para mi y una infusión para el. Mas tarde, el sueño me gano y me quede dormida.
Siendo las cinco pm, me desperté y me di una ducha, ya que termine decidiendo aceptar ir a la primer sesión terapéutica. Iba a darle de comer al pequeño Oliver cuando vi que Sophie había llegado, eso me lleno de felicidad ya que llevaba semanas sin verla. —Te extrañe mucho- Declare, sintiendo como mis ojos se humedecían y como si no fuera poco, al mirar hacia fuera, también venia Ethan, el cual hizo que me emocionara mas; Por lo que como pude fui hasta el a abrazarlo.
—¿Y tienes planes hoy?- Ethan verbalizo, mirándome.
—Si, ira a su primer sesión terapéutica- Declaro firme Matthew, acción que me sorprendió pero yo solo asentí por que era así.
—Iremos contigo- Dijo Sophie mirándonos a ambos —Claro si no es problema para ti-
—No hay ningún problema- Una hora después, íbamos de camino a unos consultorios que quedaban en el centro de la ciudad.
Matthew y Ethan fueron a comprar algo para beber, mientras tanto, yo me encontraba sentada en la sala de espera del consultorio, junto a Sophie, ansiosa y con la mirada perdida, mientras el tic tac del reloj parecía marcar el paso lento del tiempo, creando una atmósfera aburrida, donde una expectativa me envolvía en un silencio inquietante. La burbuja de pensamientos exploto cuando Sophie hizo un gesto de sorpresa : —¿Viste la cara de Matthew cuando Ethan te abrazo?- Escuche lo que ella decía sin entender absolutamente nada de lo que decia.
Negue rotundamente ya que por el momento de emoción, no me fije en nada.
—No se, para mi, celos de que el te haya abrazado. Ya que quizás no sabe muy bien que tenemos un vinculo como de hermanos-
El tema del que hablábamos se silencio por completo cuando llegaron ellos dos y a la vez, una señora alta, de contextura delgada, se acercaba a nosotros, diciendo que yo ya podría pasar a mi sesión. Creí que al estar solas, me colapsaría de preguntas; pero me equivoque ya que pregunto cosas... sencillas. Mi nombre, edad, que hacia, a que me dedicaba, que sueños tenia y una que en especial me hizo pensar: —¿Qué opinas sobre poner límites en tus relaciones personales?-
—Considero que es lo que mas me suele costar, ya que en situaciones en las que debo poner limites, me pongo nerviosa o me frustro muy rápido-
—Hazme saber si te incomoda el tema que preciso abordar, pero... ¿te generaba eso que me cuentas, ponerle limites a tu abusador?- Su pregunta no me incomodo en lo absoluto pero fue extraño escuchar "abusador" y no que lo haya llamado por su nombre.
—Nunca logre poner limites, únicamente le pedía que no hiciera nada ni que me lastimara o directamente que no quería mantener relaciones sexuales. Cosa que el jamás respeto-. Comente, con un poco de nervios.
—Bien, eso es todo por hoy. Confírmame por email si vendrás a la próxima sesión, espero puedas sentirte cómoda, todo a su tiempo. Lo que aun no quieras hablar, se te respetara, solo házmelo saber- Me despedí de ella y al salir, tome un respiro ya que era la primer sesión y me sentía algo tensa.
Necesitaba algo de silencio, cosa que todos dentro del coche respetaron. Teo fue el único que hablo, tomo mi mano y agrego: —Me siento orgulloso del gran paso que diste, todos lo estamos- Todos asintieron y sonrieron, cosa que me puso algo sensible, solo pude agradecer por tenerlos a mi lado.
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Al final, ¿caerias conmigo?
Novela Juvenil«Quien diría... Quien diría que una noche lo arreglaría todo. Quien diría que llegarías tu a sanar mis heridas, y sin saberlo yo he curado muchas que monstruos del pasado han dejado. Quien diría que en ese bar, repleto de personas... Tu me elegirás...