Capítulo Trece

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Después de desayunar con Georgy, alguien llamó a la puerta. Era mi madre, con una expresión preocupada en su rostro. Sabía que algo malo había sucedido.

—Tenemos que hablar, hijo - dijo sin rodeos.

Comprendí que quería hablar a solas, y Georgy lo entendió también. Se levantó y nos dejó a solas.

—¿Qué pasó, madre? - pregunté.

—Tu padre se llevó a tu hermana - Murmuro, con los ojos vidriosos.

—¿Estás bromeando? - 

—No, no lo estoy - Respondió con la cabeza gacha.

—¿Hizo algo más?, dimelo todo - Pregunté con furia.

—Golpeó a Alexander - dijo, refiriéndose a. Alexander era u su novio, un hombre justo, todo lo contrario a mi padre. Trataba a mi madre con respeto, lo que mi padre nunca hizo. Lo odiaba con cada fibra de mi ser.

Una chispa de ira se encendió en mí. Tenía una idea que podría cambiarlo todo.

—Tengo una idea - dije finalmente.

—¿Qué es? - preguntó mi madre, sin ánimos.

—Debemos ir a Manhattan. Conozco dos laboratorios donde podríamos hacer las pruebas rápidamente, y él no los conoce - dije con determinación. No quería mencionar que era mi padre. Me daba asco hacerlo. Se llamaba Mark, pero ya no era nadie.

—Tienes razón - asintió mi madre.

—Madre, deberíamos intentar hablar con él y pedirle que nos dé a la niña. Si no lo hace, él tendrá un problema. Alexander todavía tiene los golpes frescos, eso es algo. Y luego podemos presentar todas las denuncias que has hecho. Eso será más que suficiente para demostrar que es un idiota - expliqué.

—Vamos, entonces - dijo mi madre, decidida.

—Ya, vamos-

Antes de irme, fui hasta el patio trasero y vi que Georgy estaba regando las plantas con el pequeño Oliver en sus manos. Estaba radiante y hermosa.

—Ey hola - dijo feliz.

—Hola - respondí sonriéndole. —Tengo que acompañar a mi madre a un lugar, ¿quieres venir o prefieres quedarte?

—Prefiero quedarme, vendrá Sophie y Ethan - respondió Georgy.

Justo en ese momento, golpearon la puerta y mi madre nos avisó. Georgy fue a abrir y dejó entrar a Sophie y a Ethan.

Me acerqué a Georgy.

—Oye, ya tengo que irme. En un rato volveré - la besé en la frente y la abracé, conservando su aroma a rosas en su cabello.

Saludé a los demás y con mi madre fuimos hacia el auto. Ella me miraba de forma divertida, más tranquila después de hablar.

—¿Por qué tan serio? ¿Acaso no te alegra la visita de Ethan y Sophie? - preguntó.

—Ya madre, que bueno que hayan venido - respondí.

—Espera - dijo, tapando su boca y abriendo los ojos. —Estás celoso, o incluso mejor, estás enamorado. Ay mi hijo se enamoró- Esto lo dijo literalmente chillando.

—Claro que no, que tonterías dices - respondí.

—Quizás no entenderé la nueva forma de amar que tienen los jóvenes de hoy en día, pero por la forma en que la miras, con el amor que la tratas, como brillan tus ojos al estar ahí con ella y que estés celoso por qué otro muchacho le dice hermosa, todo coincide - dijo mi madre.

Al final, ¿caerias conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora