Capitulo Treinta y Nueve

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-Y-yo lo siento- Pude notar que todos me miraban con confusión, como si no creyeran lo que había salido de mi boca.

Yo no había querido hacerlo, eso podía prometerlo.

Pero sentía rabia de solo pensar que la había amenazado a Mary, ósea que clase de persona era.
Al fin y al cabo, Mary me cuido como si fuera de su propia hija y me dio todo lo que mi madre no.

Y no, no hablo de lo material, al diablo lo material. Me dio esa contención que jamás había tenido y si, no solo me dio un techo y comida si no también me hizo entender muchas cosas.

Luego de que ella haya aceptado que había amenazado a Mary pude comprender por qué hubieron veces en la que hablo conmigo sobre el volverme independiente -de nuevo con tan solo 13 años-

Y yo le rogaba que me dejara con ella, no quería que el silencio de un departamento me absorbiera de nuevo.

Volviendo a la realidad.

Mi madre estaba parada frente a mi, Matthew estaba al lado mío, los demás ya no estaban.

-Ustedes tienen mucho que hablar ¿bien?, solo y si te sientes cómoda- Musitó el, intentando que el ambiente no fuera tan tenso.

-Y-yo quiero despejar toda duda que tengas- Atrajo mi atención lo que dijo, ella suspiro y siguió hablando -Quiero, hacer esto mas llevadero-

Asentí y salió de la cocina.

Sentí un dolor en la espalda y automáticamente me senté en unas de las sillas.

Ella seguía parada con la vista fija en algún punto en particular.

-¿Por qué?- Dije dolida.

-¿Por qué que?- Respondió ella sin darse vuelta.

-Cual fue la razón por la cual fuiste tan cruel con una niña que solo quería amor y compañía- El nudo en la garganta decía que algo se avecinaba, y no me gustaba para nada.

Ella se sentó frente a mi y cuando capto lo que le decía, recién ahí me miró y respondió: -No lo se- Esa respuesta no aclaraba nada.

-Vamos di algo, justifícate con lo que sea , déjame creer que no eres mala y que debo volver a quererte, déjame tener una puta justificación ante que mi madre me dejaba sola y se iba a otro lugar donde tenía su maldita familia feliz, y no eh, no es solo eso. No me importaba si no me dabas un jodido regalo, yo quería tu contención mamá, tu cariño eso quería, ¿y a ti? te daba igual pensar en como estaría sola-

Ella no decía nada y cuando digo nada es exactamente NADA.

—¿Quieres que siga?... no dices absolutamente nada, bien- Nuevamente se quedó callada.

—La única compañía que tenía, ese peluche hacia mis días mas fáciles cuando tú te ibas, ¿recuerdas esa navidad? dejaste todo a oscuras para que creyeran que no había nadie en casa, y mientras tú eras feliz, yo tenía ataques de pánico. Te importo mierda como estaba yo.
¿Te odio sabes no?,  por qué me has hecho tanto mal y ahora te atreves a venir aquí y mostrarme lo feliz que estás con tus dos hijas y tu marido, genial.

—¿Qué hice mal madre? ¿Era insuficiente para ti?, te hice daño o quizás simplemente no me querías - Lamí mis labios  -Dime ¿tengo que hacer algo para que tus ojos brillen al verme de la manera que brillan cuando miras a Giovanna?, que fue madre lo que hice para que tú me miraras con desprecio-

—Tu padre me obligó a tenerte- Soltó sin más.

—¿El que?- Dije sin entender.

—Georgia, yo no deseaba tenerte y el simplemente me forzó a hacerlo, al cabo de unos cuantos años comprendí que... que tú no eras el problema- Parecía apenada.

—¿Por que ellas si?-

—¿Que?- Musito confundida.

—¿Por que a ellas si las cuidaste?- La confusión abandono su rostro, ahora miraba como si se sintiera culpable.

—No lo se- Respondió, dejando mas y mas dudas en mi cabeza.

—¿No lo sabes?-

—N-no- Dijo ella.

—Que manera de despejar mis dudas y hacer todo mas llevadero- Respondí yo, remarcando las palabras que había dicho unos minutos antes, no puedo explicar el enojo que sentía, todo se volvía tan complicado que el hecho de no saciar mis dudas, me daba demasiados nervios.

—Nunca consideraste que ellas llegaron en el momento indicado y por eso, ¿ellas si y tu no?- "Ellas si y tu no", lo suficiente para terminar de lastimarme, hace unos segundos sentía "enojo" ahora,  no solo me creía mas insuficiente, si no, todo aquello que tenga que ver con verse como una mierda.

—Ellas si, yo no- Comprendí dolida, frotando mis ojos.

Noto lo que había dicho y se mostro arrepentida. 

—No lo quise decir así- Manifestó, intentando acercarse a mi.

—Pero lo dijiste- Mi paciencia se estaba agotando.

-Vete-

-Escúchame por favor-

-Ya escuché demasiado, vete-.

Ella seguía parada ahí como si nada.

-¡Vete! O que eres sorda ahora también- Mis palabras no causaban nada 

Sali de la cocina, mi vista estaba nublada por las lagrimas.

Todos me miraban con preocupación, Matthew intentaba acercarse a mi pero, solo necesitaba estar sola y con todos ellos observándome atentamente como si estuviera loca —Que tanto miran, ya lárguense de aquí- 

Subí las escaleras con poco cuidado.

Era evidente que alguien venia tras mi, pero en estos momentos poco me importaba, solo necesitaba terminar este maldito día que a penas comenzaba.

—Georgia- Matthew me llamaba.

—Ey, ey- Dijo intentando detenerme.

Estaba a punto de girar la manilla de la puerta cuando el, tomo mi brazo suavemente para así, girarme.

—Deja de ignorarme que yo no te he hecho nada- Reclamo, sin subir la voz.

—Es tu culpa, es tu culpa por dejarla entrar. Es tu jodida culpa todo esto- El se mantuvo firme, aunque empezaba a creer que ya se estaba culpando.

—Perdón, lo siento no, n-no es tu culpa solo déjame estar sola, lo siento- Entre a la habitación y le coloque seguro a la puerta y cuidadosamente me senté en la cama.

Y no me hare la fuerte diciendo que no me importo lo ocurrido, ni mucho menos que seguí mi vida como si nada.

No me importo quien me escuchara, ni menos que no sentí murmuros detrás de la puerta.

"Deja de victimizarte" decía ella cuando inconscientemente lloraba en voz alta.

¿Yo me victimizaba?.

Quizás si.

Quizás yo soy la única culpable.

No hago mas que nadar a lo profundo de mis recuerdos, buscando, indagando algo, algo que me diga si yo le hice daño, si provoque angustia en su corazón , algo que me haga ver si yo tengo parte de culpa.

Ya no eran sollozos, eran gritos desgarradores.

Me importa poco que pensaran, así como si yo estaba "exagerando" o solo quería "llamar la atención".

Estaba en mi puta casa y si tenia que gritar por horas lo haría.

Se que me quedé dormida llorando en medio de la oscuridad en la que se encontraba sumida mi habitación y eso me llevo a recordar muchísimas cosas.
Fue como viajar hacia atrás cuando tan solo era pequeña y para mí era costumbre estar a oscuras.

No soportaba la oscuridad, la odiaba.

Al final, ¿caerias conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora