Capítulo 16

30 10 4
                                    

Este es una doble actualización, en caso de que no hayas leído el capítulo anterior pues vaya a leerlo, si ya lo hiciste, continúa.

16._ Batallas y amenazas

Tayden

Ha pasado algo de tiempo, el suficiente como para que el cumpleaños de Emersyn sea en una semana, ahí es donde planeo pedirle que me escoja para casarse conmigo.

¡Esto es tan emocionante, no puedo esperar! Se van a casar y van a tener muchos Taydencitos.

Espera, ¿taydencitos? JAJAJA es lo más estúpido que he escuchado.

La idea no te desagrada, admitelo.

Es cierto, pero yo jamás dejaré que llamen a mis hijos Taydencitos, que vergüenza.

En fin, durante este tiempo he estado saliendo mucho con Emersyn, paseamos a caballo, e incluso nadamos en el río. También le he contado algunas cosas de mi vida así como ella me ha contado acerca de la suya.

Aunque no lo crean está muy entusiasmada, le encanta la idea de convertirse en reina y yo estoy seguro de que será la mejor de todas.

Y volviendo al tema de su cumpleaños, estoy pensando que puedo regalarle, y para eso me están ayudando Caelum, Camelum, Eldora y Hughes, que han venido a visitarme y ahora estamos todos en mi habitación. Caelum está sentado en una silla, Hughes está a su lado en un pequeño sofá, Eldora está en un extremo de mi cama, acariciando el pelo de Camelum, que esta sentado en su regazo con su forma lobuna, y yo estoy recostado en el cabecero de mi cama.

—Podrías regalarle un vestido —sugiere Caelum.

—Tiene demasiados, además cualquiera podría regalarle uno —refuté, desechando la idea.

—Tal vez un caballo nuevo —añadió Eldora.

—Nah, no la dejan cabalgar, además ella ya tiene a Nieve.

—Podrías proponer tú algo, ¿no crees?

—¿Qué es ese sonido?

Me levanté y caminé hacia la ventana, se escuchaba el sonido de muchos carruajes a la vez, y a la gente del pueblo corriendo y dando gritos.

Sí eran carruajes, de estos bajaron al menos una docena de hombres con cara de muy pocos amigos.

—¿¡Dónde está aquel que hace llamarse hijo de Sir Martimus!? —exclamó el que parecía ser el líder, mientras la gente del pueblo se iba a esconder en sus casas.

Me volví a mis amigos, los gemelos estaban dispuestos a pelear, Eldora se veía asustada y Hughes también, sólo que lo disimulaba.

—Quédense aquí, protejan a Eldora y de ser necesario a Hughes, yo iré a ver que quieren ellos —declaré con voz firme, mientras tomaba mi espada.

—Es un suicidio —intervino Caelum —, esos sujetos están armados hasta los dientes, tú ni tu armadura llevas.

—No hay tiempo de ponerse la armadura, quédense aquí y punto, es a mí a quien buscan.

Los pasadizos del castillo [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora