Capítulo 33

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33 (Penúltimo). Una guerra a la vuelta de la esquina

Tayden

Sigo muy enojado cuando bajo al calabozo y todos vienen detrás de mí, incluso Linnaea ha pedido venir aunque se lo he negado, muchos dicen que es igual de terca que su madre, y no me cabe la menor duda.

No puedo creer que esto haya pasado, de sólo pensar que esto haya acabado en una tragedia con mi pequeña me hace querer ir a quemar Sylvain hasta los cimientos.

Me quedé de piedra cuando vi a Anwir, fue como volver a ver a Daileass cuando éramos  jóvenes, hace muchos años que no sabíamos nada de él, y creo que bajamos demasiado la guardia.

Estaba fuera de mí cuando mis sobrinos vinieron diciendo que alguien había tratado de hacerle daño a Linnaea, creo que empujé demasiado fuerte a Badir cuando pasé por su lado, no recuerdo nunca haberme enojado tanto.

Al entrar al calabozo me encuentro con Anwir arrodillado en el suelo, le han esposado las manos y tiene los tobillos atados a la pared con cadenas, todo su cuerpo tiembla e incluso parece estar llorando, ni siquiera levanta la vista cuando le hablo.

—Supongo que no debería preguntar quién te ha enviado —empiezo.

—Mi padre, el rey Daileass —dice entre sollozos.

—Mi hija ha dicho que le has pedido perdón, no preguntaré si eso es cierto porque sé que mi hija no mentiría, mucho menos por ti, mi pregunta es ¿Por qué lo has hecho?

—Yo no quería venir aquí... Yo nunca le haría daño a nadie, mucho menos a su majestad, me han obligado a hacerlo por favor créame —levantó la vista, y parece ser sincero, puedo ver la desesperación en sus ojos, sólo es un chico, y puedo ver que la maldad que tiene su padre no está en él, o al menos eso creo.

—¿Con qué te ha obligado? —preciso saber.

—Usted sabe... Que mi padre devora a la gente de nuestro reino, por la profecía que está sobre él.

—Sí, lo sé perfectamente.

Como olvidar cuando quiso achicharrarnos vivos.

—Conforme pasa el tiempo devora más y más personas, incluso a mi madre, una pobre mujer que no conocí, y a quien obligó a darle un hijo. Entonces ahora —hizo una pausa, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, volviendo a parecer un niño asustado —. Ahora ha descubierto que me he enamorado de una doncella, y me ha amenazado diciendo que también la asesinará si no cumplo con mi objetivo, y he fallado terriblemente.

Me sentí mal por él, me pareció que decía la verdad, me volví a ver a los demás que estaban escuchando fuera de la celda y ellos también parecían creerle.

—Aún no sabe que has fallado, es demasiado pronto para que se riegue la noticia, podremos ayudarte.

—No... Usted no lo entiende —me miró, luciendo derrotado —. Mi padre ha puesto un embrujo sobre mí, con ayuda de un hechicero, que nos conecta, cuando él quiera puede apoderarse de mi mente, ver lo que yo veo y escuchar lo que yo escucho, y viceversa.

—¿Lo está haciendo en este momento? —pregunté, tratando de no lucir alarmado.

—No pero... —abrió mucho los ojos, luciendo completamente aterrado —. ¡No! ¡NO!

Se llevó las manos a la cabeza como si quisiera sacarse algo de ella, se tiraba del cabello y gritaba, comprendí que no podía significar nada bueno así que ordené que los chicos se fueran. Hughes entró a la celda también y nos quedamos mirando a Anwir.

Los pasadizos del castillo [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora