Extra #1 El Rey Barclay, la Reina Ebony, y la princesa Emersyn

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Hace muchos años, cuando nuestra historia no estaba cerca de empezar, en Camalot, había un rey, muy viejo y un tanto testarudo, con un carácter tan aborrecible que nunca se casó, ni tuvo algún heredero, lo cual era un problema ya que su familia había estado en el trono desde siempre, y su linaje terminaría con él, sin embargo, este rey era especialmente amable con sus sirvientes, en especial, con un joven muchacho, llamado Barclay.

Este muchacho se ganó la confianza del rey en muy poco tiempo, llevaba trabajando en el castillo toda su vida, pues nunca conoció otra manera de vivir, el rey confiaba tanto en él, que incluso le pedía consejos cuando tenía algún dilema real.

Pero Barclay no sólo trabajaba en el castillo, también trabajaba en casa de una de las familias más pudientes del reino, los Brangwen. Esta era una familia numerosa, por lo que Barclay tenía mucho trabajo. Sin embargo, el joven disfrutaba particularmente de trabajar allí, por la compañía de una de las hijas de los Brangwen, Ebony.

Ambos eran los mejores amigos desde hace mucho, pero lo mantenían en secreto, a Ebony le preocupaba que su padre lo echara de la casa, y no poder seguir viendo a su querido amigo, pero con el paso de los años, esa amistad se convirtió en miradas intensas, abrazos más largos de lo usual y conversaciones de madrugada a la luz de las velas, donde a veces, y solo a veces Barclay podía sentir la suavidad de las manos de Ebony entre las suyas, cuando le susurraba al oído algún secreto.

Pero no todo podía ser bonito, ¿Verdad?

Una vez, Barclay se armó de valor e invitó a Ebony a escaparse con él esa noche, no para siempre, solamente irían a alguna taberna del pueblo a divertirse un poco, y volverían antes del amanecer, a ella le pareció una idea magnífica, y cuando la luna estaba en su punto más alto, ambos amigos salieron por la puerta de los sirvientes.

Esa velada fue maravillosa, bailaron, corrieron por el bosque e intentaron contar las estrellas del cielo, no importaba que hicieran, ambos pensaban que era maravilloso sólo porque se tenían el uno al otro.

Entonces Barclay se armó de valor y le dijo a Ebony lo que sentía por ella, que de algún modo se había enamorado, que seguía trabajando en su casa a pesar de tener un buen trabajo en el castillo sólo para poder verla todos los días, y le pidió perdón, si ella no sentía lo mismo y si con eso llegaba a arruinar su amistad. Lo que nuestro joven amigo no se esperaba, era que Ebony se iba a lanzar a sus brazos y a besarlo, y luego decirle que llevaba casi toda su vida esperando ese momento.

Pero como dije, no todo puede ser bonito.

Cuando regresaron a la casa entraron en silencio, no había ninguna vela encendida pues todos estaban durmiendo, Ebony le susurraba lo bien que se la había pasado, y Barclay, contento, se acercó a darle otro beso, cuando alguien encendió un candelabro a sus espaldas, el señor Brangwen.

—Padre... No es lo que parece, sólo estábamos...

—¡Cállate! —interrumpió en señor Brangwen, mirando con rabia al joven.

Barclay no intentó explicarse, sabía que no tenía oportunidad, él sólo era un sirviente, y los sirvientes no deben rebelarse contra sus jefes.

Así que no dijo nada, no abrió la boca cuando el señor Brangwen le dió el primer golpe, ni cuando le dio los demás, lo que más le dolía eran los gritos y súplicas de Ebony pidiéndole a su padre que lo dejara. Cuando por fin los golpes se detuvieron, el señor Brangwen lo levantó del cuello de su ropa y lo llevó fuera de la casa, lo tiró al suelo y le advirtió que si volvía a acercarse a su hija, el mismo acabaría con él. Y cerró la puerta.

A Barclay le costó levantarse, le dolía el cuerpo, la boca le sangraba y el pómulo también, adentro de la casa aún se escuchaba la discusión de Ebony con su padre. Él suspiró, miró la casa una vez más y caminó lejos de ahí, en dirección al castillo, un momento después, se dio la vuelta pues escuchó que alguien venía hacia él, se trataba de Ebony, que corría hacia el mientras lloraba, ella lo abrazó fuerte y él hizo lo mismo.

Los pasadizos del castillo [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora