Capítulo 27

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Estaba en la biblioteca haciendo la tarea que había fallado hacer el día anterior, mientras que esperaba a que Megan se apareciera. Ya se acercaban los finales, por lo que había cada vez más afluencia en la biblioteca, pero aún no era demasiado concurrida. Podría seguir siendo nuestro refugio, un espacio seguro para hablar de los temas que nadie creería.

Mi mejor amiga, afortunadamente, no tardó demasiado tiempo más en aparecerse. Como solía hacerlo, dejó caer su mochila al suelo y se sentó frente a mí. Su cabello moviéndose como una ola oscura, pero se acomodó perfectamente cuando tomó asiento. Desde que había vuelto a la escuela, había levantado varias miradas, no solamente de alumnos o alumnas atraídas a su increíble belleza, sino también varios profesores la veían de manera diferente. Se podía notar un cambio en ella, no solo en la manera en que lucía, sino también en su forma de caminar, de moverse, con tanta gracia como la de una bailarina sacada de una fantasía.

- Dios, no sabes... — Comenzó. — La maestra de cálculo hizo un examen sorpresa que, ¡valdrá un cinco por ciento de la calificación! Si Jennifer no estuviera murmurando todo su examen, no sé que habría sido de mi alma. — Sonreí un poco. Tenía que admitir que esa era una forma única de copiar.

- Afortunadamente tienes un súper oído. — Comenté, lo que le hizo sonreír con orgullo. Que se sintiera feliz, orgullosa de ser una vampira, me reconfortaba. Nunca la había visto tan vivaz.

- Desafortunadamente Jennifer solo tiene cálculo conmigo. — Agregó en tono burlón. Luego alzó sus cejas, algo había venido a su mente de pronto. — ¡Ah! Estaba revisando anoche, porque estoy emocionada por nuestro a Francia y encontré varios tours que seguro te van a gustar, son para ver varios sitios históricos... Y estuve leyendo que necesitaríamos unos tres días para conocer todo el Louvre, pero obviamente iremos tres días si se necesitan. — Comenzó a balbucear, estaba llena de emoción que a duras penas podía contenerla. Sus ojos se iluminaban con una ilusión similar a la de una niña pequeña. Tomé una larga bocanada.

- Megan... Hablando de Europa... — Solo necesitó escuchar mi cambio de tono de voz, para darse cuenta de que era algo serio, así que comencé a hablar. Le dije lo que me había contado Alaric hacía menos de veinticuatro horas, luego lo que pasó después cuando fui a la mansión Rhode para decírselo a ellos. Y también le expliqué lo que habían decidido hacer y aunque de verdad quería pensar que no debía de ser algo que nos pudiera preocupar en serio, algo en mis entrañas me decía que no sería así. Solo que claro, eso último no se lo mencioné a ella.

Se quedó en silencio y bajó la mirada. Frunció el ceño y se quedó absorta en sus pensamientos. Al menos estaba tranquila al saber que podría decírselo completamente a ella, no tendría que censurar ninguna palabra. Con mi madre había sido distinto, ya que ella me había insistido que le contara. No le mentí, por su puesto, pero traté de convencerla que se trataba de quizás algo entre hombres lobo, eso por si solo ya le daría mucho en que pensar.

- Pues... — Murmuró después de varios segundos. — Me parece terrible... Digo, aquellas personas que están desapareciendo. — Me miró a los ojos y noté su semblante bastante sombrío. — Cuando tenía el vínculo con Marianne y podía escuchar sus órdenes, era horrible, porque aún estaba mi conciencia, solo que yo no podía hacer nada. — Sus brazos rodearon su pequeño cuerpo y se recargó en el respaldo de la silla. — Si eso es lo que les están haciendo, es terrible.

- Lo sé...

- Están utilizando a personas de la misma manera que Marianne lo hacía. — No necesitaba decírmelo, eso lo sabía bien. Esa era una de las razones por las que quería llegar al fondo de todo. Odiaba pensar que estuvieran utilizando a personas inocentes para convertirlas en dios sabrá qué y obligarles a pelear y morir. — Si crees que llegáramos a entender qué está pasando y porqué, ¿pudiéramos hacer algo para intervenir? ¿para impedirlo? — Di un largo respiro. Ahora fui yo quien bajó la mirada al suelo.

Mayheim - Transfusión parte IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora