Es momento de encontrar su camino. Al menos eso es lo que Merrick piensa, así que tendrá que vencer todos sus miedos y descubrir que es lo que quiere en verdad; si se rendirá a la oscuridad o huirá de ella.
Pero, ¿podrá hacerlo mientras que todo a...
Este capítulo va dedicado a @GaleyYteo porque escribió uno de los comentarios más lindos que he leído y porque ayer fue su cumpleaños... Así que este capítulo es tu regalo, espero que te guste.
Y quiero decirles que sus comentarios siempre me alegran el día, amo leerles. Sin ustedes no estaría aquí.
Esta historia es de ustedes
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De pronto mi miedo se había vuelto encontrarme con Megan. Sabía que si había mantenido silencio hasta haora era porque esperaba a que yo dijera algo, pero no sabía como comenzar. Lo cierto es que mi mente había estado tan ocupada últimamente que no podía pensar en algo tan banal como la fiesta de Halloween que estaba organizando el cómite escolar, además de que ahora cobraba todo un nuevo significado. Sin poderlo evitar terminé recordando todo lo que había pasado el año pasado, ese suceso fue uno de los más importantes en cambiar todo en mi vida. Así que, ¿cómo podía tomarlo? No podía simplemente estar como si no hubiera sucedido nada, no podía pensar en disfraces y ponche con dedos de gelatina. O quizás eso era lo que más necesitaba... Un poco de distracción.
Busqué a Megan en la cafetería, que estaba llena de adolescentes hablando por todas partes. Esa era una imagen muy normal y sin nada en especial. Solo se trataba de otro día más en sus vidas, seguramente cuando crecieran, cuando fueran a la universidad, no recordarían lo que comieron ese día ni de que hablaron con sus amigos. Sus vidas eran simples, pero bellas de alguna manera. Su única noción de la oscuridad era por los cuentos y leyendas, no podrían darse cuenta de que en ese mismo pueblo estaban viviendo unas criaturas sobrenaturales y jamás conocerían nada más peligroso que un humano. Admiré la belleza en esa dulce ignorancia, pero por primera vez en mucho tiempo, no la envidié.
Finalmente encontré el cabello de mi amiga, estaba mirando algo en su teléfono, sin prestar mucha atención a su entorno. De cierta manera me sentía muy orgullosa al saber que podía estar en un lugar tan concurruido sin ningún problema. Incluso Lionel llegó a mencionar que el autocontrol que tenía era increíble, que no conocía a ningún vampiro tan jóven que fuera capaz de soportar el aroma de sangre humana de la misma manera. Pues es que es más que obvio que no conocía a mi mejor amiga, no había nadie como Megan.
Me acerqué con cuidado de no hacer mucho ruido, mezclándome un poco entre el gentío, pero poco antes de que llegara a la mesa, Megan alzó la vista y bajó su teléfono. Yo puse mi mochila sobre la mesa y me senté en una de las sillas.
- Creo que se ha vuelto imposible sorprenderte. — Dije un poco molesta, pues antes adoraba meterle sustos cada que podía.
- Te escuché desde que pasaste la segunda mesa. — Respondió ella con una sonrisa de triunfo.
- La próxima vez haré ese truco con mi corazón.
- No fue tu corazón, fueron tus zapatos. Rechinan. Deberías de conseguir unos nuevos. — Bajé la mirada a mis zapatillas de lona. Yo no les veía nada de malo. Sí, la suela estaba un poco rota, pero eran cómodas. Me encogí de hombros.
