Capítulo 15

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Desde esa noche en la que Jordan se apareció en mi casa, no había vuelto a tomar mi espada. Cada que lo hacía, recordaba lo que había hecho con esta y sentía que me convertía en algo que no quería ser, pero esa horrible pesadilla me hizo darme cuenta de que la necesitaba si es que quería proteger lo más importante para mí, si es que quería que mi madre estuviera segura.

También pareció tomarle por sorpresa a Garreth, pero no dijo nada, incluso parecía emocionado por enseñarme. Solo que insistió que como calentamiento deberíamos de correr como lo hacíamos todas las mañanas.

Cuando regresamos, él entró a la casa y se tardó un par de minutos, pero regresó portando su espada, esa que había visto solo una vez antes. Era del mismo tamaño que la mía e incluso si las poníamos lado al lado, parecían gemelas. La única diferencia es que la suya tenía grabado su nombre y claro, yo no podía tocarla.

- Bien, lo primero que debes de hacer es pensar que es una extensión de tu cuerpo, de tu brazo. — Comenzó a explicarme. — No la muevas como si fuera simplemente un arma, porque no lo es. Es tu compañera y parte de ti, ¿entiendes? — Yo asentí. — Bien. Tienes que sostenerla con fuerza, porque aunque no parezca pesada, puedes hacer que se te disloque el hombro. Creéme, me pasaba mucho al principio. — Sonrió cuando pareció recordar. — Primero usarás las dos manos, coloca tu mano dominante arriba y abajo irá la otra, así. — Me mostró rápidamente, solo que en su caso la mano superior era la izquierda. Lo único que hice fue invertir la posición. — Sosten fuertemente la espada con la mano de abajo, la de arriba no la usarás para atacar, sino más bien para darle dirección. — Yo estaba muy atenta de sus explicaciones, pero era un poco difícil concentrarme pues cuando sentía la espada en mis manos, sentía casi como si esta me transmitiera su energía. Estaba contenta de estar conmigo otra vez y ansiaba ser usada. — Ahora, usaremos la posición de los pies como cuando lanzamos cuchillos. — Afortunadamente atendí a su explicación. Él se puso en la misma posición que yo conocía, solo que invertida ya que aparentemente era zurdo o simplemente tenía mayor dominio con su mano izquierda. — Vas a avanzar así, colocando la espada frente a ti, pero siempre separada de tu cuerpo y las manos a la altura de tu punto de equilibrio. De esta manera podrás usarla. Mira bien. — Comenzó a dar pasos hacía adelante, moviendo su espada de arriba abajo y ocasionalmente ladeándola. Despues de recorrer varios metros se detuvo y se giró. — Bien, ahora es tu turno.

Tomé una gran bocanada de aire y comencé a avanzar, cortando el aire con mi espada. Cada vez que la blandía, sentía como si esta temblara y buscara más acción. Su energía me recorría desde los brazos hasta mis piernas y podía percibir la fuerza con la que apuñalaba a la nada. Sin darme cuenta comencé a sonreír. Poco antes de llegar hasta donde estaba Garreth, alcancé a ver un movimiento con un fulgor plateado, así que lo detuve con mi propia espada. Cuando las dos armas chocaron, sentí de nuevo otra descarga de energía.

- ¿Cómo lo harías con un oponente? — Su espada se alzó y volvió rápidamente hacía mi dirección, solo que inclinada levemente. Yo solo moví mis muñecas para que mi propia espada me protegiera y cuando la suya hizo impacto, sentí de nuevo la ola de energía. Mi sonrisa se hizo más grande. — Te gusta, ¿cierto?

- Siento como si estuviera viva...

- Está viva. — Dijo Garreth con una sonrisa. — Lo que la hace tan potente es tu propia energía. ­— Dio un par de pasos hacía atrás y bajó el artefacto plateado. Se me quedó mirando en silencio por lo que me pareció un larguísimo rato. — Al principio a mí me daba miedo usarla, pero en ti tiene otra reacción.

- Bueno, me daba miedo tomarla...

- Sí, porque la primera vez que la usaste no sabías que hacer con ella. Ahora tú tienes el control, no la espada. — Ladeó la cabeza y frunció un poco el ceño. — ¿Será? — Pareció preguntarse a sí mismo y cuando su mirada conectó otra vez con la mía, él prácticamente se me arrojó encima. Esta vez no me advirtió cuando blandió la espada.

Mayheim - Transfusión parte IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora