Capítulo 33

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¡Hola de nuevo!

He vuelto a aparecer y estoy emocionada por seguir adelante con la historia. De verdad que no saben lo que se viene...

Cada vez quiero más  Garreth! Sé que ya tiene rato que salió una actualización para whatsapp que incluye un emoji haciendo un slaudo militar y AMO usarlo, me imagino que sería el emoji favorito de Garreth.

Solo les quería decir ese dato curioso y ya jaja

P.D Extrañaba escribir a Alaric, así que tenía que rendirle tributo de alguna manera!

Garreth me consiguió un trapo que encontró dentro de la bolsa de lona, para que yo pudiera colocármelo sobre la nariz

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Garreth me consiguió un trapo que encontró dentro de la bolsa de lona, para que yo pudiera colocármelo sobre la nariz. Olía demasiado a aceite de auto, pero prefería ese olor, a la peste que se desprendían de las criaturas.

Él encontró una tumba que había sido cerrada recientemente. No le costó nada, con una extraña habilidad pudo señalar al lugar correcto y con eso comenzamos a cavar, cavar y cavar hasta que diéramos con la caja de madera del recién fallecido. Después tuvimos que regresar por las criaturas y arrastrarlas hasta el agujero que habíamos hecho. Entre ambos cargamos los restos para arrojarlos a la tierra revuelta. Lo último en caer fue un enorme brazo que tuve que aventar. Garreth sacó un botecito de metal de una bolsa de lona y vertió el líquido sobre los cuerpos. A pesar del trapo que me cubría la cara, pude percibir el aroma de la gasolina. Luego él encendió un paquete de cerillos baratos y los arrojó también. Enseguida un par de enormes llamas lamieron el agujero, pero di un salto hacia atrás cuando vi que se coloreaban de morado.

- Son extremadamente inflamables esas cosas. — Pareció que él quiso explicarme. Recobré la compostura. — Ya puedes quitarte el trapo. Ya casi no huelen. — Alcé una ceja y confié en él. Jalé de la tela para que cayera a mi cuello. Era cierto, ya no olía a putrefacción, ahora olía a carne quemada. Alcé la vista al cielo estrellado, pensé que quizás comenzaría a amanecer dentro de un par de horas. ¿A qué hora comenzaría el primer turno del cementerio?

El fuego continuó por varios minutos, hasta que poco a poco comenzó a sofocarse por sí solo, fue entonces que me atreví a echar un ojo y solo alcancé a ver una masa oscura, parecían ramas quemadas. No había pista de que se trataran de algo que alguna vez habían sido unas terribles criaturas que devoraban cadáveres y que tomaron las vidas de unos pobres niños.

- Hay que regresar la tierra en su lugar. — Indicó, Garreth. — Anda, ayúdame. — Resoplé y con muy pocos ánimos tomé la pala una vez más.

- Creo que prefiero pelear con ellos. — Murmuré, lo que le causó una risita.

- Igual yo. Pero es parte del trabajo. — Con la pala arrojó un poco de piedra de vuelta al agujero, todavía no se terminaba de sofocarse todo el fuego. — Es todo glamur, ¿cierto? — Bromeó. Yo sonreí también.

La tierra comenzó a caer otra vez y fue así como finalmente se terminaron de apagar las llamaradas moradas. Rellenar el agujero nos tomó más que lo que nos había tomado hacerlo, quizás porque ninguno tenía muchos ánimos, además de que el cansancio comenzaba a pasar factura.

Mayheim - Transfusión parte IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora