Capítulo 28

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De pronto se me fue el hambre. Incluso ver la comida en mi plato me causó una increíble repulsión. Hice un gran esfuerzo para aguantar las ganas de vomitar. Miré a Garreth, que se acercaba a mí, sus cejas alzándose sin comprender la palidez de mi rostro. Si antes había pensado en volverme una cazadora, ¿por qué de pronto me sentía así? Tragué saliva y se sintió como si hubiera tragado una bola de espinas. Garreth se sentó frente a mí, yo podía ver que su boca se movía, pero no era capaz de entender que era lo que decía. Cerré los ojos y tomé una bocanada de aire, dos y tres más. El latir de mi corazón se calmó un poco y volví a escuchar.

- ¿Cómo sabes? — Pregunté con un hilo de voz.

- Antes llamé a algunos amigos, me llamó uno de ellos diciendo que tenía algo que podía interesarme. — Por fin lo miré. La sangre poco a poco me iba volviendo al rostro. — Dijo que estaba por ir a Olympia en Washington porque encontró un caso y cuando supo que yo estaba relativamente cerca, me lo pasó. — Yo enarqué una ceja mientras que trazaba un mapa en la cabeza. El viaje a Olympia era de alrededor de cuatro horas al norte. Eso no me parecía tan cerca. — Él estaba en Nevada. — Agregó, respondiendo a mi pensamiento. Y tenía un poco de sentido.

- ¿Y de qué se trata? — Mi voz sonaba áspera, como si tuviera un desierto en mi garganta. Él suspiró.

- Hubo varios reportes de profanaciones de tumbas, los cadáveres los han encontrado por la mañana, desparramados por ahí. Algo ha estado escarbando los sepulcros, para devorar la carne putrefacta. — Volví a quedarme callada, de momento no alcanzaba a entender. Podría ser algún animal, seguro.

- ¿Y por qué eso le interesaría?

- Los ghouls son monstruos necrófagos, Merrick. — Me explicó. La palabra sonaba levemente conocida, pero no la tenía asociada con ese concepto.

- Okay, eso sin duda es asqueroso. ¿Pero por qué hay que cazarlos?

- Usualmente no son un gran problema... Solo que se vuelven violentos si los sorprendes alimentándose, además de que llegan a alimentarse de niños y una vez que los prueban, no hay marcha atrás. — Con eso comenzaba a comprender. Eran peligrosos para cualquiera que deambulara por ahí. — Hay reportes de siete niños desaparecidos tan solo este mes, junto con los reportes de profanación de tumbas, no hay duda. Hay uno de esos en Washington.

- Vaya... — Solté un suspiro. Garreth se puso de pie y se sirvió algo de la comida que acababa de hacer. Yo miré mi plato con pocos ánimos. Mi mente se fue en esos niños desaparecidos y el terrible destino que enfrentaron. Poco después el rubio volvió a sentarse y comenzó a comer como si no hubiera soltado una bomba. Solo que luego pensé que él ya estaba acostumbrado. Podía hablar de necrofagia y comer sin problemas al minuto siguiente. — ¿Cuándo quieres salir?

- Bueno... — Dijo mientras que se llenaba la boca con la comida. — Pensaba que podríamos salir mañana temprano. Le prometí a Frank que le dejaría los materiales a las siete, podría dejárselos un poco más temprano. Así podríamos llegar a Olympia antes de medio día, investigar un poco el sitio... Hacer lo que tenemos que hacer y regresar el domingo. — Volví a quedarme perpleja. No me habría imaginado que una cacería podría tomar un solo día.

- ¿Tan rápido?

- Es un ghoul, no es la gran cosa. Es excelente para tu primera cacería. — Dijo sin preocupación, limpiándose el rostro con una servilleta. — Solo... — Hizo un chasquido con la lengua y un ademán con su pulgar, pasando este de manera horizontal frente a su cuello. Dejó clarísimo a lo que se refería. — Luego quemarlo, ¡y listo! — Sus mejillas seguían tan llenas como los de una ardilla. — Esto está buenísimo, por cierto. — Tragó y se aclaró la garganta. — Bueno, no será tan fácil. Si se alimentan de los vivos, son un poco más fuertes. Pero no es nada que tú y yo no podamos resolver.

Mayheim - Transfusión parte IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora