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La campana sonó indicando que la jornada de clases había llegado a su fin, dando así la fuga de varios estudiantes a sus respectivas casas o a otros lugares como lo vendría siendo un rubio, un pelirrojo y un chico de ojos dorados quienes se dirigían a su ensayo; sin embargo, otro grupo de tres personas estaba saliendo recién del pasillo antes de ir a sus respectivas actividades.

—Chicos, les quería decir algo. —dijo emocionado el chico más alto de los tres. —Bueno, invitarlos a algo. —se alzó de hombros.

—Uy, ¿a qué? —sonrió grande la única chica del grupo, destacando un brillo en sus bellos ojos marrones.

—Digamos que gracias a mi hermano conseguí ciertos pases a un club. —comenzó con su mentira, procurando no decir nada que lo delatara de la realidad.

—¿Un club? —preguntó un chico pecoso, alzando su mirada para ver al de anteojos. —¿Y qué club?

—Plus Ultra.

Ante esa contestación, los ex novios abrieron levemente la boca por la sorpresa, ¿lo decía en serio? ¿Plus Ultra? ¿Ese famoso club que ha dado de que hablar desde que abrió gracias a sus eventos, la gente que asistía y lo económico en parte que era? ¿Ese mismo club?

—¿¡En serio!? —preguntó emocionada la castaña, reemplazando su cara de sorpresa a una gran sonrisa.

—¡Claro! Son pases para el 15 de febrero.

—¡Pero...! —exclamó de repente el peliverde. —¿Qué no ese club es para mayores de edad? —arqueó una ceja.

—Bueno, si tienes el pase no te piden identificación. —se alzó de hombros. —Si la persona que sacó los pases es mayor de edad, entonces los invitados no importan, automáticamente asumen que también eres mayor de edad.

—Pero...

—¡Vamos, Deku! —exclamó la chica. —Estamos hablando de Plus Ultra, ¡es el club más famoso de la ciudad!

—P-Por eso mismo, Uraraka. —protestó. —Claro que me gustaría, pero han dicho un montón de cosas de eses lugar... el otro día dijeron que un asesino había estado ahí, ¡ay no! De verdad aprecio mucho la invitación pero no creo ir.

—Te espantas mucho, Midoriya. —dijo entre risas el peliazul. —No es tan malo como parece, todo lo que dicen en internet es pura falacia.

—¿T-Tú ya has ido, Iida? —preguntó nervioso Deku.

—Eh... mi hermano sí, me ha contado. —mintió nuevamente, acomodándose mejor sus anteojos. —¡Será divertido! P-Pueden invitar a alguien más si quieren también.

—Pero... si invitamos a alguien, ya tendrían que hacer fila, ¿no? —preguntó Uraraka, pensando en quien invitar.

—¡Para nada! Mi hermano se vio muy generoso, también compró pases extra; la verdad es que siento que amigos suyos le cancelaron y por eso me dejó invitar a quien quiera. —mintió nuevamente.

—Yo... —el pecoso lo estaba pensando, ¿en verdad sería una buena idea? —Te aviso, tengo que preguntarle a mi jefe si me dejaría faltar ese día al trabajo. —dijo. —Porque es en sábado, ¿no?

—Así es. —sonrió.

—Te confirmo entonces, porque me tocan turnos nocturnos los viernes y sábados. —explicó. —Y también te aviso si invito a alguien, la verdad es que no creo.

—Claro, me avisan y nos ponemos de acuerdo. Aún falta una semana a fin de cuentas. —se encogió de hombros. —Bueno, me tengo que ir, ¡los veo mañana!

—Bye, Iida. —se despidieron al mismo tiempo los antiguos novios.

Tenya se encaminó con pasos veloces hacia la salida de la escuela mientras que el rizado y la chica de pelo castaño se quedaron pasos atrás, no les faltaba tanto para llegar a la salida de la escuela pero tampoco tenían prisa alguna de irse.

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