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Claramente la banda se encontraba en un problema, aunque bien, el problema no era en conjunto como tal, pero temían de la separación de su grupo musical solamente porque la ahora ex pareja no pudo separar lo personal a su obligación.

Después de aquella discusión en el recinto donde tocarían, Bakugo salió disparado hacia su hogar llevándose su auto y sin dejar que Kirishima lograra hablar con él. Más tarde esa noche decidió marcarle al pelirrojo para ofrecerle una disculpa por el abandono que les hizo pasar a los guitarristas y charlaron un rato, pero bien, omitiendo el tema de hace unas horas porque el rubio cenizo parecía no querer hablar de ello.

Kaminari fue quien se quedó junto con el bicolor en su tristeza, brindándole un hombro para sollozar y diciéndole con palabras suaves que él estaba ahí en caso de que necesitara hablar o lo que sea. Todoroki terminó desahogándose con el guitarrista, le dijo que se arrepentía y que seguramente por su culpa todo se iba a ir a la mierda a lo que recibió las mismas palabras de siempre: "trata de recuperarlo", ¿pero es que qué más podía hacer? Lo cierto es que no había otra vía de escape, solamente podía enfrentar el problema en vez de darle vueltas.

Aunque era demasiado tarde según él.

Ellos tres terminaron teniendo ensayo ese día, pues aunque les faltara un integrante muy especial tampoco es que pudieran tirar por la borda todos esos meses de ensayo que se verían reflejados en un lapso de dos meses, al menos eso esperaban.

Los guitarristas platicaron entre ellos y le comentaron al vocalista que querían hablar con Bakugo y que sería mejor que lo hicieran a solas por lo que el domingo no se verían para ensayar, si no hasta el martes ya que los lunes siempre eran agotadores para el de cicatriz debido a sus labores.

Así que ahí estaban los tres amigos de la preparatoria, había salido primero como un plan tranquilo donde fueron a comer hamburguesas mientras hablaban como si no hubiese una problemática, aunque después fueron al hogar de Kaminari donde terminaron hablando del asunto que había ocurrido hace apenas tres días.

Katsuki estaba molesto y bastante triste, esos pocos días había pensado muchísimo en lo que quería hacer y lo cierto es que siempre llegaba a una sola conclusión que le lastimaba más que a nadie por el hecho de que perdería algo que en verdad necesitaba además de básicamente caer en traición a sus amigos cosa que hizo cierta bajista hace ya unos meses, pero bien, tampoco se podía quedar a contemplar su dolor y esperar a que todo saliera de maravilla como si no se estuviese muriendo por dentro.

—Lo siento, en verdad, pero voy a dejar la banda. —sentenció con la mirada baja.

—Bakugo, escucha lo que dices. —habló el pelirrojo. —E-Esto es importantísimo para ti, no puedes dejarlo así porque sí. —trató de convencer. —¡Piensa en todos estos meses en los que trabajaste duro!

—¿Tú piensas que no me jode este asunto? —lo miró con ojos cansados. —Yo... lo pensé bien, ¿de acuerdo? No hay otra manera.

—Pero sí hay otra manera. —intervino el de mechón negro. —Bakugo, si tan sólo...

—¿Si tan sólo qué? ¿Hablara con Shoto? —rió desganado. —Les irá bien en el concurso, créeme que quisiera compartir el escenario con ustedes, pero es sólo que... —suspiró. —No puedo, con tan sólo pensar en él quiero llorar. —mordió su labio inferior. —Y obviamente sacarlo no es una opción, así que mejor yo me voy.

—Tampoco es una opción que tú te vayas. —dijo Eijiro. —Te necesitamos, Bakugo, ¡tú también necesitas esto! Hazlo por nosotros...

—Siempre hay otra opción para hacer las cosas. —dijo el otro guitarrista.

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