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—Shhh... guarda silencio...

La pareja ya había llegado hace aproximadamente media hora al hogar del rubio cenizo. Habían entrado con cuidado aunque emitiendo alguna que otra risa torpe porque se besaban en el camino causando tropiezos entre ellos, divirtiéndolos más de lo que ya estaban gracias al alcohol y a la marihuana que habían terminado de consumir un poco más en medio de la fiesta.

Ahora se encontraban en el cuarto del menor, mantenían la puerta cerrada con seguro y las luces apagadas, contando nuevamente con la iluminación natural de la noche que salía por la única ventana del cuarto.

Ambos estaban ya en solo ropa interior, se besaban algo descuidados mientras que el de mechones bicolores masturbaba por dentro del bóxer a su novio quien soltaba suaves jadeos y maldiciones por lo bajo, obligándose a contenerse de no hacer tanto ruido por sus padres que estaban en la habitación de a lado ya dormidos.

—Detente. —pidió el rubio cenizo, alejando la mano de su novio. —Ya quiero hacerlo, ve abriendo el lubricante. —se separó del contrario para irse quitando sus interiores.

—Voy. —se levantó para ir por la bolsa donde se encontraba el lubricante nuevo ya que habían pasado a una farmacia a comprarlo para no tener que ir hasta casa del bicolor por él, y bueno, aún les era muy necesario el uso del lubricante. —Tienes el condón, ¿verdad?

—Sí. —se agachó para tomar sus pantalones y sacar de uno de los bolsillos el paquete del condón, aprovechando para dejar en el suelo su ropa interior. —Ya ven, ¿qué esperas?

Todoroki le hizo caso a su novio y fue hacia el colchón de la cama, sentándose de mariposa mientras le quitaba el plástico a la caja del lubricante, misma acción que se vio interrumpida cuando el ojirubí lo empujó para dejarlo recostado por completo y que Bakugo estuviese encima de él, sorprendiéndolo por lo que hizo sin aviso alguno.

—¿Así que ahora eres versátil? —arqueó la ceja con una sonrisa coqueta.

—No... aún. —abrió la envoltura del condón con cuidado y aventó esta misma una vez que sacó el pedazo de látex. —Pero la última vez dijiste que mientras tú estuvieras arriba de mí, me ibas a coger como quisieras...

—¿Y entonces? —se relamió sus labios al sentir cómo su novio le ponía el condón en su pene.

—La cosa es que me gusta hacer las cosas como yo digo. —miró las orbes heterocromáticas del otro. —Así que te voy a montar.

—Por favor hazlo. —sintió algo emocionarse por su vientre.

Shoto se enderezó para besar a su novio mientras se atrevían a tocar el cuerpo del contrario ya sin tanta pena como la primera vez, o bueno, al menos Bakugo ya tocaba a su novio sin pena ni pudor alguno, sabiendo que lo hacía con consentimiento mientras sonreía por lo bajo al escuchar los suaves quejidos del mayor.

El de ojos rubíes le quitó el lubricante de las manos al otro, poniendo un poco de aquella sustancia sobre sus manos para después masajear con estas mismas el pene del de cicatriz quien se mordía su labio para que no saliese gemido alguno por el placer que le causaba el ser masturbado por su pareja.

Después de unos minutos, Katsuki volvió a recostar a su amado por completo para después sostenerse de los hombros del mismo y alzarse por completo dejando que sólo se sostuviera de sus rodillas. Arqueó un poco su espalda y con su mano derecha tomó el miembro del otro, comenzando a bajar con algo de nervios ya que no había sido preparado de su ano y esperaba que no le ardiera como el mismísimo infierno.

Su respiración se hizo bastante agitada cuando sintió el glande entrar primero, suspirando con dificultad mientras más iba bajando ya que realmente se sentía mejor en esa posición que en la que la había hecho por primera vez.

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