Trabajando. Sin tiempo para eso que llaman amor- SingtoKrist (Historia 3)

Capitulo 9 - Krist

Llegué al gimnasio por la mañana con Win necesitaba una distracción porque las seis de esa noche estaban tomándose un dulce momento en llegar. Estaba nervioso por volver a ver a Sing.

Pensé en Kongphob en comparación.

La noche anterior... no sé, sentí que lo había empujado demasiado lejos. Cuanto más hablaba con Kongphob, peor me sentía por ver a Singto.

Sing era real y tangible, Kongphob era una llamada telefónica y aunque me encantaba la forma en que habíamos hecho clic, nunca podría ser.

Mi jefe me había advertido cuando comencé que no podíamos divulgar nuestra información personal a los que llamaban, y que algunas llamadas eran monitoreadas. Así que pedirle a Kongphob cualquier cosa personal estaba fuera de cuestión, incluso si decidía echar la cautela al viento y dejar ese trabajo.

Win me miró con sospecha mientras ayudaba a First con una de las pesas. First era dulce, lindo y joven, piel clara como la leche, uno ojos impresionantes los cuales te cautivaban, un cabello castaño, que a veces se teñía de plateado estaba a punto de cumplir veintidós años.

Win y yo habíamos tratado en más de una ocasión de juntarlo con algún chico en el gimnasio pero siempre lo declinaba, pero era muy dulce sobre eso. Tenía la sensación de que algo le había ocurrido al chico, pero como ninguno nos gustaba que nos molestaran sobre nuestras vidas. Así que dejamos a First en paz respecto a las citas.

—Hey, tengo que correr. —Win golpeó mi culo —Voy a reunirme con Bright.

—De acuerdo, dile a ese hombre de buen culo que dije hola —guiñé un ojo.

—¡Lo haré! ¡Hasta luego, First!

—¡Adiós! —First agitó la mano. Volvió su atención hacia mí y sonrió vacilante—¿Quieres ir a almorzar?

—Sí, claro. ¿A dónde? — Dije con una enorme sonrisa.

—Elige.

— Puedo hacerlo.

Terminamos en el Market Coffee y ordené un sándwich suizo de pavo. First inhaló el aroma de su sopa y sándwich y sonrió.

Era un día agradable, pero las multitudes en la acera eran tan viciosas como siempre miré por la ventana los camiones de bomberos estaban llegando a unas cuantas cuadras más abajo y me levanté de la mesa tomando mi sándwich mientras salía del lugar, ya habíamos pagado la cuenta.

First se unió a mí y vimos con fascinación como corrían los bomberos, gritando. Dos coches de policía se deslizaron por la calle y chirriaron hasta detenerse justo enfrente de nosotros. First se acercó a la puerta mientras más policías corrían hacia la calle.

—Voy a coger mi mochila. Quédate aquí, ¿de acuerdo? — le dije a First tomándolo del brazo, el solo asistió en respuesta.

Cuando estaba dentro ordenando mi mochila se oyó un chillido y luego un fuerte grito en todo el lugar un segundo después la puerta principal del lugar se cerró de golpe y corrí hacia ella, en eso golpeando el cristal el gerente abrió la puerta sólo para dejar entrar a un bombero con First a su lado.

—Mantén la puerta cerrada y que esten todos alejados de las ventanas — dijo al gerente, echó una mirada a First y una media sonrisa apareció en sus labios podría jurar que vi que los ojos del bombero se iluminaron — Deberías tener más cuidado.

—Eh, de acuerdo —asintió First

La puerta se cerró detrás del bombero y First se desplomó en uno de los asientos.

—¿Qué demonios sucedió? —demandé.

—Robo al banco de más abajo, por lo que he oído. Están bloqueando cuatro cuadras —dijo el gerente.