Trabajando. Sin tiempo para eso que llaman amor- SingtoKrist (Historia 3)

🔥Capitulo 33 - Singto🔥

Nos sentamos comiendo nuestros hot dogs mientras la gente se apresuraba frente a nosotros, lo cual era una vergüenza me pregunté cuántas personas caminaban por el lago y nunca notaban su belleza.

Krist certeramente la había notado había estado aquí miles de veces y nunca la había apreciado más que en este momento, Krist sentado a mi lado, su cabeza en mi hombro.

—Recibí una llamada de Gunsmile Chanagun.

Krist me sacó de mis pensamientos y besé su frente.

—¿Oh sí?

—Sí —asintió — Quiere hacer una exposición de mis dibujos la próxima semana.

—¿Tan pronto? —Me limpié la boca con una servilleta. Krist se incorporó y me miró de cerca.

—¿Eso está bien?

—¡Por supuesto que sí! No necesitas mi permiso. Además, no puedo esperar a ver tus dibujos en la pared de una galería.

—Tienes un poco de salsa en la cara —sonrió, limpiándolo con su pulgar.

Me incliné y nuestros labios se encontraron Krist sabía a kétchup y mostaza y me hundí en su boca aún más, buscando el sabor que tanto había llegado a anhelar. Sus manos estaban en mi cabello y estaba prácticamente en mi regazo cuando escuchamos los silbidos de los transeúntes. Krist se alejó de mí y rio entre dientes.

—Ooops.

—Te amo —exclamé bruscamente. Wow lo dije

Krist parpadeó, su boca cayó abierta por un breve segundo antes de que una sonrisa la reemplazara.

—¿Lo haces?

—Sí. Siento si esto te asusta...

—También te amo, Singto

—¿De verdad? —pregunté, sorprendido, tomó mis manos y sonrió hacia mí.

—Desde esa primera noche en el teléfono, supe que había algo diferente en el hombre del otro lado. Y luego te salvé de la cinta de correr. — se rio mientras suspiraba de vergüenza— Esa noche en el club, parecías tan dulce y genuino y no podía creer que tuviera que dejarte por un inodoro desbordado. Pensé que nunca volvería a verte pero entonces volviste a mi vida. Creo que estábamos destinado a encontrarnos, Singto.

—También lo creo. Pero te lo digo desde ahora, si tu padre no para de dejar tarjetas TARP en la casa, tendré que pegarle en la cabeza con una botella de Ensure.

Krist se quebró.

—Te gusta, lo sabes. No lo soportarías si no lo hicieras.

—Sí, sí —agité una mano sonrió y me besó.

—Vamos, tenemos que volver.

Miré el culo de Krist mientras se alejaba de mí. El hombre era hermoso y dulce.

Y era mío.

Una semana después nos encontrábamos en la galería estaba adornada con hileras de luces multicolores y mesas con paños blancos colocados estratégicamente, cubiertos de entremeses. Cogí una copa de champán y bebí lentamente. Krist estaba a mi lado con su propia copa.

—¿Y bien? ¿Qué piensas? —señaló a las paredes con sus dibujos.

—Creo que es impresionante amor —dije, sinceramente.

Krist había llevado la mayoría de sus dibujos de Grecia a la galería de arte y no podía estar más orgulloso de mi hombre. Sus padres estaban cerca, hablando con Gunsmile.