🔥 Capitulo 18 - Krist 🔥

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Después de pagar la cuenta, salimos por la puerta casi corriendo Sing desbloqueó las puertas y volé al asiento del pasajero ni siquiera había conseguido abrocharme el cinturón de seguridad cuando Sing se inclinó y me besó.

El sabor de la comida y el té invadieron mi boca y gemí mientras las manos de Sing acunaban mi cara. Amaba eso. Llámenme chiquilla si quieren, ¿pero un chico que sostenía tu cara mientras te besaba?

Momento del gran suspiro.

Sing lamió mis labios y lengua, besándome lentamente santo infierno, el podía convertir a una monja con esa boca mi pene estaba perforando un agujero en mis pantalones, Sing se apartó, jadeando ligeramente.

—Lo siento, sólo tenia demasiadas ganas de hacer eso.

—Maldición, no te disculpes por eso.

Sing rio entre dientes.

—¿Entonces? ¿Mi casa? — pregunté.

—Oh sí.

Dios, ¿estaba todo el mundo fuera esta noche? El tráfico estaba congestionado de vuelta a mi apartamento y juro que los taxistas me sonreían mientras nos pasaban como si supieran que estaba tratando de conseguir que me extendieran e impidieran deliberadamente que llegara.
Idiotas.

Sing aparcó a un par de cuadras y metió algo de cambio en el parquímetro.

—No es suficiente — señalé.

—Que lo jodan. — Sing agarró mi mano.

La puerta no cedía mientras intentaba entrar al edificio y maldije bajo mi aliento. Entonces dejé caer las llaves de mi apartamento.

—¿Qué diablos? —miré al techo

—Supongo que debe ser el nerviosismo — murmuró en mi oído.

El calor corrió por mi columna mientras la voz de Sing se deslizaba por mi cuerpo y se enrollaba alrededor de mis pelotas me concentré en la cerradura mientras las manos de Sing se movían por mi culo. Una mano apretó mi nalga derecha y jadeé.

—¿Quieres que las amase? ¿Quizás que las extienda? — preguntó con voz ronca.

—Oh joder —gimoteé, mientras sus manos se deslizaban hacia el frente de mis pantalones y frotaban mi dolorida polla.

No podía abrir la puerta con la suficiente rapidez. En el momento en que prácticamente caímos dentro del apartamento, mi camisa se había ido y también la de el. Santo infierno, tenía un bonito tatuaje en su bíceps.

—¿Es un bulldog?

La boca de Sing estaba en mi cuello, burlándose de mi piel con pequeños mordiscos.

—Mmm hmmn.

—¿Algún otro? —Enredé los dedos en el cabello de Sing mientras lamía un sendero por mi cuello y mordía gentilmente el lóbulo de mi oreja.

—Un halcón en mi espalda.

Lamió la concha de mi oreja y luego mi mandíbula.
Agarré sus pantalones y los desabotoné, realmente quería ver su grueso pene de casi veinte centímetros. No había olvidado lo que me había dicho, bajé la cremallera y me arrodillé.

Sing estaba sobre mí, sus dedos corriendo a través de mi cabello. Lamí mis labios mientras me deshacía de sus pantalones y echaba un primer vistazo a su polla enfundada en bóxers de algodón. Un pequeño punto de pre semen marcaba el área alrededor de la cabeza de su polla y me incliné tomándola con mi boca.

—Oh joder —siseó Sing por encima de mí.

Pasé mis dedos por debajo de la cinturilla de sus calzoncillos y los bajé ligeramente. Inhalé su esencia mientras enterraba mi nariz en su vello.

Tenía un hermoso sendero desapareciendo bajo sus bóxers. Bajé lentamente, recorriendo mi nariz por su piel, sólo bebiendo de é su pene se frotó debajo de mi barbilla y jalé sus bóxers hacia abajo, obteniendo mi primera mirada del pene de Sing.

Lamí mis labios, tomando un poco del sabor del pre semen que burbujeaba en la punta de su pene, las manos de Sing apretaron mi cabello mientras lamía un camino a través de la cabeza de su pene, sumergiéndome en su ranura y lamiendo más pre semen.

—¡Krist! Oh Dis, me voy a correr — susurró sobre mí.

—Todavía no.

Tomé a Sing en mi boca y gemí mientras su polla me llenaba. Era grueso y me encantaba la manera en que el borde de su pene masajeaba los músculos de mi garganta mientras lo tragaba más abajo.

—Mierda, mierda, ¡mierda! ¡Joder, Krist, se siente tan jodidamente bien!

—Maldita sea, Sing, esa boca sucia. — Le eché un vistazo a través de mis pestañas mientras trazaba el borde de su pene con la punta de mi lengua.

—Oh Dios, ¿cómo haces eso? — gimió.

—¿Esto? —pregunté, tomando a Sing hasta el pubis.

Gemí alrededor de su circunferencia, lamiendo un camino por el palpitante pulso de su eje, Sing era muy vocal mientras le daba mi mejor mamada las maldiciones y los jadeos se hicieron más fuertes como si realmente estuviera buscando el oro, sabía que estaba cerca así que empujé los límites de su resistencia mientras apretaba sus nalgas y le hacía joder mi cara.

Un rugido llenó mi apartamento y luego espesos chorros de esperma estallaron en mi lengua lamí su eje, chupando y tragando tan rápido como podía el pene de Sing se deslizó de mi boca y cayó de rodillas delante de mí, tratando de recuperar el aliento.

—Oh Dios mío. — me agarró, tirando de mí hacia sus brazos — Eso fue... wow. Muchas gracias.

Me reí entre dientes y envolví mis brazos a su alrededor.

—Mi placer.

—No creo que mis piernas funcionen.

—Puedes quedarte aquí — ofrecí — Me encantaría que pasaras la noche.

Sing se apartó un poco y me sonrió.

—Me encantaría eso. No sé si estoy listo para... bueno ¿ya sabes? — Dijo mirándome a los ojos, queriendo notar si estaría molesto con su declaración. Yo sabia que era muy pronto para que el pudiera dar ese paso.

—Confía en mí, no estoy esperando nada, realmente sólo quería saborearte. — acunó mi barbilla.

—Suena bien.

Creo que gimoteé cuando tomó mi boca en un apasionado beso, labios, lengua y dientes estaban por todas partes y me encontré en el suelo con el encima de mí.

Su pene se frotó contra la mía a través de mis pantalones así que agarré sus nalgas, tirando de él hacia mí duramente. Quería que este hombre me tocara, tanto que dolía, pero sabía que tenía que tener cuidado. Sing seguía siendo "Kongphob" y necesitaba recordar eso.

Era su primera relación "chicoxchico" ¿Relación? ¿De dónde había salido eso?.

—Deberíamos ir a la cama — susurró en mi oído.

—Sí, sí deberíamos. ¿Necesitas una ducha o algo así?

—Tal vez sólo un cepillo de dientes por ahora.

Nos levantamos y encontré un cepillo de dientes para el, nos quedamos de pie lado a lado cepillándonos los dientes y no pude evitar sonreír al vernos en el espejo, me podría acostumbrar a esto. Nos metimos en la cama y Sing me jaló a sus brazos.

—Oye, ¿Krist?

—¿Si?

—Gracias por la cena y la fabulosa mamada.

Me reí entre dientes.

—Eres más que bienvenido siempre que tu quieras.

—La próxima vez, es mi turno de atenderte.

Me estremecí ante el tono de su voz y me acurruqué contra él.

—Buenas noches, Sing.

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Solo tengo que decir... que me dio calor 🔥

Trabajando. Sin tiempo para eso que llaman amor- SingtoKrist (Historia 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora