Capitulo 17 - Krist

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Cuando Win hablo, un momento después un elegante, Lexus LFA negro mate rodó hasta el bordillo donde estábamos y Sing salió del lado del conductor, me miró, y después a los otros tres a mi lado y de regreso a mí.

—¿Hay algo que deba saber? — preguntó.

Sing lucía como si fuera a vomitar, pasé por delante de los idiotas en la acera y me dirigí a la puerta del pasajero.

—Nada que ver aquí — dije.

—¡Oye! —dijo Win indignado.

—Bien —suspiré— Sing son Win Metawin, Bright Vachirawit y... Pawat.

—Ohm. — Pawat extendió su mano— Ohm Pawat

—¿En serio? — Dije con una sonrisa — No sabía eso.

—No mucha gente lo hace. — Pawat sacudió la mano de Sing — Bueno conocerte, Sing.

Win tosió y lanzó a Pawat una mirada sucia, lo cual me desconcertó. Cogí la mano de Sing, alejándolo del grupo.

—¿Podrían por favor ser agradables? Me gusta este y no quiero que lo asusten.

—Oh, no voy a ninguna parte —sonrió Sing ampliamente — ¿No es eso cierto Win, Bright y Ohm?

—¡Que se diviertan! —contestó Win.

Entré en el coche y me giré para ver a Sing deslizándose en su lado, se veía un poco verde.

—Oye, ¿estás bien? Me disculpo por esos chicos.

—Estoy bien. — tomó mi mano, besando los nudillos— ¿A dónde vamos?

—Solo conduce te diré donde girar

Condujimos con la música baja, sostuvo mi mano, deslizando su pulgar sobre mis nudillos de vez en cuando. Eché un vistazo a su coche Dios, olía y se sentía como cuero.

—Um, ¿es nuevo? —Pasé mi mano por el salpicadero.

—Oh, uh, sí. Era el coche de la empresa, pero entonces consiguieron uno nuevo y fui el afortunado ganador.

Me volví para mirar a Singto eso había salido demasiado rápido.

—¿Me estás mintiendo? —pregunté.

Sing se puso rígido en el asiento, y luego sus hombros cayeron. Suspiró y se frotó la sien con la mano libre.

—Sí, lo hago. Lo siento. Mira, tenía algo de dinero guardado...

—Sólo... no me mientas. ¿De acuerdo? Odio las mentiras.

Estuvo tranquilo después de eso, no podía preocuparme menos odiaba a los mentirosos con pasión. Finalmente llegamos al restaurante y Sing estacionó al lado ambos salimos y él miró el letrero encima.

—Comida sureña, ¿eh?

—Pensé que quizás extrañarías un poquito tu casa.

Me encogí de hombros, tomando su mano, nos sentamos inmediatamente y nos dieron los menús Sing ordeno té helado dulce, así que hice lo mismo miré el menú y oí un suave suspiro de Singto.

—¿Qué? —pregunté.

Fideos Mee Hokkien los echaba mucho de menos.

—Estoy pensando en Massaman Curry.

—Suena bien —asintió — Yo creo que pediré Tom Yum Goong y podremos compartir.

Nuestro té dulce llegó y le di a la camarera nuestra orden tomé un trago de té a través de una pajita e inmediatamente comencé a toser.

Trabajando. Sin tiempo para eso que llaman amor- SingtoKrist (Historia 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora