Capitulo 14 - Singto

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El apartamento de Krist era lindo.

El sofá seccional ocupaba la mayor parte de la sala de estar y un gran televisor de plasma estaba colocado en la esquina, el rincón de la cocina era cómodo, hogareño incluso, y observé como Krist trabajaba en la cocina como un profesional.

—¿Qué estás haciendo? — espié por encima de su hombro.

—Keftedakia. Son albóndigas fritas con orégano y menta. ¿Eso está bien? Tengo ensalada, también.

—Es un plato griego, ¿verdad?

—Sí —asintió Krist, volteando las albóndigas para poder dorar el otro lado— Me encanta la comida griega, así que la hago tan a menudo como me es posible.

Ni siquiera podía explicar lo sexy que lucía en este momento, tenía una pequeña cantidad de harina en la mejilla así que la rocé con mi pulgar, me quedé detrás y sostuve su cintura.

—¿Sabes cuántas veces he pensado en ti? ¿En ti y en Arthit?

Krist se reclinó en mí y suspiró.

—Estaba celoso — admitió.

—¿Lo estabas?

—Sí, me llamaste y dijiste que habías conocido a alguien, mi estómago se sentía como si hubiera salido de mi cuerpo me sentí tan enfermo esa noche.

—Eras tú todo el tiempo — le susurre al oído— Te quería todo el tiempo, Arthit, Krist, no importa el nombre porque te quiero.

Krist inclinó su cabeza hacia atrás y acaricié su mejilla mientras lo besaba. Gimió suavemente mientras pasaba mi otra mano por su costado y espalda.

—Quiero ser el único por el que te corras, Sing. Tal como lo hiciste por teléfono, pero quiero sentirte cuando lo hagas.

—Santa mierda —susurré contra sus labios.

—Pero, en primer lugar. —Krist se apartó— Comemos.

—Provocador —fruncí el ceño.

—No. Siempre cumplo, Sing. — Krist me guiñó un ojo.

Maldición.

Devoré la comida como un hombre hambriento, realmente no estaba hambriento de comida.
Estaba hambriento de Krist ahora que sabía quién era, no podía esperar a probarlo de nuevo.

De alguna manera me había enamorado de Arthit por teléfono su naturaleza relajada me había hecho caer. ¿Y Krist? Bueno, el tipo había presenciado mi rendimiento no olímpico en la cinta de correr y todavía me quería.

Eso en sí mismo era un milagro.

Así que ahora me sentía como una mierda por estar mintiendo a este hermoso hombre... y era hermoso. Su cabello negro estaba elegantemente acomodado, su tono de piel era como la leche, casi como un blanca y era luminosa, y sus ojos eran profundas piscinas de chocolate obscuro. ¿Y sus labios? Me encontré ajustándome mientras miraba la comida pasar por esos labios. Rechonchos y sabrosos y en un tono rosa natural que me hacia que me perdiera.

Krist era pura perfección.

—¿Sing?

—¿Si? —Salí de mi fantasía de besar a Krist otra vez. —¿En qué estás pensando?

—Estoy pensando en que no puedo creer que te guste después de mi fabulosa actuación en el gimnasio.

—Me gustas porque eres gracioso, dulce y absolutamente encantador. —Krist inclinó su cabeza, admirándome— Eres hermoso, también deberías ser modelo.

Trabajando. Sin tiempo para eso que llaman amor- SingtoKrist (Historia 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora