Capitulo 12 - Singto

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Me fui a casa, me duché y me recosté en mi cama solo con una toalla en mi cintura, y entonces miré el reloj hasta que dieron las siete. Justo a esa hora, llamé a la línea de Arthit y esperé. Cogió al segundo timbrazo y su voz flotó en mi oído y se envolvió alrededor de mi pene en tan solo en un segundo.

Maldita sea pense, haciendo mi cabeza hacia atras.

—Hola, sexy —suspiró.

—Hola —dije.

—Hola, Kongphob. Te extrañé. Estaba muy preocupado de haberte asustado la ultima vez. — Dijo lo ultimo casi como un susurro

—No, solamente estaba un poco ocupado ya sabes vida laboral. Extrañé hablar contigo también.

—Bueno, estaba preocupado de haberte asustado tanto que no podrías llamarme, por hacer que te corrieras la ultima vez.

—No...

—Escucho un 'pero' viniendo.

—He conocido a alguien y para ser sincero siento como que cada vez que estamos al teléfono y me masturbo, estoy de alguna manera engañándolo.

—¿Has hablado sobre una relación?

—No, en estos momentos sólo son citas, ahora mismo.

—De acuerdo entonces, cálmate. No puedes estar engañándolo si no es oficial. Espera, ¿él?

—Sí —me sonreí— Él.

—Bueno, ¡felicidades, Kongphob! ¡Has medio salido del armario!

—Me parece que salí primero contigo. Me encanta el sonido de tu voz, la forma en que me haces sentir cada que hablamos y como mi cuerpo reacciona a eso.

—Lo mismo digo, Kongphob.

Contuve la respiración mientras la expresión me golpeaba de nuevo. No podía preguntarle a Arthit que hacía para ganarse la vida. No podía preguntarle nada personal.

—¿Estás bien, Kongphob?

—Sí, bien. ¿Qué llevas puesto?

—Nada.

Gruñí.

Arthit se rio entre dientes y juro que mi pene se levantó.

—Te extrañé, Arthit.

—Aw, Kongphob. Estás abrumado.

—¿Eso es extraño?

—No, me encuentro esperando a que me llames.

—¿Arthit?

—¿Si?

—Estoy duro.

—Yo también.

—Joder.

—Te deseo.

—Yo también —dije, suavemente.

—Sabes que no puede suceder nunca, ¿verdad?

—Sí, como que me lo figuré.

—Eso realmente apesta, Kongphob, porque me encantaría que me follaras hasta los sesos.

—Oh, mierda —susurré, agarrando mi pene con tanta fuerza y empezando a masajearlo— Me encantaría follarte.

—¿Si? ¿Conmigo a horcajadas sobre ti, montándote duro?

—Quiero besarte mientras te follo.

—Maldita sea, eres un romántico, Kongphob. — Arthi suspiró al teléfono.

Trabajando. Sin tiempo para eso que llaman amor- SingtoKrist (Historia 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora