Capítulo 20

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Retiró suavemente la otra tiranta del vestido, dejándolo caer por mi cuerpo y quedándome desnuda ante ella. Mi Ama me miraba con un brillo en sus ojos, con un brillo especial.

- Hoy no estoy borracha... -dijo como pensando. – y quiero decirte... que eres preciosa Anna, la mujer más bonita que he conocido, que eres muy fuerte y que yo, Alisson Myers estoy enamorada de ti.

No pude más que dejarme volver a besar como lo estaba haciendo. Sentía todas sus caricias por todo mi cuerpo.

- Ya no quiero más sumisas, sino sólo tú... -Dijo susurrándome al oído.

En mi entrepierna notaba como algunas gotas de fluidos vaginales bajaban por mis muslos. Estaba excitada, demasiado excitada.

La señora Alisson comenzó a lamer mis pezones como sólo ella sabe hacerlo, estaba extasiada, necesitaba más y, además, lo necesitaba por... detrás.

Así que me di la vuelta instintivamente y le ofrecí mi culo mirándola mientras me mordía los labios.

- ¿Así que quieres que te folle? Mmmm, pídemelo como una buena perra.

- Mi Ama me gustaría que me follases el culo, estoy muy caliente y no sé si pueda aguantar más.

- ¿El culo? – preguntó sorprendida.

- Sí, es lo que me pide el cuerpo, ofrecerme así para decirte que soy completamente tuya.

La señora Alisson me miró con lascivia.

- Menos mal que siempre llevo una de repuesto encima. -Y sacó el arnés, que, al verlo, me dejó impresionada por su tamaño- si Anna pensaba usarlo contigo, pero no sabía que iba a ser de esta forma, ¿estás segura?

- Sí, mi Ama. -Confirmé con el corazón a mil.

- Tú lo has querido pequeña.

La señora Alisson se fue poniendo el arnés y luego de eso yo abrí muy bien mis piernas para que untara lubricante en mi ano. Me apoyé sobre un tronco de un árbol cercano y me dispuse para ella.

Untó el lubricante y sin vacilación, entró poco a poco haciendo que me retorciera de dolor y placer.

- Quiero más...mi Ama... - Dije mordiéndome el labio.

- ¿Más? Así que hoy quieres caña, muy bien.

Entonces fue cuando la señora Alisson empezó a envestirme muy fuerte.

- ¡Ahhh! Alisson... -Grité gimiendo, me estaba doliendo y sí, efectivamente estábamos locas, estábamos haciéndolo en el jardín donde nos podría ver cualquiera pero me daba igual, Me sentía su perra y no pude evitar correrme de placer.

La señora Alisson también se mantuvo detrás de mí quieta, nos habíamos corrido juntas.

- ¿Me has llamado Alisson...? -Preguntó sorprendida.

- Sí, mi Ama, lo siento, no volverá a suceder.

- No, no... no pasa nada, es que, excepto Claudia nadie me llama Alisson y ha sonado muy bonito en tu boca, tanto que me vine en nada.

No dije nada, sólo me quedé impresionada, pensé que me bofetearía, pero me salió sólo el gemir su nombre, es tan bonito...

Nos quedamos así, abrazadas, ella en mi espalda y yo apoyada en el árbol. Fue muy intenso.

Luego de eso me ayudó a ponerme el vestido y me cogió las manos entrelazándomelas y tiró de mi hacia la mansión.

- ¡Olga! – Gritó mi Ama en el vestíbulo.

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