Capítulo 9

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 -Entonces ¿no recibiste una llamada antes de que te diera el ataque? -Volvió a insistir la señora Alisson.

-No, mi Ama.

-Cuéntame con lujo de detalles qué pasó exactamente para que te pusieras así. -Me pidió intentando mantener la calma.

-Después del almuerzo me iba a ir a mi habitación cuando la señor Claudia se puso detrás mío y...

-¿Y qué Anna? -Preguntó en un tono más elevado.

-Y acarició mi cuerpo de una forma que me recordó a como me tocaba una persona del pasado que me hizo mucho daño.

-¿Te tocó alguna parte específica del cuerpo Anna? ¡Dime! -Preguntó más alterada.

-No, sólo me acarició y me recordó como esa persona me tocaba, me olía y me hablaba y entré en una especie de caos mental que produjo que quisiera herirme.

-Anna, él ya no te va a hacer daño nunca más. Ahora estoy yo para protegerte. -Dijo aún con la respiración agitada por el enfado.

-¿Cómo sabes que no me va a hacer daño de nuevo? ¿Cómo sabes que no va a volver por mí? Él está ahí fuera, vivo, puede venir por mí... -Dije muy nerviosa, con la voz temblorosa y quebradiza.

-¡Shhhh! Calla Anna... no puedes dejar que el miedo te controle. Primero tendría que pasar por toda la seguridad que tengo puesta en la mansión y luego tendría que pasar por mí y créeme, soy peor que toda la seguridad que hay en la mansión. Estás a salvo...gatita.

-¿Y si aún así, el pasara por toda esa seguridad? ¿Y si llegara a ti? ¿Y si te hiciera daño? Yo... no podría perdonármelo... lo mataría.

-No digas eso. Nunca dejaría que ensuciaras tus manos de sangre por mí. Eso sólo se debería hacer sólo cuando estés a punto de morir en manos de alguien para defender tu vida, pero no por mí.

-¿Si él estuviera a punto de matarme dejarías que me matara?

-No.

-Pues entonces, no me pidas que me quede quieta.

-... -Silencio.

-¿Mi Ama? -Pregunté pensando que se había cortado la llamada.

-¿Si, Anna?

-¿Por qué te quedaste tan callada? -Pregunté curiosa.

-Me quedé pensando.

-¿Puedo saber en qué? -Insistí con mi curiosidad.

-Eres muy curiosa gatita, pero la curiosidad te la solventaré en pequeñas dosis si te lo mereces. Bueno, si puedo te llamaré esta noche. Intenta pasar buena tarde.

-Adiós, mi Ama.

-Adiós, sumisa.

Me dijo que mataría por mí. Mi yo interior estaba dando saltos de ilusión, ¿eso podría significar que siente algo por mí? ¿aunque sea un poco? No cualquiera mata por nadie, aunque bueno, para ella el mundo de la sumisión es muy importante, es una forma de vida, quizás sus sumisas sean muy importantes.

Y me ha llamado una segunda vez hoy cuando podría haber esperado a mañana y, posiblemente, me llame esta noche. Una sonrisa tonta se esbozaba en mi cara de oreja a oreja. Me sentía feliz.

Me tumbé en el suelo bocabajo, apoyando mi cabeza en los brazos, cerrando los ojos y sonriendo como una tonta. Dí un gran suspiro porque sentía mucha paz y relajación. Aunque poco a poco mis preocupaciones se hicieron presentes. ¿Qué debería hacer ante esas pesadillas? ¿Cómo puedo superar el que alguien me toque y me recuerde a él? Mi Ama tiene razón, el ya no va a volver, él ya no está, se marchó de mi vida, ¿por qué sigo teniéndole miedo?

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