Capítulo 10

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 -Cuéntame cómo fue ese beso.

-Ella me dijo que no quería que la tuteara más y yo me negué porque no entendía por qué me estaba pidiendo eso, primero me ignoraba y después estaba tratando de separar nuestro pequeño lazo de cariño. Entonces, seguí tuteándola y ella me ordenó que me pusiera de pie, porque yo estaba sentada en el suelo desayunando, y entonces con rebeldía me levanté del suelo y la desafié mirándola a los ojos, me abofeteó y volví a mirarla a los ojos y... cuando creía que me abofetearía otra vez, cerré los ojos esperando su cachetada y me besó.

-¿Te besó?

-Sí... -Dije sin mirar a la cámara.

-¿Por qué dijiste entonces antes que os besásteis? Eso significa que el beso fue de ambas.

-Porque... - Tenía miedo de decirle que no fui capaz de separarme de la señora Claudia, no quería que pensara que yo pudiera ser una cualquiera que se dejaba hacer.

-¿Porque te gustó? -Preguntó con un tono de voz de lo más calmado.

-¡No! -Dije con un tono de voz elevado asombrada por su pregunta.

-¿Entonces Anna?

-Es que yo... no la aparté de mi, no la empujé no hice nada para evitarlo, solo me quedé quieta sin reaccionar en el momento.

-Quiero que seas sincera y que contestes, ¿qué sentiste con su beso? - Pude ver que su cara era seria pero que deseaba que contestara a esa pregunta como la más importante de todas hasta el momento.

-Sólo sentí nerviosismo, nerviosismo porque aparecías en mi cabeza, sentí que te estaba traicionando más aún cuando no hice nada por evitar que me besara, así que cuando ella se apartó la abofeteé tan fuerte, como nunca a nadie. -Los ojos de la señora Alisson se abrieron de par en par por la impresión.

-¿La abofeteaste?

-Sí... -Dije agachando la mirada.

-¡Vaya! No me esperaba eso, ¿qué pasó después?¿Te castigó? Porque cuando te llamé estabas llorando.

-No, no me castigó, ella me levantó todos los castigos y se marchó.

-¿Te quitó todos los castigos y se fue? ¿Que Claudia no te tocó ni un pelo después de que la golpearas? Esto es inaudito. Entonces, ¿por qué llorabas?

- Porque no quiero que por mi culpa, vosotras dos malogréis vuestra amistad. Ella ha tocado a una sumisa tuya y se supone que ella no tocaba a ninguna de tus sumisas.

-Cierto... -Dijo mi Ama con una cara entre pensativa y triste. -Nunca antes había pasado esto, supongo que ambas tenemos que hablar largo y tendido, pero tú no tienes que preocuparte gatita. A ti lo único que tiene que quedarte claro es saber de quién eres y a quién perteneces. ¿Lo tienes claro?

-Sí, mi Ama.

-Quiero oírlo.

A mis mejillas subió un calor abundante y pronto se sonrojaron, tenía que decirlo y me daba vergüenza pero, por otro lado, me sentía orgullosa de serlo.

-Soy tuya, mi Ama.

-Bien gatita, muy pronto tendrás noticias mías.

Y colgó, no dándome tiempo a decirle adiós ni diciéndome cuándo es que volveríamos a hablar... "muy pronto", ¿cuándo es muy pronto?

Parece que no está enfadada conmigo por haberme dejado besar por la señora Claudia, se lo ha tomado bastante bien o, ¿debería preocuparme? ¿eso significa que a lo mejor no le importo tanto después de todo?

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