Los segundos parecían minutos y los minutos, horas. Todo se me hacía tan eterno en esa habitación tan oscura, llena de silencio... ya no sabía ni qué hora era, había perdido la noción del tiempo y la señora Alisson venía una vez al día y no podía adivinar a qué hora venía. Me dolían muchos los brazos de estar colgada y todo el cuerpo. También me dolía la cabeza de estar tanto tiempo a oscuras, la espalda y el culo de ser azotado severamente por mi ama.
Lo único que me daba fuerzas para seguir era cuando la señora Alisson después de azotarme, se quedaba un poco más de tiempo en la mazmorra en silencio pero cuidando de mi espalda, me echaba una especie de crema, no sé algo frío que me aliviaba la zona y me masajeaba. Me daba despacio y con cariño. Se quedaba un tiempo dándome un masaje y luego se iba y eso me hacía sentir bien.
El último día vino dos veces, me echó la crema y cuando terminó de masajearme, estaba tan cansada de no poder dormir y mareada pero pude escucharla, se acercó a mi espalda y me abrazó. Estuvo como tres minutos abrazada en silencio y al lo último me dijo: "siento haberte castigado de esta forma, pero no he tenido alternativa, necesitabas un castigo severo, no quiero tener que repetirlo Anna..."
Y se quedó abrazada a mi. No sé si las amas se comportan así con sus sumisas, si son así de cariñosas también pero resultaba reconfortante y desde luego no te dejaba decaer.
La segunda vez que vino encendió las luces y me desató. Caí al suelo, mis piernas no se sostenían, ni mis brazos tenían fuerza para levantar mi cuerpo. Lloré porque por fin había terminado mi castigo y había salido de la oscuridad.
-No volveré a castigarte así, pero prométeme por favor que no volverás a mentirme Anna.-Dijo secando mis lágrimas.
-Yo...no te mentí...-Me interrumpió.
-Anna...otra vez....
-¡Escúchame, no me escuchas!-Le grité sorprendida de mi misma porque no me esperaba esa reacción.
Ella también se sorprendió y aunque me esperaba una bofetada no me la dio, me miraba a los ojos y entonces me dejó hablar.
-Yo no fui... -Y empecé a llorar de nuevo- fue Rousse, ella me cogió y me lo sacó en contra de mi voluntad mientras yo intentaba por todos los medios mantener mi postura, en la cual tu me dijiste que me mantuviera, intentaba seguir tus órdenes y ser una buena sumisa. Sé que te mentí cuando estaban las dos, no debí y lo siento, me duele haberlo hecho, pero he aprendido a no hacerlo, sólo quiero ser una buena sumisa para ti y que estés conmigo y que....-Y entonces mi voz se quebró.
-Anna ¿tú me estás diciendo que Rousse te sacó el plug y que yo te he castigado de esta forma tan severa creyendo que te habías burlado de mi?
-Sí, intenté decírtelo pero no me escuchabas...
-Lo siento Anna, lo siento.- Me abrazó. - Como disculpa voy a quitarte de encima todos los castigos porque esto ha sido mi culpa, por no escucharte, esa sumisa está muy mal criada, se cree alguien pero yo le voy a bajar los humos. Ven-Dijo tendiéndome sus manos. -Voy a ayudarte a subir a la habitación.
Me ayudó a ponerme de pie, tardamos un rato en llegar a mi habitación. Llamó por teléfono a Olga y le dijo que buscara a Rousse y le ordenara que la esperara en su mazmorra.
Ya en la habitación, me ayudó a acomodarme bocabajo en la cama.
-Ordenaré que te traigan algo de comer, en cuanto comas yo misma te daré un baño. Mientras, relájate un poco.-Dijo acariciándome el pelo.
En breve cuestión de tiempo, me fui quedando dormida con sus caricias y no supe cuando se marchó, ni cuánto tiempo estuve dormida, solamente sabía que tenía sueño acumulado y que mi cuerpo estaba desplomado en la cama.
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HIPNOTIZADA
RomanceAnna Stone es una famosa escritora de relatos eróticos a la que le atrae el mundo del BDSM. Un día decide ir a husmear en una fiesta de esta temática y allí recibe su primer castigo de parte de una mujer que llevaba años siguiendo su carrera como es...