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— Te usé como excusa , por si Jack te llama, le dije que tenías cólicos por el periodo —dije tomando café y evitando la mirada intimidante de Fernanda.

Se quedó mirándome unos minutos en silencio.

Fernanda, es mi mejor amiga desde la universidad. Es la que le busca una excusa a todos los ratos que quiero pasar con Noah, es como mi madre.

— ¿Hasta cuándo vas a seguir con esto, Alice?—me preguntó enojada y reí.

— Fernanda, deberías de relajarte. Sé que quieres a Jack pero sabes que Noah...—me interrumpió.

— ¡Noah parece tu gota de agua en el desierto!—exclamó mirándome y levanté las cejas—. Es cierto pero no tengo porque juzgarte al tener dos adonis muriendo por ti, especialmente Jack.

Mi celular vibró sobre la mesa y lo tome para ver un mensaje de Jack

"¿Quieres cenar conmigo hoy?"

— Hablando del rey de roma —comenté leyendo el mensaje.

— ¿Qué te dijo?—preguntó Fern, de curiosa. Reí.

— Hace días que quiere cenar conmigo pero...

Mi celular vibró de nuevo y el mensaje era una foto de...el pene de Noah, erecto. Levanté las cejas.

"Ven a cenar y te tocará este postre dejándote rellena de..."

— ¿Pero?—Fer me sacó de mis pensamientos sucios con Noah—. ¡Alice!

— ¿Sabías que sueles ser insoportable?—pregunté divertida—. Nada, le invento una excusa para verme con Noah, me invitó primero a su casa y pues...iré.

— ¿Jack muere por ti y tú acostándote con tu toxico ex?—preguntó riéndose—. Deberías de ir a una misa.

— No creo que sea prudente —susurré y reímos.

— ¿Te llamaron del casting que hiciste?—preguntó provocando que mi sonrisa se borrara.

Desde pequeña soñaba con hacer obras de teatro, participar en películas u modelar en alguna famosa pasarela. La semana pasada, fui a un casting para el papel de una película que se comenzará a rodar este año, pero todavía no me han llamado para darme respuesta.

Solté un suspiro antes de negarle con la cabeza.

— No lo sé, quizás, no sea para mi —levanté los hombros y Fernanda negó.

— ¡No seas pesimista! —sonreí—. Nadie sabe lo que el destino te tiene preparado, aunque te puso a Jack en tu camino y no lo estás aprovechando.

— ¿Seguirás con lo mismo?—pregunté y asintió—. Mejor vámonos al spa, quiero estar relajada porque Noah...

— ¿En serio vas a ir?

— ¿Acaso lo dudas?

Pagamos la cuenta en el restaurante para luego irnos al spa. Tuve una tarde relajada y sin mensajes de Jack. Al parecer, estaba muy ocupado.

Llegué a mi apartamento para tomar una ducha, ponerme ropa interior de encaje de color negra, unos short jeans, un top de tirantes, una cazadora y unas vans, me hice algunas ondas, maquillaje básico antes de tomar un Uber hasta la casa de Noah.

Toque el timbre para que me abriera la puerta y se recostara del marco de esta, un Noah recién duchado, con un jogger de color gris y su sensual torso descubierto.

— Llegaste —me dio paso para entrar—. Te queda bastante bien el short pero me molesta.

Este hombre no se le baja la calentura.

— ¿Acaso no tenías mucho trabajo?—pregunté rodeando su cuello con mis manos.

Noah era agente de bienes raíces. Le iba bastante bien pero hubieron algunos defectos que siempre resaltaban.

— Solo un poco y mi amigo quería verte —susurró para besar mi cuello. Cerré los ojos para abrirlos y mirar algo en la mesa.

Era una caja de pizza y varias latas de cerveza.

— ¿Compraste...—detuvo los besos.

— Sabes que soy un desastre cocinando y pues compré eso, ¿no quieres?—preguntó y levanté los hombros—. Lo digo por tu...

— Si, mi peso pero un día que coma pizza no me hará engordar, descuida.

— Quisiera empezar por el postre —dijo besándome para quitar mi chaqueta bruscamente.

— ¿Y que te lo impide?—pregunté rodeando su cuello con mis manos para sentir las suyas en mi trasero.

Me cargo para recostarme en el mueble sin dejar de besarme salvajemente mientras yo acariciaba su entrepierna con mis manos y el, desabrochaba mi short.

Volvió a devorar mis labios desesperadamente pero el sonido de mi celular nos interrumpió. Lo saqué de mi bolsillo y Noah me lo arrebató.

— Debe de ser...—el sonrió con sus labios mientras miraba la pantalla.

— Así que se llama Jack —lo puso en silencio y en la mesa al lado de la caja de pizza para volver conmigo.

Tragué saliva.

— Si, se llama Jack...—susurré mirándolo.

— ¿Qué le ves a ese tipo?—me preguntó riéndose de manera escandalosa.

— Yo...—puso un dedo en mis labios haciéndome callar.

— No hay comparación, siempre te lo diré y este tipo tiene cara de perdedor..por eso, sigues siendo mía, Alice.

— Hazme tuya —susurré y el sonrió maliciosamente.

— Solo mía —susurró mirando mis labios antes de devorarlos.

Agarró mis senos y empezó a masajearlos. Solté un gemido.

Esta noche será larga.

Solo tuya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora