Mi corazón estaba acelerado con Jack arrodillado ante muchas personas pidiéndome que me casara con él mientras que Noah, miraba atónito la escena, y yo no podía creer lo que estaba ocurriendo.
Era inútil pensar que este momento no iba a llegar si Jack lo quiere todo conmigo, ha sido el hombre que ha curado todas las heridas que Noah me ha provocado en estos años.
Era momento de aceptar la realidad y tomar una decisión: hacer lo que es correcto para mi vida.
Limpié mis lágrimas para acercarme a Jack.
— A-Acepto —dije sonriendo y todos empezaron aplaudir cuando Jack me puso el anillo en mi dedo anular. Se puso de pie para tomarme de la cintura.
— Me haces el hombre más feliz del planeta —susurró para besarme y darme vueltas en el aire.
— Tremendo trabajo me toca —dije y reímos para besarnos nuevamente.
— Me huele a boda —chilló Fer para abrazarnos—. ¡Felicidades! Los amo mucho y espero que esta unión sea eterna.
— Ya tenemos la bendición de la madrina —dijo Jack haciendo chillar de la emoción a Fer, haciéndonos reír.
— Así que, ¿cena de negocios?—pregunté y Jack se rascó la nuca para reírse.
— Fue lo único que se me ocurrió e hice bien porque estás hermosa, perfecta —dijo haciéndome sonrojar—. Mi futura esposa.
— Ahora vamos a cenar y a agradecer por las felicitaciones —dije tomando su mano.
Todo el mundo nos felicitó, nos dieron abrazos y esperan la invitación de la boda, todos menos Noah, el cual salió sin que nos diéramos cuenta.
Solté un suspiro, no importa cuantas veces sea necesario, comenzaré desde cero y sin Noah en mi mente.
Sonreí al ver lo emocionado que estaba Jack mientras cenábamos y hablábamos de la boda con Fernanda.
— ¿Cómo te sientes?—me preguntó Jack, tomando mi mano al terminar de cenar. Lo miré por unos segundos.
— Estoy algo nerviosa porque me pediste matrimonio —estaba siendo sincera—. Y no se si lo haré bien.
— No hay porque cambiar nada mi amor, simplemente estamos sellando nuestro amor hasta que la muerte nos separe —me dijo y asentí.
— ¿En que tiempo quieres casarte?, ¿como quieres tú vestido?—preguntó Fer y la miré.
— Realmente, he ido a una que otra boda pero nunca me ha tocado organizar una y...—Jack me interrumpió.
— Podemos contratar a un organizador para que te ayude y...
— Corrección, nos ayude porque la madrina estará involucrada en todo —dijo Fer haciéndonos reír.
— ¿Dónde está Noah? No lo veo desde la propuesta —dijo buscándolo y miré a Fernanda.
— A Noah, no le agradan mucho este tipo de propuestas me dijo y simplemente se fue, el pobre —dijo Fer y quise reírme.
— Mi amor, ahora tenemos cosas más importantes que hacer —dije tomando su mano y el asintió para levantarse de su asiento.
— Tienes toda la razón. Iré a buscar tu auto porque traje a Fer y nosotros, nos iremos en el nuestro —le pase las llaves.
— Está bien, vamos en un momento— Jack se fue dejándonos solas.
— ¿Cómo te sientes? —me preguntó Fer, tomando mis manos.
Solté un suspiro.
— Creí que Noah le iba a caer a golpes a Jack, le diría que me amaba pero me di cuenta de que estaba equivocada todo este tiempo creyendo que me quería. Para el, solo fue sexo —sonreí–. Pero me siento feliz de haber tomado la mejor decisión para mi vida y se que seré feliz con Jack.
— Claro que si, ya verás —sonreímos.
— Vamos a buscar a Jack para que no se desespere —dije tomando mis cosas.
Salimos hacia donde estaba mi auto pero Jack no se encontraba ahí. Fruncí el ceño y decidí avanzar un poco más junto a Fernanda.
Mi corazón se aceleró a ver sangre en el suelo y a Jack junto a mi auto, tirado en el suelo.
— ¡Jack! —me acerqué rápidamente para arrodillarme mientras mis lagrimas rodaban por mis manos—. ¡Jack respóndeme!
Fernanda tomó su mano y la miré para verla tragar fuerte.
— Llama al 911, rápido porque tiene poco pulso —me susurró pasándome su celular.
Con mi corazón acelerado y nervios a millón, pedí una ambulancia mientras miraba como Jack estaba inconsciente en el suelo y no respondía los llamados de Fernanda. Rompí en llanto.
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Solo tuya
FanfictionUn ángel, puede llevarte al cielo. Un demonio, puede arrastrarte al infierno. Entre dos hombres, peleando por el corazón de una mujer, todo puede pasar, ¿no? Es como jugar la lotería: solo hay un ganador. ¿Habría manera de cambiar las reglas del...