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Jack

Habían pasado dos días de aquel suceso y todavía no supero lo qué pasó. Me quedó mirando a la nada, culpándome mentalmente por haber llegado tarde a donde Noah tenía secuestrada a Alice.

Todo era mi culpa, por no escucharla y por entender que hacia Noah en mi oficina.

— Jack...Jack —me susurraban y reaccioné para ver a Fernanda delante de mi.

— Yo...—no sabía que decir y me quitó el vaso de las manos.

— Es muy temprano para beber y sabes que no es necesario que bebas para superar lo qué pasó —me dijo y tenía toda la razón.

— Fui un completo idiota, Fernanda —dije limpiándome las lágrimas—. Debí de escucharla, debí de...

— No fuiste idiota, ustedes dos fueron victimas de Noah —me dijo y la miré—. Le afectó bastante que no le creyeras.

— ¿Cómo pasó todo esto?—pregunté—. Necesito saber la verdad antes de...

— Tú le curaste las heridas que le había hecho Noah. Yo fui quien te mandó los mensajes de la cena —la miré y se rió un poco—. Ella estaba insegura pero siempre había apostado a ti.

— ¿Porqué?—pregunté.

— Nadie había tratado a Alice como tú lo hacías y ella merecía todo lo mejor —sonrió—. Recuerdo que después de la cena me dijo que tú eras para ella pero que necesitaba tiempo para alejarse de Noah. Estaba buscando la manera de decírtelo pero te volviste su "amigo".

— Me preguntó que porque seguía utilizando el anillo —miré mi mano—. Es como llevarla conmigo siempre, aparte de llevarla en mi corazón.

— Tienes que hablar con ella y debe de saber toda la verdad —tragué fuerte—. Para que lo sepa por parte de los médicos, es mejor que le des esa noticia.

— Tienes razón, vamos al hospital.

Tomé mi chaqueta y mis llaves para conducir hasta el hospital. Fernanda se quedó en la sala de esperar porque quería que yo hablara con ella.

— Señor Wilson —dijo el doctor saliendo de la habitación y mis nervios se activaron.

— ¿Alguna novedad?—pregunté con interés. El viejo canoso asintió.

— Despertó en la madrugada, un poco aturdida pero luego fue entrando en razón. Anteriormente, le habíamos puesto la sangre que usted donó y está respondiendo bien al igual que los medicamentos —dijo con el doctor con una sonrisa.

— ¿Le dijo la noticia?—pregunté.

— Eso se lo dejo a usted —me susurró dándome algunas palmadas en la espalda.

— Gracias, Doc —dije para abrir la puerta de la habitación con una sonrisa.

Entré a la habitación rápidamente para verla allí postrada en la cama con la tv encendida pero mi sonrisa se borró al saber que sabía una de las noticias.

"Se había desangrando en su celda porque le había disparado a su ex novia, Alice. El cuerpo de Noah Davis va a ser traslado al cementerio en unas horas..."

— No quería que te enteraras de esa manera —le dije mientras tomaba el control para apagar la televisión.

— ¿Cuando ocurrió?—preguntó sin mirarme.

— Anoche y no es bueno que te alteres porque no es bueno por...—quise tomar su mano pero las alejó.

— ¿Porque estás fingiendo preocupando cuando le dijiste a Noah que no te importaba lo que el hiciera conmigo?—me preguntó para mirarme a los ojos casi llorando.

¿Noah le dijo eso?

— Porque estás embarazada —susurré.

— ¿Qué dijiste?—preguntó y tome su rostro entre mis manos para mirar sus ojos.

— Estás embarazada —abrió los ojos más de la cuenta—. Vamos a ser padres.

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