Jack
Había pasado una semana desde mi supuesta "boda" con Alice y aún me encuentro sumergido en el alcohol. Si fuese artista, seguramente, le hubiese hecho un álbum dedicado a ella por el despecho que sentía.
Tan solo me hubiese contado todo desde el principio, creo que hubiese sido diferente, no hubiese conocido a Noah.
La hubiese alejado de él pero no, decidió ocultármelo y seguir viéndose con el mientras yo estaba de pendejo enamorado, comprándole sortijas y auto.
El diablo vestido de mujer.
— Duele, lo sé, pero la vida sigue y hay que dejar que todo fluya —susurré mientras me ponía el saco frente al espejo.
Tomé mi celular y mis llaves para detenerme a mirar la cama por unos segundos. Escucho su risa en mi habitación y debía de tratar de olvidar eso.
Conduje hasta la empresa en donde rápidamente iba hacia mi oficina pero me encontré con Raúl antes de entrar.
— Jack...—lo interrumpí.
— Ahora no, necesito ocupar mi mente y trabajar —dije entrando a mi oficina para cerrar la puerta rápidamente.
Había alguien sentado delante de mi escritorio y apreté los puños al ver aquellos cabellos ondulados porque sabía de quien se trataba.
Noah.
— ¿Quien diablos te dejó entrar a mi oficina?—pregunte para ponerme delante suyo rápidamente.
Me miró en silencio por unos segundos para aclarar su garganta. Llevaba unos jeans, una camisa blanca, un maletín y unas gafas de sol en sus manos.
— Buenos días, pendejo —dijo con una sonrisa. Quería sacarle los dientes—. Le dije a tu secretaria que era agente de bienes raíces obviamente y me dejó pasar, por cierto, es muy educada.
— ¿Qué quieres? Porque se que no vienes en busca de una propiedad para vender —le pregunté sentándome en mi escritorio.
— ¿Qué hiciste con Alice?—me preguntó y lo miré rápidamente.
— No son tus asuntos y si vienes para hablar de ella puedes retirarte —dije entre dientes.
— Creo que me excedí al decírtelo delante de tus invitados y...—le di un golpe a mi escritorio haciéndolo sobresaltar.
— Tropezaste conmigo a propósito de volverte mi amigo para seguir vigilando a Alice, te creí y te dejé entrar a mi casa pero tú...
— ¿Qué hiciste con mi Alice?—preguntó calmado, recalcando la mi.
— ¿Qué crees que hice cuando descubrí que el amor de vida me estaba engañando con alguien que creí que era mi amigo?—le pregunté con tono melancólico—. Le dije que se fuera de mi casa y ella se fue a su apartamento en el mismo día.
— ¿Porque usas el anillo entonces?—preguntó y miré mi mano.
Tragué fuerte.
— No tienes que responderme. Se que Alice es...increíble y extraordinaria —me quedé mirándolo—. Tranquilo, me encargaré de ella.
— Lo que hagas con ella, no me interesa en absoluto —dije y en el fondo me estaba mintiendo.
— ¿Seguro que no te importa?—preguntó poniéndose los lentes para levantarse del asiento.
— No voy a repetir lo que escuchaste —dije dándole una hipócrita sonrisa—. Ahora mueve tu trasero de mi oficina y déjame en paz.
— Bye bye —susurró Noah riéndose para salir de la oficina.
Me pasé la mano por el rostro para sentir que entro alguien a mi oficina. Iba a meterle un puñetazo si era Noah nuevamente pero no, era Raúl.
— ¿Acaba de salir Noah de tu oficina?—preguntó con una mueca y puse los ojos en blanco.
— Estaba hablándome de Alice, le dejé claro que no me importa en lo absoluto —dije levantando mis hombros.
— Haré como si creyera lo que estás diciendo —dijo riéndose
— ¿Querías que le dijera que la amo y que no puedo vivir sin ella?—le pregunté—. La vida continúa y no creo que el destino...
— No juegues con el destino, hijo porque, ¿que diablos quería Noah si ya te dijo que el y Alice estaban juntos?
Buena pregunta.
— Quizás, burlarse un poco más —Raúl negó con la cabeza.
— ¿Has sabido algo de Alice? —preguntó y fruncí el ceño al ver que mi celular vibraba.
Era Fernanda.
— ¿Quien es que no contestas?—le mostré el celular—. Contesta para ver qué quiere.
Solté un suspiro antes de contestar.
— ¿Qué quieres Fernanda?—le pregunté y la escuché sollozar–. Fer, ¿qué sucede que estás llorando?
— Ella me pidió algunos días para pensar las cosas y...—la interrumpí.
— Trata de calmarte y explícame —le pedí.
— Alice me pidió que la dejara sola algunos días para pensar en lo que pasó y me he encontrado extraño que no me ha llamado ni me ha escrito, entonces...—sollozo —. Vine y su apartamento está hecho un desastre, no hay rastros de Alice.
Tragué saliva mientras mi corazón se aceleró.
— ¿Y sus cosas?—pregunte
— Todo está aquí pero ella no está y no quería llamarte por lo que sucedió pero estoy muy preocupada...
— Voy para allá —colgué y me levanté de mi asiento.
"Tranquilo, me encargaré de ella"
Abrí los ojos mas de la cuenta.
— Por eso viniste hijo de perra —susurré.
— ¿Que sucede Jack?
— Noah secuestró a Alice —dije cerrando los ojos para saber que hacer.
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Solo tuya
FanfictionUn ángel, puede llevarte al cielo. Un demonio, puede arrastrarte al infierno. Entre dos hombres, peleando por el corazón de una mujer, todo puede pasar, ¿no? Es como jugar la lotería: solo hay un ganador. ¿Habría manera de cambiar las reglas del...