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— ¿Estas segura de que estarás bien?—le pregunté por quinta vez a Fer dejándola en su cama.

— Alice, no tengo un brazo u pie roto. Simplemente fue un rasguño y me duele un poco el cuerpo. Con los medicamentos se me pasará —dijo haciendo berrinches—. Vete tranquila para tu reunión, luego me cuentas.

Después de dos días, Fer, fue mandada a su casa para estar en reposo y medicándose para su recuperación mientras el seguro hacía su trabajo, y la policía.

— ¿Estas lista?—preguntó Jack mientras entraba a la habitación—. Tuve el placer de traerte el auto.

— ¿Qué auto?—preguntó Fernanda y Jack me miró fijamente por unos segundos.

— ¿Acaso no le dijiste?—preguntó y Fer aclaró su garganta a propósito.

— ¿Decirme que o que?—preguntó rápidamente y miré a Jack.

— Esperare en la sala —salió inmediatamente.

— Jack, me regaló un auto —comente y su boca se abrió en forma de o.

— Está vagina lo tiene amarrado —le di un golpe en su hombro—. ¡Auch! Idiota acabo de salir del hospital.

— Tenemos que irnos —susurré besando su frente—. Escríbeme cualquier cosa, ¿si?

— Cuídate.

Salí a la sala donde Jack se levantó del sofá y salimos para montarnos en su auto, pero conduje en el mío hasta la empresa en donde Jack labora.

Tomamos el ascensor hasta el último piso, donde Jack tomó mi mano, puso una sonrisa de oreja a oreja mientras caminábamos hacia una oficina.

— Buenos días —dijo Jack a un hombre que estaba de espaldas pero al escuchar su voz, se volteó para poner una sonrisa.

— ¡Jack! Buen día —dijo alegre de verlo y se fijo en mi—. ¿Alice, no? Jack, no para de hablar de ti y creo que no se ha equivocado en nada.

Jack soltó una risita y lo miré.

— Alice, el es Raul Gonzalez, uno de mis inversionista mayoritario —nos presentó y le di mi mano.

— Un gusto conocerlo, Raúl —le dije y él besó mi mano.

— El placer es mío en conocer la mujer que tiene loco a Jack —reímos—. Iré al grano porque tengo que irme. Quiero que seas la cara de una nueva línea de maquillaje, y que modeles algunas cosas más. El contrato te lo enviaré con Jack.

— ¿Ya estoy contratada?—pregunté sorprendida.

— Jack, no recomienda a cualquier persona y confío en que harás un gran trabajo —dijo dándome una palmadas y sonó su celular—. Pasen buen día.

Salió dejándonos solos en la oficina, donde Jack le puso seguro a la puerta mientras yo estaba analizando la breve contratación que me han hecho.

— ¡Felicidades mi amor! —me susurró abrazándome—. La mujer más hermosa ahora será modelo reconocida.

— Todo gracias a ti, realmente —le susurré rodeando su cuello.

Jack se quedó mirándome por unos segundos.

— ¿Quieres vivir conmigo?—abrí los ojos más de la cuenta.

— ¿Qué tú quieres que?—pregunte sin poder creerlo. Soltó una risita.

— Quiero que vivamos juntos y te lo estoy proponiendo, ¿que dices?—me propuso nuevamente y no sabía que decirle.

El sonido de mi celular sonó interrumpiendo todo esto y me di cuenta de que era Noah. Contesté rápidamente alejándome de Jack.

— ¿Si?

— No tiene sentido vivir sin que nadie te ame, ¿verdad? Sin que nadie te diga que es lo correcto, o que se preocupe por ti.
Colgó y abrí los ojos más de la cuenta. Noah, puede hacer una locura. Debo de ir a verle.

— Fer, me necesita y yo...lo siento —le dije a Anthony.

— Tranquila, ve y yo estaré trabajando un poco pero déjame saber que opinas sobre lo que te propuse, ¿si?—besó mis labios.

Rápidamente salí de la oficina para tomar el ascensor, bajar al estacionamiento, tomar mi auto y conducir hacia la casa de Noah.
Entré rápidamente buscándolo y subí corriendo a su habitación para encontrarme con Noah, sentado en el borde de la cama riéndose.

Me llene de enojo porque me había mentido y yo estaba preocupada por el.

— No hay comparación, ¿ves que vuelves a mi con tan solo llamarte?—dijo levantándose.

— ¡No juegues conmigo de esa maldita manera! —le grité enojada.

— No hables de juegos, Alice —me gritó y se calmó—. Jack, debe de estar acostumbrado a tus rechazos, ¿no?

— No creo que te interese saber lo que el piensa.

— Tienes toda la razón, no me importa tú Jack—se acercó a mi para tomar mi cara entre sus manos—. Disfruta de tu juego, mientras puedas, mi Alice.

Quité mi cara de sus manos para sacar mi celular y escribirle a Jack.

"Acepto vivir contigo"

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