El rugido de mi estómago me despertó acompañado de un rico olor que había en la habitación de Jack, pero él, no estaba allí.
En la mesita de noche, había una bandeja con suficiente desayuno para los dos. Pero, ¿donde estaba?, ¿acaso me dejó sola?
Bostecé y en eso él apareció, saliendo del closet acomodando las mangas de su camisa. Estaba recién duchado, llevaba unos pantalones de tela de color negro, una camisa mangas largas de color blanco por dentro y unos zapatos clásicos de color negro.
Al mirarme, soltó una gran sonrisa y se acercó para besar mis labios, luego de sentarse en el borde de la cama.
— Buenos días mi amor —me saludó y le sonreí—. ¿Dormiste bien?
— Quisiera seguir durmiendo pero el hambre me despertó —dije mirándolo y señaló la bandeja.
— Supuse que tendrías mucha hambre.
— ¿Vas a trabajar?—le pregunté y asintió.
— Tenía ganas de quedarme todo el día contigo pero tengo una reunión importante con unos inversionistas y no puedo faltar —asentí, es importante y no puedo intervenir en eso.
— Te entiendo, ¿puedo ducharme?—pregunté y asintió.
— Puedes hacer lo que quieras —susurró—. Ve a ducharte, te esperaré para llevarte a tu apartamento. No aceptaré un no como respuesta.
Desayuné. Entré a ducharme y salí envuelta en una toalla para ponerme la ropa de la noche anterior.
Revisé mi celular y habían cientos de mensajes de parte de Noah. Respiré profundo. Tengo que ir a verle y ponerle una excusa, aunque siempre se imagina que estoy con Jack cuando no estoy con él.
Jack, me llevo hasta la puerta de mi apartamento para tomarme de la cintura y mirarme a los ojos.
— ¿Te puedo llamar cuando mi ocupado día termine?—pregunté y reí.
— Claro —rodeé con mis manos su cuello—. Nadie sabe si podremos cumplir tu fantasía de quedarnos a dormir.
— Me encanta la idea pero tengo que irme —besó mis labios—. Salúdame a Fer.
Jack se marchó y decidí girarme para encontrar a Fernanda con una sonrisa pícara, pegándome un susto.
— ¿Cuanto tiempo tienes ahí?—pregunté poniendo una mano en mi pecho.
— Quiero detalles —dijo tomándome del brazo para entrar a mi apartamento y cerrar la puerta.
Nos sentamos en el sofá.
— El regalo se me quedó en su casa —dije buscándolo. Fer, frunció el ceño.
— ¿Qué regalo?—preguntó.
— Te haré un resumen: Jack, preparó una hermosa cena en su jardín. Noah, estaba insistiendo pero me lleve de tu consejo y lo ignoré. Jack,me comentó que hablaría con sus contactos productores y esas cosas.
— ¿Tuvieron sexo si o no?—preguntó mirándome
— Casi ni dormimos —Fer chilló y reí—. Pero tengo que saber de Noah
— ¿A qué diablos vas a ir a su casa?, no necesita una explicación porque solo es tu ex, no tu novio actual, Alice —me reprochó, Fer.
— No es tan sencillo, Fer, yo...—ella tomó mis manos.
— No te juzgo pero tampoco es lo correcto, esto puede terminar muy mal si Jack se entera que estás acostándote con otro hombre cuando el cree que estás solo con el.
— Solo hablaré con Noah.
Me puse unos jeans entubados, un top con mangas y unos converse para irme hasta la casa de Noah.
Había algo fuera de lo normal y era el silencio que inundaba la casa. Habían latas de cerveza tiradas y algunos que otros pequeños vasos con residuos de tragos.
— ¿Noah?—pregunté buscándolo y me tomó de mis muñecas por sorpresa.
— ¿Dónde diablos estabas anoche?—me gritó enojado y me asusté.
Era como revivir el pasado. Sus ojos rojos, su agarre fuerte que marcaba mis muñecas, su cabello despeinado y su respiración pesada.
— ¿Porque no me respondías?—me gritó nuevamente y debía de calmarlo.
— Noah, cálmate...
— No me compares con ese perdedor, ¡tú eres mía, Alice! —dijo tomando mi rostro entre sus manos
— Noah, no tienes porque gritar —dije mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
— Discúlpame, nena —dijo besando mis labios y se transformó como si fuera otra persona—. No lo vuelvo hacer, perdóname, perdóname.
Mensaje de Jack:
"Tengo buenas noticias. Nos vemos esta noche mi amor ;)"
— Quiero hacerte mía —empezó a besar mi cuello y lo despegue.
— Noah, no...—lo miré—. Tengo que irme.
— ¿Te vas por el, no?—me gritó enojado y tome mis cosas para caminar hacia la puerta—. ¡Te vas arrepentir Alice! ¡Tú eres mía! ¡Solo mía, maldita sea!
Salí de allí lo más rápido que pude. Tenía la respiración agitada y los recuerdos se hacían presentes. Noah, no ha cambiado, y no creo que lo hará.
ESTÁS LEYENDO
Solo tuya
FanfictionUn ángel, puede llevarte al cielo. Un demonio, puede arrastrarte al infierno. Entre dos hombres, peleando por el corazón de una mujer, todo puede pasar, ¿no? Es como jugar la lotería: solo hay un ganador. ¿Habría manera de cambiar las reglas del...