— La bala recibida por el señor Wilson, no tuvo contacto con ningún órgano—me sentí aliviada por unos segundos—. Estuvo inconsciente por el golpe recibido en la cabeza. Estará unos días en observación.
— Gracias, doc —le susurré limpiando mis lágrimas. Fernanda me abrazó.
Solloce en los brazos de Fernanda, juro que sentía que lo perdía y un sentimiento de miedo se apoderó de mi.
— No llores, él está fuera de peligro y estará mejor ya verás —me susurró y me despegué—. Toma este poco de té para que te calmes antes de verlo.
— G-gracias —dije tomando el vaso con mis manos temblorosas para beber un poco y entregarle el vaso a Fernanda.
— Al parecer, fue un asalto porque no encontraron su cartera ni su celular —comentó y busqué en mi bolso su celular porque lo había dejado en la mesa.
— Yo me quedé con su celular y...—mis ojos se llenaron de lagrimas—. Debí de acompañarlo.
— Pudiste estar herida también.
Pregunté en qué habitación estaba para irme rápidamente y verle en aquella camilla, con los ojos cerrados, su torso descubierto y un vendaje en su costado izquierdo.
Me acerqué para tomar su mano y acariciar su cabello.
— Necesito que despiertes y que te quedes conmigo —susurré mirándolo con mis ojos aguados—. Siento que todo lo que ha pasado ha sido mi culpa y necesito que me digas que estoy equivocada o que no piense de esa manera.
La puerta se abrió de repente y decidí mirar.
— ¡Noah tienes que esperar afuera!—le dijo Fernanda forma de reproche y me quede mirándolo.
— ¿Qué diablos haces aquí?—le pregunté enojada.
— Intente que no entrara pero...—la interrumpí.
— Yo me encargo —le dije y ella asintió para irse sin antes cerrar la puerta—. ¿Que diablos quieres, Noah?
— ¿Así me vas a tratar porque este pendejo te haya pedido que te cases con el?—preguntó tomándome de la cintura, traté de alejarme.
— ¿Como se supone que debería de tratarte?—le pregunté en voz baja—. Deberías de tener un poco de respeto por el estado de Jack.
— ¿Respeto?—preguntó mirándome—. Mis pensamientos no están respetando que tienes un anillo y lo estoy odiando.
— Pues lo vas a odiar porque me casare con Jack —dije firme y se quedó unos segundos en silencio.
— No dejare que te cases porque eres y siempre has sido mía.
— Nunca he sido tuya, ¿sabes porque? Porque nunca me trataste como debiste. Solo era sexo y no me lo niegues porque no te voy a creer —dije alejándome de él.
— Trate de cambiar pero tú te alejaste de mi —me susurró. Reí.
— No cambiaste y nunca lo harás porque eres un maldito tóxico y yo me cansé de esperar que cambies —sentí nauseas.
— Claro que...—lo interrumpí.
Corrí hacia el baño para ponerme de rodillas y vomitar todo lo que me había comido porque tenía unas nauseas horribles. No, otra vez no.
Sentí como Noah recogió mi cabello para que terminara de vomitar. Sentí un alivio al terminar.
Me lave la cara y me enjagüé mi boca para respirar profundo, salir y encontrar a Noah cerca de Jack, mirándolo fijamente.
— ¿Estas bien?—me preguntó acercándose a mi y sentí que mi vista se nubló. Me aferré a sus brazos abrazándolo—. Vamos a sentarte.
Noah me sentó en el pequeño sofá que había.
— ¿Cómo supiste que Noah estaba en el hospital?—pregunté mirándolo.
— Salió en las noticias y supuse que estaban en el hospital —contestó con calma y me quedé mirándolo—. ¿Crees que yo le mandé a pegar un tiro?
— No, yo....—me interrumpió.
— Ganas no me faltan y ahora me estas dando motivos para hacerlo —dijo señalando el anillo. Me quedé mirándolo.
— Aja —dije agarrando mi cabeza.
— No me digas lo que estoy pensando —me susurró y tragué saliva.
— No me he hecho prueba de embarazo si es lo que estás pensando —dije y me tomó de las muñecas, fuertemente—. Me lastimas...
— Escúchame muy bien, Alice —me susurró apretando mis muñecas. Solté un quejido por su agarre fuerte—. No dejare que tengas un bebé de ese pendejo. Antes me tienen que matar a qué tengas ese bebé...
Noah me miraba con furia y mis ojos se llenaron de lagrimas al recordar muchas cosas.
— A-Alice —dijo Jack con dificultad y Noah me soltó para salir rápidamente de la habitación.
Limpié mis lágrimas para acercarme a Jack, el cual tomó mi mano para acercarla a su cara.
— Me alegro que estás reaccionando —le susurré besando sus labios.
— ¿Quien estaba....contigo?—preguntó y reí para acariciar su cabello.
— El doctor me estaba diciendo que eres un hombre fuerte y que nunca te irás de mi lado —dije con los ojos aguados.
— Creo que...tiene razón —me susurró para darme una débil sonrisa.
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Solo tuya
FanfictionUn ángel, puede llevarte al cielo. Un demonio, puede arrastrarte al infierno. Entre dos hombres, peleando por el corazón de una mujer, todo puede pasar, ¿no? Es como jugar la lotería: solo hay un ganador. ¿Habría manera de cambiar las reglas del...