Epílogo

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Años después

— Uno, dos y...tres —dijimos todas las mujeres para que Fernanda tirara el ramo de rosas blancas que tenía en sus manos.

Aunque no lo crea, Fernanda  se había casado. Se enamoró de un chico de Londres y pues, le pidió matrimonio en una cena y desde entonces, ha sentado cabeza.

— ¿Donde está el ramo?—preguntaban todas y alguien me abrazó por detrás para enseñarme el ramo.

— ¿Buscas esto?—me preguntó Jack para darme vuelta y besarme.

— Creo que habrá boda pronto —nos susurró Fernanda emocionada mirando el ramo haciéndonos despegar y reírnos.

— Creo que no porque la madrina de la boda se irá muy lejos —dijo Jack en forma de broma.

— Déjame decirle a mi esposo que conseguí un contrato de trabajo —reímos.

— Tenemos que irnos, ya es tarde y Chloe no duerme hasta que lleguemos —dije mirando mi celular y abracé a Fernanda.

— Te deseo todo lo mejor del mundo, te amo —le susurré y ella me apretó.

— Igual para ti, te voy a extrañar muchísimo y a mi bolita por igual —dijo casi llorando—. Pero regresaré a visitarlos pronto. Jack, cuídamela.

— Sabes que si —dijo mirándome y tomando mi mano para salir de allí.

Nos montamos en el auto de Jack para que condujera hacia casa. No acostumbro a salir tan tarde pero la situación lo ameritaba.

Entramos a casa para que una pequeña persona viniera corriendo hacia nosotros.

— ¡Mamá! !Papa! Llegaron —dijo Chloe con emoción y Jack la tomó en brazos.

— Hola mi amor —le dijo Jack llenándole la cara de besos, escena que me derretía todos los días.

— ¿Cómo la pasaste mi amor?, ¿Dónde está Lola?—le pregunté.

— Buenas noches señor y señora Wilson —apareció Lola.

— Lola me hizo galletas de chocolate y me dio un poco de soda —nos susurró.

— Ya veo que no dormirás en toda la noche —dije mirando a Jack para que se riera.

— Gracias Lola por cuidarla —dije entregándole su paga.

— Siempre a la orden. Nos vemos mañana, Chloe —besó la mejilla de la pequeña y se fue.

Subimos a nuestra habitación y entre al baño para darme una ducha rápida y ponerme una pijama corta.

— Papá, ¿puedo preguntar algo?—le dijo Chloe a Jack. Decidí salir hacia la cama para mirar esta escena.

Jack, estaba en bóxer y Chloe tenía una pijama larga, estaba acostada encima de su papá, como el la había acostumbrado.

— Adelante.

— ¿Porque tú y mamá no han hecho boda como la tía Fer?—preguntó y me senté en la cama.

— Hicimos una boda pero una tormenta dañó ese día —solté una carcajada.

— Tormenta fue mala —dijo Chloe pensativa.

— ¿Qué tal si hacemos una boda?—le pregunté a Jack, me miró con sorpresa y una sonrisa.

— ¿En serio mamá?—pregunto Chloe con una sonrisa. Asentí—. Bueno, yo me encargaré de que no haya tormentas malas, mamá.

— Aveces, las tormentas son necesarias en nuestras vida, cielo —dije acariciando su cabello y miré a Jack—. Nos ayudan a encontrar el sol después de ellas y quien sabe, si ese sol es una persona.

— Te amo, Alice —dijo acariciando mi mejilla.

— Te amo, Jack —dijo para besarme.

— ¿Ya no me amas papá?—nos interrumpió Chloe haciéndonos reír.

— Te amo mi amor, las amo con todo mi corazón —nos susurró.

— Más te vale, papá —dijo abrazándolo. Jack se empezó a reír para luego yo seguirle la corriente por las ocurrencias de nuestra pequeña Chloe.

|Espero que les haya gustado esta novela.
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