[Capítulo 8]

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Los fuertes y relucientes rayos del sol aparecieron contra mi rostro, la cortina de la ventana estaba entre abierta, dejando que el sol iluminara la habitación.

Me senté sobre la cama, y observe todo el paisaje. Yoongi a un lado mío yacía durmiendo completamente desnudo, solo cubierto por las sabanas blancas, toda la cama era un desastre, en el suelo yacía nuestra ropa.

Su mano estaba encima de mi cintura, no podía moverme, rápidamente un pequeño recuerdo llego a mi mente.

—Yoon— sus embestidas eran tan magnificas que no me dejaban parar de gemir una y otra vez.

Tomo mis piernas y las puso a los costados de sus caderas, incrementando sus embestidas, la cama comenzó a moverse conforme él se movía, estaban sincronizados, colocó sus manos en el barandal de la cama y se movió aún más.

—Maldición.—jadeo.

—Oh Yoongi— puse mis manos en sus hombros.— Por favor, s-sigue así..—gemía.

—Entonces, dilo una vez más, vamos, suplica.— susurró aún jadeando en mí oído.

—Por f-favor, sigue así, no pares.—me aferre a su espalda al sentir sus embestidas ser más duras y profundas.

Sus manos se aferraban al barandal, al punto de que sus venas se marcaban aún más, el orgasmo estaba por venir, él desesperadamente siguió moviendo sus caderas sin ningún control, poco a poco sus gemidos se hicieron aún más presentes, se escuchaba tan bien, su ronca y fuerte voz.

Siguió moviéndose hasta que finalmente  llego a su clímax. Bajo su mano hasta mi cuello y me tomo, acerco su rostro al mío, y dejo un dulce beso, que poco a poco bajo a mis clavículas y después a mi pecho.

—¿No creerás que esto ha acabado, o sí?—sonrió.

—Realmente esperaba que no.—volví a besarlo.

Pose mis manos detrás de su cuello y lo acerque a mi rostro, bese sus labios y me dirige a su mandíbula, hasta llegar a mi objetivo, su cuello, varios gemidos salieron de sus dulces labios.

—Oh basta. No me hagas follarte realmente duro—sonrió sobre mis labios.

—¿Y si lo haces? No suena tan mal.— murmuró en su oído.

—Me encantaría hacerlo.

—Sería un gusto.—volví a besarlo.

Nuevamente tomo mis piernas, pero esta vez las puso sobre sus hombros, sacando un gran gemido de mí al sentirlo dentro.

Realmente era tan excitante, se sentía demasiado bien, sus manos tomaron las mías y se entrelazaron. Sus caderas fueron moviéndose conforme pasaba el tiempo, el ruido de nuestras pieles chocar se hacía cada vez más intenso y más excitante. 

—¡Oh Yoongi!—puse mi mano en mi boca para callar mis gemidos.

Pero Yoongi la quito de un segundo a otro, acercó su boca a mi oído y hablo;

—Quiero escucharte bien. Así que abre bien esa boquita que pronto me follaré.

Mi cuerpo ya no resistía más, los choques eran intensos, pedía a gritos que el orgasmo llegará, y así paso. Ambos habíamos llegado, de nuevo.

¿Despertaste bien? ¿T/n?

La voz de Yoongi me hizo salir de mis recuerdos, él estaba sentado en la orilla de la cama poniéndose la camisa, arreglo su cabello y se levantó, ya tenía puesto los pantalones. ¿En qué momento se había vestido?

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