[Capítulo 9]

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—Vámonos de aquí.

Ambas comenzamos a gatear hacia la sala, la puerta trasera se abrió, ahora ellos estaban dentro, en la cocina, la chica se levantó, camino en dirección a la cocina, sacó un arma y apuntó.

—Debes irte de aquí, ahora, protege el paquete.—murmuró.

—No puedo irme sin ti. Te esper—

—No, vete ahora, estaré bien...

—Claro que no, son demasiados, no puedo dejarte aquí sola.—susurro.

—Sólo vete de aquí rápido.—saco unas llaves de su bolsillo.—Toma el auto y sal de aquí.

Lo dude por unos segundos, debía hacerlo, de lo contrario más personas saldrían heridas, no solo mi vida corría riesgo, si no la de cientos más. Tome las llaves, antes de irme saque un arma y se la lancé por debajo del suelo, intentando no hacer ruido.

—Ten cuidado.

Me levante, la chica se posicionó frente a mí, uno de los hombres nos había visto, rápidamente corrió hacia nosotras, la chica disparó.

—Espera. ¿Cuál es tú nombre?

—Emma, soy Emma.

—Gracias, Emma, ¿estás segura de que quieres que te deje aquí?

—Si, solo vete ya. Protege el paquete...

Camine hacia la sala, mire a ambos lados intentando asegurar el camino, no había nadie, abrí la puerta y salí. Me sentía mal por haber dejado a Emma, pero ella lo había pedido, además, de lo contrario estaría sacrificando a más personas.

Busqué el auto de Emma, este estaba escondido entre el bosque frente a mi casa, a tan solo un par de metros antes de perderte en este, era muy grande, cientos de arboles de colores variados, resaltaba el naranja, pues era verano, al encontrarlo, lo encendí y lo saque de ahí.

Iba de reversa, cuando fije mi vista al espejo retrovisor, había un auto que estaba a punto de seguirme, rápidamente encendió su motor al percatarse que yo ya me estaba yendo.

Pise el pedal hasta el fondo, el auto aún seguía detrás de mí, poco a poco me iba alcanzando. Debía llegar rápido a la ciudad para perderme de él.

En un movimiento rápido, el auto se posicionó a un lado de mí, la ventana comenzó a abrirse, y de ahí, un chico saco su arma, apuntando justo a mis llantas para detener mi paso, y lo hizo, había sido tan rápido, que apenas y me di cuenta de que la llanta había sido perforada, perdí el control del auto.

No antes de chocar, de batalla. Gire por completo el volante a la izquierda, y le pegue en un costado. El auto se inclinó levemente, di otro golpe, pero este respondió con lo mismo.

Estaba a punto de girar y caer junto con el auto, antes de eso, di mi último golpe antes de caer pero del lado contrario, su auto cayo dio varias vueltas,igual que con el mío.

Ambos habíamos caído del lado izquierdo, llevándonos varios arboles de paso, su auto era un total desastre, los vidrios rotos, la puerta con una gran abolladura, estaba de cabeza, las llantas ponchadas, parecía no haber esperanza, así que aproveche el momento y corrí lejos de ahí.

Fui a mi auto y saque la maleta negra y comencé a correr cerca de la carretera, corrí y corrí, voltee hacia mi antigua casa, aún seguían tres de los cuatro autos que habían llegado.

El camino se veía realmente lejos, parecía imposible que llegara a la ciudad, estaba demasiada retirada de casa, la carretera parecía infinita, los árboles le daban un leve toque, finalmente me detuve a un lado de la carretera para tomar aire.

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