[capítulo 19]

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Ambos estuvieron revisando de pies a cabeza al pobre chicoque seguía tirado en el sucio suelo, aún inconsciente.

—Solo hay un pase. Uno de los dos tiene que quedarse.

—Diablos... En ese caso seré yo.

—Bien, ahora vengo.

El chico estaba dispuesto a ir solo a enfrentar los problemas de aquel bar, pero fue detenido por la fría mano de Taehyung.

—Ey, ¿que rayos haces?

—Iré al bar, ¿duh?

—Idiota, Yo iré, tu te quedas. Si alguien debe ir solo, soy yo.

—Escucha, no tenemos tiempo, o voy yo, o vas tu.

—Iré yo, espe—

El teléfono comenzó a sonar dentro del pantalón de Tae, era el teléfono de Jimin.

—Dame debo contes—

—¿Bueno?—se apresuró a contestar antes que Jimin, se dió la vuelta e ignoro las maldiciones de el por contestar su propio teléfono.— Ya conseguimos un pase, pero solo es uno, no podremos entrar juntos. Sí, lo sé, ya es tarde pero- . Bien, en ese caso, ya vamos para allá.— colgó el teléfono.

—¿Quien era?

—T/n llamó. Dijo que debemos irnos ya, le llamaron para adelantar la entrada, al parecer hubo un par de problemas allá y debemos apresurarnos.

—Carajo, si es así ya vámonos.

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Un par de toques a la puerta llamaron la atención de la pelinegra.

Se levantó del sillón y camino a la puerta en completo silencio. La puerta era más grande que ella, así que tuvo que levantarse de puntillas para poder ver quién era. Y al percatarse soltó un suspiro.

Eran las chicas del servicio.

Abrió la puerta lentamente y las dejo pasar.

—Buenas tardes, ¿T/n?

—Si soy yo.— respondió mientras veía como las chicas metían un pequeño armario movible lleno de bolsas negras colgando.

—El señor Taehyung ordenó que lo entregamos.— dijo con una sonrisa mientras acomodaban el armario en la sala.— Que tenga un buen día.

Después de que salieran del apartamento, T/n saco una de las bolsas del armario, estaba dudosa, ¿Por qué Taehyung mando eso?

Abrió la bolsa con cuidado, y se percató que todo lo que había eran vestidos, lindos y costosos vestidos.

Fue ahí cuando recordó lo que le había pasado a su antigua ropa. Con suerte pudo tomar una ducha y cambiarse con ropa cómoda en casa de Taehyung.

Su ropa, su querida y pobre ropa de diseñador había estallado en su casa gracias a su jefe. No tenía mucho que ponerse.

Dudosa, comenzó a abrir cada bolsa encontrando vestidos cada vez más y más extravagantes.

Sin darse cuenta, las horas habían pasado, en ese transcurso le habían llamado de la empresa diciendo que debían ir antes pues el plan corría riesgo.

Reviso la hora, eran las 9:28 pm. Los chicos llegarían en un rato, se supone que ya debería estar lista, pero había estado viendo cada defecto inexistente de cada vestido, hasta que se decidió por uno.

Color negro, escotado, pequeños brillos en los tirantes, no tan largo, le llegaba debajo de las rodillas, la tela era fina, era un vestido perfecto para ella, le quedaba demasiado bien, se ajustaría a sus voluminosas medidas.

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