Rose se acercó a ella para besarla, pero Jisoo se alejó dejando a la rubia confundida - ¿Jisoo?
- Ya puedes ir a buscar a cualquier otra para besar tranquila – dijo caminando hacia el coche. Caminó unos metros y se dio vuelta para agregar- Cuando termines sólo tienes que silbar porque yo ya te pertenezco. Puedes hacer lo que quieras conmigo me tienes en la palma de tu mano – siguió caminando.
Rose se apuró para alcanzar a la pelinegra.
– Ven acá idiota – le dijo cariñosamente mientras agarraba su brazo para traerla hacia ella – yo sólo beso a jugadoras de básquet, pelinegras, bajitas y con un ego enorme – jugaba la rubia
- Yo soy pelinegra – dijo Jisoo y Rose asintió.
- Juego al básquet –afirmo la pelinegra
- Y muy bien dicen – agrego la fotógrafa haciendo sonreír a la otra chica.
- Y también soy bajita – se media con su mano
- No es que tenga un problema con eso – de paso Rose aclaraba.
- Mmmm pero me falta el ego, bueno supongo que será alguna otra – Jisoo se encogió de hombros – Nos vemos luego entonces – trató de irse y digo trató porque al primer paso que intentó dar, Rose la rodeo con sus brazos nuevamente.
Se miraron, se sonrieron, se miraron, se sonrieron... se besaron. A diferencia de los anteriores besos, este no lo inició ninguna, fue sincronizado, mutuo, fue... fue perfecto, tan perfecto que quien hubiera pasado en ese momento por ese lugar no hubiera visto dos personas besándose, hubiera visto una sola figura, no había espacio que las separara.
Llegando al departamento de Rose.
Jisoo y Rose iban de la mano caminando por el pasillo que terminaba en el departamento de la rubia.
- ¿Está mal que aún no nos hayamos despedido y yo ya este te extrañando? – le preguntó la pelinegra a su acompañante.
- ¿No vas a entrar conmigo? – preguntó en un tono decepcionada Rose agachando su cabeza
- Rose ... mírame por favor – la rubia alzó sus ojos – ¿tú sabes que va a pasar si yo entro cierto? – preguntó Jisoo dando por hecho la respuesta de, la pronto ser, su chica.
- Lo sé... – afirmó- pero es que la noche fue muy corta y mañana sales para Indiana y... y no quiero que te vayas ¿no puedo atarte a la pata de mi cama ni siquiera? – bromeo la rubia
- Mmm, depende... ¿si me tiro al piso y giro sobre mí misma me rascarías mi pancita? – Jisoo siguió el jueguito del perro. Levantó sus manos saco su lengua e imitó a un perro jadeando.
- Por supuesto que sí. Y si me miras con tus ojitos de perro mojado te rasco detrás de la oreja – alzaba su mano y rascaba a la pelinegra en el lugar mencionado haciendo reír a la otra mujer – Gracias... gracias por esta noche – termino el juego Rose mirando a su pelinegra a los ojos – Gracias por todo en realidad – acarició el brazo tatuado que se había convertido en la nueva obsesión de la rubia.
- Si alguien tiene que agradecer soy yo a ti, por aceptar salir conmigo- Jisoo tomó la mano de la otra chica y la beso - Rose... tú... yo...
- Ey – la rubia tranquilizaba a Jisoo – estoy aquí ¿sí? Dime.
Jisoo suspiro – ¿podemos desayunar juntas mañana, es decir tú, Maddie y yo? No quiero que tomes esto como una presión ni nada sólo que como me voy por unos días quería ver a Maddie antes y...
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Cuando, donde y como el amor quiera-Chaesoo
Randomkim Jisoo es una aclamada jugadora de básquet en Londres hasta que es elegida para jugar en la WNBA, con un pasado negro y su fama de mujeriega irrumpe en New york sin saber que un encontronazo con una rubia , mandona, idiota le va a cambiar la vida...