La caída de Kaenri'ah // CHILUMI (Genshin Impact) // TERMINADA

Capítulo 10

Vuelve a pasar ambas manos por la falda de su vestido, alisando las inexistentes arrugas de la falda de este por cuarta vez. Suspira y dirige de nuevo su vista al espejo de cuerpo entero. No va a mentir, la verdad es que los nervios se han apoderado de ella y ahora no sabe que hacer.

No le costó mucho convencer a su padre para que le permitiera cenar con Childe y su familia, ya que él sigue con la idea de unir en matrimonio a su hija, y sus dos claros pretendientes son Diluc y el ojiazul. Ante la mención sobre los padres del pelirrojo, Dainslef había aceptado rápidamente a la invitación, pero no era un secreto la molestia que se reflejaba en su rostro por no haber sido también invitado. En su mente, los padres de Childe también tenían en mente prometer a su hijo con Lumine, por lo que en consecuencia deberían haber invitado al padre de este, aunque lo dejó pasar afirmando que es parte del comportamiento de los habitantes del norte.

Un deja vú llega a la mente de Lumine cuando mira por detrás de ella a través del espejo y ve a su hermano tumbado en uno de los sillones de su habitación, leyendo tranquilamente un libro mientras le hace de compañía a su hermana. Pasa los dos mechones largos que tiene enmarcando su rostro por detrás de sus orejas, y tras un vistazo vuelve a negar con la cabeza y a colocarlos como antes. Vuelve a repasar su atuendo una vez más, dando media vuelta para verse también por detrás. Lleva puesto un vestido blanco que llega hasta por encima de sus rodillas, ajustado en la cintura y suelto por la cadera. En los bordes de la falda y en el pecho hay pequeños detalles de pedrería de tonos azules e hilos dorados, con la espala abierta hasta la parte baja de esta.

- Por la diosa Lumine, estas guapísima, deja ya de dudar sobre que te vas a poner. Es el tercer vestido que te pones.

Ella se gira en dirección a su hermano con una expresión entre indignada y avergonzada, pero la verdad es que no sabe que decir, Aether tiene razón. 

Su hermano cierra el libro y se levanta del sillón, caminando en dirección a la ventana. En el trayecto, cruza caminos con su hermana, a la que le saca la lengua de forma burlona mientras acelera el paso para no llevarse un tirón en la trenza. Abre las cortinas y mira al exterior, entrecerrando un poco sus ojos para poder ver mejor en la incipiente oscuridad. Una sonrisa se plasma en su rostro cuando ve que el carro de caballos del pelirrojo ya esta preparado para llevar a Lumine hasta su casa.

- Su carruaje le espera, señorita. - no trata de ocultar el tono burlón de la frase, haciendo que su hermana frunza el ceño en su dirección.

Vuelve a acercarse a la rubia y coge el abrigo que estaba tirado sobre la cama, para después ayudar a su melliza a ponérselo. La empuja un poco por los hombros, animándola. Justo cuando iba a cruzar la puerta vuelve corriendo hasta el tocador, para coger el pendiente granate y colocárselo en una de sus orejas. Ahora si, ya esta lista para ir a cenar.

Se despide de su padre y hermano y sube al carro, comenzando el camino hasta casa del mayor. Es la primera vez que va a ir a casa de Childe, por lo que si lo sumas con el hecho de que va a conocer a su familia, sus nervios aumentan un poquito. Mira a través de la ventana y se da cuenta de que se están alejando bastante de su casa y es ahí cuando se da cuenta de todas las veces que el pelirrojo le había mentido diciendo que no vivían tan lejos.

El carruaje no tarda mucho más en parar y ve como la puerta se abre, dejando ver al pelirrojo tendiéndole una mano para ayudarla a bajar. Ella la acepta y mira la casa frente a ella. No le extraña que no sea muy diferente a la suya aunque esta claro que esta es un poco más grande.

- Hola linda.

Lumine sonríe en su dirección y camina a su lado hacía la puerta. Un agradable calor se instala en el pecho del pelirrojo al ver el pendiente que cuelga de una de las orejas de la menor y su sonrisa se ensancha, animando su paso a la vez, como cada vez que veía este detalle en la rubia.