La caída de Kaenri'ah // CHILUMI (Genshin Impact) // TERMINADA

Capítulo 9

Un leve quejido se escapa de sus labios cuando siente un tirón en su cabellera. De fondo, una risa que intentaba ser ocultada por una mano sobre la boca de la rubia inunda la habitación, haciendo que su hermano frunza el ceño en su dirección.

- ¿De qué te ríes?- achina los ojos en dirección a Lumine y vuelve a quejarse cuando otro tirón en su pelo echa su cabeza hacía atrás. - Me vas a acabar arrancando el pelo.

- Lo estoy intentando Aether. - Un gruñido de frustración escapa de Xiao. - Si Lumine no fuera tan vaga y te ayudara.

- Ocupada.

- Si claro. - El pelinegro rueda los ojos mientras continua con su labor. - Te sabes ese libro de memoria, no entiendo por que dices que estas ocupada.

Lo cierto es que los tres estaban esperando a Zhongli para comenzar con su clase de hoy. Aprovechando el tiempo libre que tienen antes de que este venga, se habían ido a la biblioteca, pero como siempre Aether había llegado tarde y sin siquiera peinarse, por lo que han acabado así. Xiao poniendo todo su empeño en intentar hacerle un trenza a Aether mientras Lumine solamente se limita a leer su libro favorito a la vez que se ríe del destrozo que el adeptus le esta haciendo a su hermano en el pelo.

- Me rindo.

Xiao suelta la larga melena del rubio de forma irritada, mientras se deja caer contra el respaldo del salón. Aburrido, extiende los brazos en el respaldo del sofá y dirige la vista al rubio que tiene sentado a su lado, ahora intentando deshacer los nudos de su pelo. Suspirando, su impulsa y lleva las manos a la cabellera del menor, peinando con sus dedos el cabello enmarañado. Este se gira un poco para dedicarle una sonrisa de agradecimiento, para después entrecerrar los ojos en dirección a su hermana, quién lo mira con complicidad. Esta solamente oculta su rostro tras el libro, aunque la pequeña sonrisa traviesa que intenta ocultar no pasa desapercibido para su mellizo.

Un estruendoso golpe hace que los tres jóvenes dirijan su mirada hacía la puerta. Zhongli intenta mantener su rostro sereno, aunque es incapaz de ocultar del todo su malestar, por lo que su hijo frunce su ceño en su dirección. Se disculpa por el ruido que ha hecho al abrir la puerta y camina en dirección a la mesa donde había dejado anteriormente sus cosas, recogiendo estas. Xiao se levanta y se acerca al mayor, dónde comienzan una conversación en susurros que hace que la curiosidad de los mellizos crezca aún más.

Zhongli se despide de los rubios de forma educada y vuelve a salir de la dirección, dejando a su hijo atrás sin saber como reaccionar. Este se gira en dirección a los hermanos mientras rasca su cabeza con una expresión confundida en el rostro. Se deja caer al sofá y una sensación de agobio se instala en su cuerpo cuando ve a los dos hermanos acercarse a él de forma lenta.

La forma en la que se mueven, con la misma expresión de curiosidad pura, con un aire inocente y la forma en la que ambos se sientan junto a él, incitándolo con la mirada a que cuente lo que ha pasado envía un escalofrío por la espalda del pelinegro. Es un poco extraño ver a dos copias hacer los mismos movimientos.

- Ha pasado una cosa urgente con los otros arcontes, por lo que se ha tenido que ir con urgencia. 

Ve como la desilusión se plasma en el rostro de los mellizos y como estos se dejan caer en el sofá en el que se encuentran con una pose aburrida. Ellos esperaban que fuera algún cotilleo interesante, por lo que ni siquiera intentan disimular. 

El movimiento brusco que hace Lumine al levantarse rápidamente del asiento asusta a los dos chicos, por lo que giran su cabeza de forma alarmada en su dirección, aunque con lo único que se encuentran es con una sonrisa traviesa en el rostro de la chica.

- Eso significa que tenemos el día libre, ¿no?

Su hermano sonríe con complicidad y Xiao suspira mientras se deja caer aún más en su asiento, sabiendo que le va a tocar acompañar a ambos durante toda la mañana para que no hagan estupideces. Siente como cada uno le tira de un brazo hasta hacer que se levante y lo dirigen hacía la salida, saliendo a la calle y aún sin dejar de tirar de su brazo.