Capítulo 18

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Dainslef se queda quieto al pie de la escalera, viendo a su hija sumergida hasta las rodillas dentro del Lago de las Profecías. Viendo como unos violentos temblores sacuden todo su cuerpo y como las lágrimas inundan su rostro hasta caer contra el agua del lago.

El rubio ya había tenido un presentimiento extraño que había provocado que estuviera toda la mañana irritable y con los nervios a flor de piel. El sentimiento extraño en la boca de su estómago solamente se había acentuado al ver la puerta del santuario abierta y se había vuelto aún más doloroso al ver el tapiz en otro lugar y la entrada de la cripta al descubierto.

Lumine boquea, no sabe si en busca de aire o en busca de alguna palabra, pero cualquier sonido se queda atascado en su garganta mientras reproduce continuamente las imágenes que se han grabado a fuego en su mente.

Una, y otra, y otra vez.

Ella acabando con su ciudad. Ella acabando con su nación.

Ella acabando con Childe.

Su padre la agarra por debajo de los brazos justo en el momento en el que sus piernas al final ceden y dejan de sostener su peso, casi dejando que todo su cuerpo se sumerja en el agua.

Dainslef coloca a su hija frente a una de las antorchas azules, sentándola con la espalda pegada a la pared y se arrodilla frente a ella, quitando de forma suave los mechones que se pegan a su rostro debido al sudor y sujetando este con ambas manos.

- ¿Lumine? Lumine, mi vida, soy yo... Soy tu padre...

Ella lo mira aún con los ojos desorbitados, incapaz de asimilar todo lo que significaba lo que había pasado hace apenas unos momentos.

- Yo... ¿Qué...?

- Shh... Ya está, Lumine. Ya pasó. - Dainslef acuna el rostro de su hija entre sus brazos, sentándose en el suelo y apoyando todo el peso de la rubia contra su cuerpo mientras acariciaba su cabello.

Lumine se permite dejarse llevar por un momento. Se permite cerrar los ojos y volver al pasado, donde todos sus problemas se solucionaban con un abrazo de su padre. Donde el mayor dolor que alguna vez había sentido había sido una simple herida o una pelea tonta de su hermano. Donde su madre leía "La dama y su destino" para ellos cada noche y cada vez que terminaban el libro unas lágrimas furtivas acababan escapando de sus ojos.

Un pasado donde su padre seguía siendo el hombre cariñoso y atento que era antes de la pérdida de su madre y de que comenzaran las reuniones con los arcontes. Un pasado donde ella y su hermano jugaban con su padre en el jardín, donde lo acompañaban al trabajo y jugaban con el príncipe Kaeya.

Un pasado donde su padre no intentaba unirla en matrimonio a ningún hombre que tuviera algo que aportar al apellido familiar y a la fortuna de este. Donde Aether y ella eran libres de hacer cualquier cosa que desearan sin temor a que su padre se enterara de estas.

Un pasado donde no conocía a Childe.

Apoya las manos contra el pecho de Dainslef, escapando del abrazo que la tenía aprisionada y alejándose a rastras de su padre. Se apoya contra la pared opuesta, lo más alejada posible del hombre al que una vez había querido y admirado y que ahora la mira sin comprender que está sucediendo.

- Lo sabías. Tú sabías todo esto, ¿verdad?

- Lumine...

- ¡Contéstame! - ambos se sorprenden ante el tono exigente de ella.

Jamás le había alzado la voz a su padre sin el miedo de las consecuencias que podría tener después.

- Si.

La caída de Kaenri'ah // CHILUMI (Genshin Impact) // TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora