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[Narra Deniss]

Estaba durmiendo y me desperté para cambiar de postura cuando empecé a escuchar la voz de Yavé, estoy obsesionada, no me jodas. Seguí escuchando su voz cuando me di cuenta de que lo acompañaban unos ruidos, me levanté de la cama y los ruidos crecieron, pero ya no estaba la voz de Yavé, el miedo fue creciendo en mi interior, me puse tensa, y cuando fui a retirar la cortina ahogué un grito, Yavé estaba en la ventana, me sonreía entre dientes y me saludo con la mano, no puede ser, cerré la cortina y pellizque mi brazo, y dolió, esto es un maldito sueño raro, volvieron a tocar mi ventana -ábreme chivata- y después escuché una risa, estaba borracho sin duda, ahora dudaba que fuera un sueño, abrí las cortinas -Vete que tengo sueño- el me hizo puchero y se veía tan adorable - Triste es la ausencia y tan dulce la
despedida, que no sé cómo arrancarme de los hierros de esta ventana. - fruncí el ceño ante su contestación, abrí la ventana para que me escuchara mejor - estas muy borracho largate a tu casa - le conteste, el solo rio y intento impulsarse con sus brazos pero hacia muecas extrañas- Esposa mía, amor mío, la muerte que ajó el
néctar de tus labios, no ha podido vencer del todo tu hermosura. Todavía
irradia en tus ojos y en tu semblante, donde aún no ha podido desplegar la
muerte su odiosa bandera. - Romeo y julieta ¿Me esta recitando romeo y julieta? - Julieta, ¿por qué estás aún tan hermosa? ¿Será que el descarnado
monstruo te ofrece sus amores y te quiere para su dama? Para impedirlo,
dormiré contigo en esta sombría gruta de la noche, en compañía de esos
gusanos, que son hoy tus únicas doncellas. -mientras que con perfecta entonación y con la voz cambiada una jodidamente mas sexy intentaba subir a mi cuarto, yo estaba literalmente paralizada, se sentó en el borde de mi ventana - Yo aquí me quedaré. ¡Esposo mío! Mas ¿qué veo?- me cogió la mano para acercarme mas hacia el, mientras seguía el dialogo del final apoteosis - Una copa tiene
en las manos. Con veneno ha apresurado su muerte. ¡Cruel!- estábamos peligrosamente cerca por una vez yo era mas alta que el - no me dejó ni una
gota que beber.- dijo recorriendome con su mirada mi rostro, puso un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y yo por inercia lo quite, odiaba mis orejas-Pero besaré tus labios - dijo en un susurro miro mis labios y empezó a acercarse, estaba jodidamente embobada con sus ojos -que quizá, contienen algún resabio del
veneno- se acercó más y más peligrosamente, miraba mis labios y mis ojos intermitentemente como pidiéndome permiso a la misma vez que se acercaba con miedo.

Desperté entre medias de un maldito ataque de ansiedad, maldita sea, creía que esto ya estaba solucionado joder. Miré el techo intentando recordar como se sentía sus labios sobre los míos y entre el dilema de seguir durmiendo o hacer algo con mi vida.

Es que es tan jodidamente guapo que me da asco, se cuela en mis sueños sin permiso, aunque es Yavé no necesita el permiso de nadie para nada.

Me levanté de la cama adormilada tomando la decisión de que no dormiría mas por hoy, puse el vinilo de lana del rey y West coast empezó a sonar. Bajé las escaleras tranquilamente y me dirigí al comedor donde mi padre estaba agachado con una mesa llena de papeles, no se había dado cuenta de que había bajado las escaleras, así que de puntillas me coloqué detrás de el rodeándolo rápido con los brazos y dándole una infinidad de besos ruidosos en los cachetes, al instante de abrir los ojos me encontré con unos enormes iris azules.

NO JODAS.

Me aparte rápidamente y por un segundo pensé que todavía estaba soñando, pero el pellizco que me di en el brazo decía todo lo contrario -¿Que mierda haces en mi casa?- Yavé tenia una maldita sonrisa en su cara -Trabajar ordenando los papeles de tu padre- dijo dejando los papeles en la mesa y mirándome desde la silla -Anda ¿Pero sabes leer?- el me fulminó con la mirada -¿Y tu maquillarte?- mierda, no me había limpiado la cara -madre mía chivata- dijo riéndose y chuleandome -si pareces un mapachillo- me tapé los ojos girándome hacia un lado sintiendo mis mejillas enrojecer mientras el seguía riéndose - tienes las legañas como el gotelé de las paredes de mi casa- oh dios, me estoy muriendo de vergüenza - Porque no juegas al móvil que se te da mejor- dije para acabar saliendo del comedor casi corriendo al baño de abajo, me miré al espejo y por dios, era un exagerado, lave mi cara con toallitas desmaquillantes y agua. Genial, iba a pasar un cumpleaños "chachipiruleta", mi padre no esta, con Dulce no me apetece mucho celebrarlo y para variar tengo a este imbécil ordenando papeles en MI salón, pinta muy bien.

RESILIENCIA (Blanca Suárez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora