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[Narra Niss]

Y ahora me dirigía a casa de Dulce, toqué a su puerta y me abrió un tío sin camiseta.

OH.DIOS.MIO.

ES EDU.

Un sentimiento invadió todo mi cuerpo, sensación nerviosa, pero unos nervios distintos a los que provoca un amor, nerviosismo de verdadero pánico.
Edu abrio sus ojos de par en par cuando me vio sorprendido imagino ¿Tan mal acabamos?

-Hola-dije en un momento de lucidez, pero Edu todavía me miraba de arriba abajo totalmente en shock e inexpresivo, como si lo que viera no fuera real. De pronto retumbaron las escaleras -Ya estoy E...- paró en seco en las escaleras y yo levante mi mano saludándola y sonriendole cordialmente, ella dirigió la mirada a su hermano y luego me miró a mi, sin duda estaban completamente descolocado -Tienes el pelo azul- fue lo único que se me ocurrió decirle a Dul, la he echado de menos tanto, bueno, técnicamente la he echado de menos cuando me he acordado de ella. -No me lo puedo creer. Estas aquí. En mi casa ¿porque?-dijo bajando las escaleras lentamente-Tuve un accidente-Edu me miraba inexpresivo a mi y a Dul intermitentemente -oh, vaya ¿Y como estas? - preguntó ella colocándose delante mía algo fría con la mirada clavada en el suelo -Bien, eso si no tienes en cuenta que he perdido la memoria- Dulce levanto la mirada algo sorprendida hacia mi y Edu rompió el silencio- ¿No recuerdas cuando cortamos?

-exactamente.-Dul sonrió y me abrazó y Edu por fin decidió romper su silencio proponiendo algo -¿Porque no salimos los tres esta noche de fiesta? Quizás recuerdes algo Niss-yo asentí con la cabeza, hacia tiempo que no salia y la verdad me apetecía bailar, entonces caí en algo -Ni siquiera sé porque me llamáis Niss la verdad-los dos se echaron a reír y seguía sin entender -es una abreviatura de tu nombre DeNISS - Soy realmente estúpida, no entender eso, tan simple tan...Y encima este me miraba como un bicho raro joder.-Ahora entiendo. Me tengo que ir a casa, llamarme para la hora y para donde tengo que ir- Dulce se retiró sacando su movil del bolsillo trasero de su pantalón, marcaba y marcaba y al parecer no había respuesta. Odia que no le cojan el móvil destruye su precioso egocentrismo. Edu me acompaño hasta la puerta y se quedo mirando fijamente mis ojos.

-Entonces...aun somos novios-me dijo el rascándose la nuca, mis manos temblaban con el simple echo de tenerlo delante, nosotros dejamos de ser novios y realmente no se porque, no se nada de mi vida, no se nada de su vida ahora y si rompí con el alguna vez tubo que ser por alguna razón, me encontré sin nada que decir .-Bueno, no lo se, pero imagino que no-una minúscula sonrisa salió de su rostro -Nunca he dejado de quererte - me dejó completamente noqueada, me costaba respirar y un nudo se creo en mi garganta, ni recuerdo en que momento Edu causaba esto en mi, pero no me gustaba nada, es como una de esas sensaciones angustiosas que no quieres volver a sentir nunca, y eso me tenia completamente confundida, todo era demasiado extraño.

RESPIRA

INSPIRA

RESPIRA

INSPIRA

-¿si?- fueron las únicas palabras que salieron de mi boca, estaba demasiado concentrada en respirar correctamente-Y quiero demostrártelo Niss-Dijo acercandose lentamente.

¿Me va a besar?.Te va ha besar, oh mierda, rápido, piensa, no quieres que te bese.

Nuestras narices se tocaban, estaba a punto de besarme, cuando de repente tosí, creía que iba a sonar mas real, pero fue una tos jodidamente cutre, genial, Edu me miró decidido con cara de asco la cual cosa hizo que algo dentro de mi se avergonzara se si misma. Las escaleras volvían a sonar, no sabia en que momento Dulce había subido las escaleras -Espero no haber cortado nada- dijo con una sonrisita a lo que mi mente reaccionó vilmente:

Que se caiga. Que se caiga. Que se caiga. Que se caiga. Que se caiga. Que se caiga. Que se caiga. Que se caiga.

agh no se cayó.

-Bueno pues...Nos vemos esta noche.

Estábamos llegando a la fiesta, el miedo seguía calando mis huesos y me sentía completamente estúpida por no saber u acordarme de la causa. Edu estaba guapo, aunque ese no era mi estilo en un chico, y menos llevando pantalones rojos chillones, para acabar el conjunto llevaba una camiseta de pico blanca, camisa vaquera de manga corta oscura y vans negras. Yo en cambio había decidido ponerme una falda ceñida a mi cuerpo color vino, con una blusa blanca de tirantes con alguna piedrecita en el cuello redondo y unos tacones marrones claros de tacón de madera de XTY que dejaba ver mis pies ya que solo tenia dos tiras cruzadas en la parte de delante y la subjeccion de atrás, cogí un pequeño bolso a juego con los zapatos, dejé mi pelo completamente suelto a excepción de una trenza justo en el lado de la oreja con la pluma y loa pendientes para que se dejé ver, y me maquille los ojos ahumados. Dul miraba mi atuendo analizando cada cosa que llevaba y me miraba quizás con algún destello de recelo en sus ojos. Andamos hasta la estación de metro mas cercaba, ella también vivía en plaza España de valencia como yo, cogimos el metro y paramos en "maritim serreria", hicimos trasbordo con el tranvía de "Marina reial" hasta que este nos dejó en su ultima parada, justo enfrente de la discoteca "Animas" en el puerto. Aquello estaba lleno, pero gracias a nuestros pases vip entremos los primeros junto alguna que otra persona mas, cruzamos la terraza y dimos las entradas justo en la puerta de esta, entramos dentro y subimos una escalera negra de metal que nos llevo hasta la terraza de la azotea, al entrar, como en cualquier discoteca, te convertías en carne para los animales, analizaban descaradamente todo tu ser y comentaban junto con sus amigos de caza. En cuanto me despiste, Dulce se había marchado dejándome sola con Edu. Inspeccione el lugar, el cielo se veía oscuro ya que era por la noche y no había indicio de una noche estrellada, la música sonaba por toda la azotea y desde aquí sin ni siquiera acercarme a los bordes de la azotea podía ver el mar y sus barcos parados ya que estábamos en el puerto, simplemente maravilloso. Mire a mis lados y Edu desapareció también, me quede completamente sola en la entrada, y debía de moverme si no quería ser interceptada.

Me acerqué sola a la barra y apoye mis brazos en la barra esperando al camarero que estaba a rebosar de personas que pedían su bebida. Empecé a morderme las uñas de desesperación, parecía que era invisible y justo en el momento en que dios decidió iluminarme el camarero se acercó a mi pero un estúpido chico se puso a mi lado quitándome mi tan esperado turno. Le iba a reclamar que se había colado pero entonces lo vi de refilón y algo en mi dejo de funcionar. ESOS OJOS.

Eran los ojos que aparecían en mis sueños, en mis dibujos, esos ojos los conocía demasiado bien. Volví en mi y dejé de mirarlo tan descaradamente. Le costaba mantenerse en pie. Tengo que preguntarle si le conozco, porque obviamente no me acuerdo de el. Pero esos ojos, esos ojos los había dibujado mil veces en mi cuaderno.


RESILIENCIA (Blanca Suárez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora