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Mi escusa al parecer no sonó tan ridícula como parecía, me había librado de cenar con toda la familia, pero no me había librado de que Edu me llevara a casa con su Audi 4X4 Rojo, Joder, no me dejará tranquila de una maldita vez, estábamos todo el camino en silencio con la música de Cadena 100, y era jodidamente incomodo sentir este miedo cada vez que estaba cerca de el, porque había llegado a esa conclusión, estoy tenia que ser miedo porque no me trasmitía ninguna montaña rusa o alguna que otra sonrisa no deseada. Cuando aparcó en la puerta de mi casa sonó una canción.

NO PUEDE SER.

Era nuestra canción, "Tu jardín con enanitos" de melendi. Note su mirada penetrante hacia mi mientras intentaba abrir la puerta disimuladamente para salir de allí, pero estaba puesto el seguro y una sensación de Deja bu vino hacia mi. El soltó una sonrisa tímida y se acerco lentamente hacia mí, estaba paralizada, quería salir de allí, cada vez me faltaba mas la respiración ,su rostro estaba a milímetros de mi, en mi interior se acumuló un gran peso, tenia ganas de correr, de llorar, antes de darme cuenta nuestros labios estaban juntos. Fue un rápido -¿Porque no lo volvemos a intentar?-susurró cerca de mi rostro. Mi pecho subía y bajaba rápidamente y pronto empezó a subir calor hacia mi cabeza que parecía que iba a reventar, el frunció el ceño y me analizó bajando su mirada a mi pecho, una lagrima calló por uno de mis ojos y el al verla se retiró dando un.fuerte golpe en el volante y resoplando la cual cosa me hizo sobresaltarme, se volvió a dirigir hacia mi con una sonrisa falsa -Mañana te llamo princesa-Quito el seguro automático desde su puerta y cuando conseguí reaccionar bajé rápidamente dirigiéndome hacia la puerta de mi casa oyendo como el coche se alejaba de mi casa y junto a el todas las sensaciones acumuladas en mi cuerpo.

Me prepare para dormir y me tumbé boca arriba en la cama, estaba agotada. Pero en lo único que podía pensar era en aquellos ojos azules. Su nombre retumbaba en mi cabeza y ni siquiera supe cuando me quede dormida y empecé a soñar...

¿Estas bien?- asentí con una pequeña sonrisa, me dirigí al espejo y lave mis ojos y mi cara un poco por encima sin quitar el poco rimel y delineador que tenia mientras que el se peinaba el tupe en el espejo, pude ver algunos tatuajes en su mano -¿Llevas tatuajes?- el hizo una sonrisa torcida y cogí su mano -si-contestó el, tenia un tribal en la palma de la mano y por el reverso tenia letras y degradado, cogí su camisa de cuadros y la remangué dejando ver un brazo lleno de tinta, sorbí aire de sorpresa y cogí su otro brazo haciendo el mismo movimiento, ni un centímetro sin tinta, ni siquiera la palma de su mano, levante la vista hacia su rostro donde analizaba mis fracciones muy de cerca, recorriendo con su mirada mi rostro -¿Llevas más?- Pregunté mirando como del cuello de su camiseta Blanca salían algunas puntas de tinta, el río mientras jugaba con mi mano -Creo que no hay centímetro sin tinta- volví a sorprenderme, el jugaba con mis dedos de la mano derecha -yo también llevo- afirme, lo que hizo que levantara una ceja asombrado -¿tu?- la distancia parecía acortarse entre nosotros - Una pluma, un ancla, unas alas, un corazón y otro que es secreto- sonreí y el miró mis labios mientras seguía jugando con mis dedos -¿Donde los llevas?- preguntó curioso - Las alas la llevo en el tobillo- delicadamente separé sus manos de las mías para subirme a la banca de mármol de un salto, levanté mi pierna izquierda y el la cogió levantándome el pantalón dejando ver unas pequeñas alas medio abiertas de ángel detrás de mi tobillo, subió su mano dejándola en mi muslo sin dejar de fijar sus ojos en los míos haciendo más corta la distancia -El ancla la llevo en mi muñeca derecha- quite mis pulseras y deje a la vista una pequeña ancla de trazado fino, me estaba desconcentrando totalmente esos malditos ojos azules fijos en mi tinta de la muñeca, jugó con mis dedos hasta que los entrelazo otra vez, lo tenia tan cerca que se había colado entre el hueco de mis piernas -El corazón lo tengo en el hombro derecho- dije girando mi cabeza hacia el espejo -En ese ya me había fijado- su voz rasposa sonaba en mi oído y por el espejo pude ver que ya no había espacio entre nosotros - Y creo que he encontrado la pluma- dijo el dejando un beso húmedo detrás de mi oreja justo donde estaba la pluma que hizo que una electricidad recorriera todo mi pecho, giré mi cara lentamente hasta que nuestras narices chocaron, su mirada se clavo en la mía y yo bajé la mía a sus labios, carnosos que casi rozaban los míos si no fuera por algunos milímetros que me separaban, puso una mano en mi nuca y con el dedo gordo acarició mi mejilla -Me gustan- dijo en un susurro acariciando mis labios.

VAMOS BESAME

-¿Que pasaría si te beso ahora?- dije lo primero que se me ocurrió -Que te llevarías una hostia- sonrió a la orilla de mis labios -Pues nena, espero que beses jodidamente bien y que esa hostia merezca la pena-La espera valió la pena porque segundos después estrelló sus labios con los míos...

Abrí mis ojos y me faltaba la respiración. Las 5 de la mañana y acababa de despertar entre sabanas en medio de un ataque cardíaco, cerré los ojos sintiendo como el corazón golpeaba entre mis costillas.

Joder, me sentia viva.

Tengo mucha hambre. A veces pienso que como como una foca desnutrida y lo peor es que después de comer mucho me sale una barriga como si estuviera preñada y claro, tenia que buscarme camisetas de premamá para dormir pero ayer no abuse de la comida ya que no comí en mi casa. Bajé a la cocina y iluminada con la luz de la luna me preparé unos cereales. Ahora no había duda, acababa de recuperar un recuerdo y en ese recuerdo el ojiazul me besaba.

[Narra Yavé]

Dejaba una fiesta cansado de la resaca del otro día. Hiciera lo que hiciera ella aun estaba clavada en mi mente ¿Porque me abandonó? La necesito tanto, sus abrazos, su sonrisa, su aroma, mis dedos haciendo tacto con su piel...Toda ella, se que suena cursi pero la echo de menos, es como si desde que ella se fue mi mundo se derrumbaba, como si una parte de mi se fuera con ella. Lagrimas se derramaban por mis ojos al ver sus fotos en redes sociales. Ninguna nueva después del accidente. No quería pensar que estaba muerta, que no la volvería a ver, que la había perdido para siempre, ¿Que había hecho conmigo?. No sé como acabé encontrándome con la moto en su calle, ¿Estaba preparado para volver a ver su casa vacía?. Yo decía que si, pero algo en lo mas profundo me decía que no, era mi corazón sin cicatrizar que me provocaba tantos problemas. Pase lento por delante de su casa. No puede ser. Pare la moto.

RESILIENCIA (Blanca Suárez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora