Por un momento, estando en los Campos Elíseos, creí en los finales felices, creí que había tenido el mío.
El día en que finalmente la tuve entre mis brazos, a ella, a mi niña, fui testigo del amor más grande e incondicional que pude sentir en la vida, y volví a confirmar, gracias a ella, que los demonios eramos perfectamente capaces de amar y ser amados.
Habíamos creado a un ser tan pequeño, de apariencia tan vulnerable e inocente; sin embargo, siendo hija mía y de su padre, era imposible ignorar que dentro de ella, el mal germinaba y amenazaba con brotar, echando raíces y luciendo los ostentosos pétalos de la perversión.
Nuestros peores temores se hicieron realidad, su maléfica naturaleza clamaba por salir a flote a pesar de nuestros inconcebibles esfuerzos.
Ya no lo podíamos ocultar, Astrid formaba parte de un legado maligno.
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No tientes a la bestia
Fiksi UmumLos tres mandamientos de la Bestia: Regla número 1: Obedecerás a la Bestia. Regla número 2: Venerarás a la Bestia. Regla número 3: No tentarás a la Bestia. Pero ¿Qué puedes hacer cuando la Bestia te pone las cosas difíciles? 22/01/17 #21 en ficción...