Capítulo 2:

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Me abrí paso entre los pasillos vacíos de la escuela con rapidez, al parecer aún no acababa la primera clase.

Solo fue una clase... Todo está bien.

Entré al baño para recoger mi cabello en una coleta, todo la situación me había sofocado lo suficiente como para que mi cabello me molestara. Abrí la llave del agua y me mojé la cara.

Mantente despierta Melissa.

Cubrí mis ojeras con algo de corrector y con un labial me sonrosé las mejillas, no quería verme como zombie el resto de las clases. Escuché que sonó el timbre y y salí en dirección de la próxima clase, caminaba rápido para llegar temprano y tener un asiento en medio, al girar en una esquina choqué con alguien haciendo que se cayeran nuestros cuadernos y libros.

- Lo siento mucho. - Me disculpé.

- Descuida. - Me contestó mientras recogíamos las cosas.

Conocí esa voz, no pude evitar comenzar a reír y ella me miró, al instante me siguió la carcajada.

- Hasta que nos honras con tu presencia. - Nos paramos y me hizo una reverencia.

- ¿Y mis otros súbditos? - Le seguí el juego.

- ¿Cuáles otros? Soy la única que te soporta. - Reímos.

- Vamos Erika, aquí la que soporta soy yo a ti.

- Ajá. - Me dió una hoja. - Los apuntes, su majestad.

- Gracias! Te quiero. - Me miró fijamente, sabía lo que significaba: una explicación. - Me levanté tarde y tuve que hablar con la directora de Oliver, al parecer está teniendo unos problemas. - Suavizó su mirada.

- Tú también los tendrás si sigues perdiendo clases. Deberías tomar algo para tu insomnio, no puede ser que sigas sin dormir, a mí no me engañan tus cachetitos rosas y tú exceso de corrector.

- Pero si engaño a los demás. - Me dió un ligero golpe en el brazo. - Ya vámonos.

Llegamos al aula con el tiempo suficiente para obtener buenos lugares. Me encantaba mi carrera, la psicología era lo que me gustaba, ayudar a las personas e incluso entenderlas un poco más o a mi misma; pero si seguía faltando no aprendería nada y ni hablar de pasar los exámenes. Tenía que tener un control sobre esto y debía empezar con dormir bien, era lo principal, si no descansaba no podría lidiar con todo. Hasta ahora no había considerado el tomar algún medicamento para dormir, sabía que había alguna posibilidad de volverme dependiente a las pastillas y claro que me parecía un riesgo aún, pero era un riesgo que tomaría por mi bien.

Saqué mi cuadernos y algunas plumas, al instante entró la profesora.

- ¡Buenos días! - Dejó algunas cosas en el escritorio. - El tema es algo largo así que empezaré de una vez, la verdad esto que veremos es algo más informativo, de igual manera vendrá un poco en el exámen.

- ¿ A qué se refiere con informativo? - Preguntó un compañero.

- Esto viene más específico si haces alguna especialidad en psicología relacionada a lo fisiológico.

Mi compañero asintió entendiendo y la maestra prosiguió.

- Psicología del sueño...

La maestra comenzó con fases del sueño, su ciclo, algunos significados de sueños y como estos son influenciados por todo lo que vivimos. Yo apuntaba todo lo relevante hasta que me surgió una duda, alcé mi mano y me dió la palabra.

- ¿El insomnio influye en algo en los sueños? - La maestra pensó un poco.

- Si, de dos maneras. - Captó por completo mi atención. - Mientras duermes, fisiológicamente experimentas distintas fases de sueño de forma cíclica; pero el insomnio y los sueños pueden interrumpir el patrón más de una vez. Esto puede afectar la psicología del sueño de dos maneras:
El insomnio al ser un descontrol del horario de sueño puede llevarte a despertarte repetidas y prolongadas veces mientras duermes, dando paso a tener breves pesadillas, a sueños muy fantasiosos, o simplemente a dejar de recordar lo que sueñas.
Del mismo modo, hay sueños que pueden generarte insomnio. Especialmente, aquellos sueños recurrentes, donde se experimentas emociones fuertes pero desagradables. El simple hecho de pensar que puedes volver a soñar lo mismo, puede generarte miedo a dormir provocando insomnio.

- Gracias. - Contesté.

Era ya la una de la tarde y las clases habían acabado, tenía un poco de tiempo libre porque sería mi mamá quien iría por Oliver a la escuela. Por mi parte, haría tarea, tenía que aprovechar todo el tiempo que tuviera para pasar los apuntes de las clases a las que falto, normalmente la primera y segunda. Así que me senté en una de las mesas de la cafetería, comía y hacia tarea.
Estaba concentrada tomando notas de un vídeo y una voz aguda me sobresaltó

- Hola preciosa. - Erika se sentó a mi lado.

- Hola. - Le contesté tomando aire y riéndome del susto que me había pegado.

- Traje lo que me pediste. - Me susurró.

Sacó una pequeña bolsa de plástico de su mochila muy discretamente y me la pasó por debajo de la mesa, a lo cual yo levanté una ceja y sonreí tomando la bolsa.

- No es droga, Erika.

- Shhh... Técnicamente, podría llegar a serlo. Así que ten cuidado, solo toma una antes de acostarte.

- Lo sé y gracias.

Metí la bolsita en mi mochila y seguí haciendo tarea, ahora con Erika. Al terminar volví a casa para preparar lo que le diría a Oliver sobre su comportamiento, no quería decirle a mamá antes de saber la versión de él.
Al llegar lo ví jugando un videojuego mientras estaba en llamada con sus amigos, lo saludé con la mano y solo alzó su cabeza en respuesta, caminé a la cocina por un vaso de agua y estaba mi mamá checando unas cuentas, más bien deudas, deudas que nos dejó mi progenitor para que no lo olvidáramos y seguir frustrando nuestras vidas, como hace todo padre.

Oh, no es cierto, eso solo lo hacía el mío.

- Volvieron a llegar tarde. - Habló mi mamá al verme.

Traidor, mi hermano era un soplón.

- Lo lamento. - Fue lo único que pude decir.

- Yo más.






*INFORMACIÓN de la página: https://luuna.mx/rem/la-psicologia-del-sueno-y-la-interpretacion-de-los-suenos/ *

Más allá de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora