Era extraño el sentimiento que me invadía, aunque ya estaba consiente de mi alrededor me sentía relajada y hubiera seguido así si la alarma no me hubiera hecho abrir los ojos. La apagué y me estiré haciendo tronar un poco mi espalda, me metí a bañar con un poco de música; cuando menos pensé ya estaba cambiada, peinada y maquillada. Bajé a desayunar y Oliver solo me miró con una ceja levantada mientras sostenía su tenedor con comida a mitad del viaje del plato a la boca.
- Estoy asombrado. ¿Te caíste de la cama o algo?
- Buenos días para ti también.
...
Dejé a Oliver algo temprano en la escuela y llegué a tiempo a mi primera clase, me sentía bien, con ganas de seguir durmiendo, pero menos cansada.
Había estado ignorando lo sucedido con la llamada de anoche, ya me había vuelto experta en ignorar situaciones y bloquearlas para pensar en cosas que si merecen mi atención o algo así creía que hacía.Me senté a esperar la llegada de la profesora y mientras, revisaba algunos apuntes de la clase para recordar bien el tema que estábamos viendo. Alguien tomó asiento a mi lado y de inmediato supe quién era.
- ¿Las tomaste? - Me preguntó Erika, refiriéndose a las pastillas.
- Si. No volví a despertar durante la noche, fueron eficientes.
- Genial, te dije que funcionaría. Solo tómalas con moderación.
- Si, no pienso ni quiero usarlas demasiado.
El tiempo transcurrió bastante rápido para mí, sentía que tenía todo el tiempo del mundo y las ganas de hacer todo. Digamos que parecía un día más que productivo.
Al salir me dirigí a casa por unas cosas e ir por Oliver ya que mamá tenía doble turno en el restaurante y lo llevaría a comer para poder hablar mejor sobre lo ocurrido en la escuela. Pero en dirección a mi casa tuve una llamada, dudé al ver un número desconocido y aún así contesté.
- ¿Si? Buenas tardes. - Solo quería que no fuera mi papá.
- Buenas tardes, ¿Habla la señorita Meyer? - Ya había algo mal en esa llamada.
- ¿Quién la busca? - Pregunté.
- Soy la directora de Oliver, la señora Baker. - Apreté los ojos con algo de enojo y respiré lentamente.
- Si, hola. ¿Está todo bien? - Dije manteniendo la calma.
- Realmente no, lamento molestarla, pero su madre no responde, de nuevo y Oliver me dió su número. ¿Cree que pueda venir cuanto antes?
- Claro, estaré ahí en 10 minutos. - Dí la vuelta y conduje a la escuela.
Antes de llegar a la escuela le mandé un mensaje a Oliver.
Oliver
-Si se trata de lo que creo, estarás en grandes problemas.✔️✔️
- Créeme, tiene una buena explicación. ✔️✔️
- Si me tienes que dar una explicación, ya es malo. ✔️✔️
...
Llegamos a casa, el silencio era más que incómodo y yo estaba furiosa.
- Lo siento. - Oliver susurró.
- ¿Lo sientes? Creo que esa disculpa deberías hacérsela a alguien más.
- Ni loco.
- ¡Lo golpeaste, Oliver! ¡Le rompiste la nariz a tu compañero! ¿Cómo pudiste? ¿Cómo vas a entrar a otra escuela al casi terminar el semestre? - Él miraba hacía abajo. - Sabías las consecuencias, yo te las dije y guardé el secreto. ¿Cómo le diremos a mamá?
- Ella me regañará. - Lo miré furiosa.
- Ella nos sacará de la casa a ambos. - Pensé un poco. - En serio, ¿tú buena excusa es que te dijo de cosas?
- ¡No lo entiendes, Melissa! - Gritó. - Creen que soy como papá, que debería estar en la cárcel como él, que solo finjo ser bueno y que mamá no me quiere, nunca va a los eventos, siempre estoy solo. A veces dicen que en realidad tú eres mi mamá y que no me querías por eso te haces pasar por mi hermana. - Solté una risa.
- ¿Bromeas? Ni siquiera te llevo tantos años. ¿Creías eso?
- Por supuesto que no, pero molesta que siempre lo digan, todo lo que dicen.
Lo abracé, no podía culparlo de todo, tampoco era una excusa para la violencia. Pero todos en esta casa tenemos cicatrices y los chicos a esa edad puedes ser muy malos, incluso los de mi edad lo son. Nuestro caso fue una gran noticia en todo el estado, estaba segura que en la escuela todo el mundo sabe de mi y lo que ocurrió. Un año y medio, a penas había entrado a la universidad cuando todos los medios hablaban de nosotros, la familia Meyer.
Si alguna vez soñé con ser famosa, esa era la última opción a la que hubiera recurrido.
Esperé hasta que Oliver se durmió y llegó mamá para hablar con ella.
- ¿Qué? - Su mirada se veía cansada, como todos los días.
- Expulsado, hay que buscar otra escuela cuánto antes y pagar la operación de su compañero.
- ¿Cómo dejaste que pasara?
¿Ahora era mi culpa?
- ¿Cómo yo dejé que pasara? No puedo estarlo vigilando todos los días durante todo el día. Yo también estudio, por si no sabías.
- Y yo trabajo para mantener esta familia y ahora para pagar una operación. ¿De dónde crees que sacaré el dinero? - Me quedé callada.
- No lo sé, buscaré un trabajo. No seas tan dura con Oliver, creo que ya tuvo suficiente.
Me fui a mi habitación.
No podría dormir con todo esto, los pensamientos me golpeaban rudamente.
Una pastilla para poder dormir y mañana pensamos sobre eso.
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Más allá de los sueños
FantasiaMelissa, una estudiante de psicología cansada y frustrada por varios problemas que la acompañan desde el pasado, opta por tomar pastillas para dormir sin saber que pronto descubriría algo que la hará desear no haberlo hecho. Los sueños son inofensi...