No estoy aquí de verdad.
Tardé un poco en volver a reaccionar, por un segundo olvidé que solo estaba dormida y que se suponía que esto sería divertido.
- Melissa... ¡Melissa! - Me habló con fuerza Dylan, el chico que estaba frente a mi.
- ¿Si? - Dije reaccionando.
- ¿Vas a ir a la fiesta? - Todos me miraban.
- No le pregunten, claro que irá. - Respondió Erika. - Yo la llevaré ¿Cierto? - Me cuestionó al mismo tiempo que asentía con la cabeza.
Me di cuenta de lo que hacía, era un buen truco psicológico, pero olvidó que estudio con ella. Sin embargo, no diría que no.
- Supongo que si. - Finalmente contesté.
El timbre que anunciaba el término del receso comenzó a sonar y me levanté de mi asiento. De pronto, el timbre cambió a una canción que conocía, fruncí el ceño al darme cuenta que era la que tenía de alarma; sentí un mareo, cerré los ojos para estabilizarme y entonces desperté, deslicé el dedo por la pantalla de mi celular para apagarla y me quedé mirando el techo por algunos segundos procesando cada detalle de lo que había pasado.
Aunque estuve despierta en mis sueños, no me sentía cansada, al contrario, había descansado muy bien.
...
- Oliver... - Hablé neutral desde la puerta para que me escuchara, pero sin quitarle el sueño.
- Mmm...? - Contestó adormilado.
- Ya me voy, dejé unos waffles en la cocina, solo los calientas cuando vayas a desayunar. - Esperé a que me confirmara eso y cuando lo hizo seguí hablando. - Vendré por ti en cuanto salga para llevarte a ver la escuela.
- ¿Hoy? - Dijo con fuerza.
- Hoy. Te quiero decente, significa que debes ducharte. - Se giró en la cama como berrinche y me levantó un pulgar. - Adiós.
Cerré la puerta de su cuarto, tomé mi mochila y salí rumbo a la universidad. En la radio sonó una buena canción, subí el volumen de inmediato mientras la cantaba. Estaba de buen humor y creía saber la razón.
Me encontraba en el estacionamiento cuando ví a mi grupo de "ex amigos" platicando cerca de la entrada a la escuela, era la primera vez en el año que los miraba con detenimiento, como si algo dentro de mi les quisiera decir que los extrañaba. Una de ellos se dió cuenta que los observaba, me miró a los ojos y poco a poco bajó su mirada hasta mis pies y volvió a clavar sus ojos en mi para después voltearlos con indiferencia.
¿Me viboreó? Por supuesto que lo hizo.
Realmente no sé que esperaba, ¿Que me sonrieran como si nada hubiera pasado? Estaba muy equivocada por pensar así, le echaba la culpa en parte al sueño que había tenido, me había dejado con la sensación de que todo fue real y tenía que sacarme eso de la cabeza.
...
Erika y yo estábamos en la cafetería, en la gran mesa redonda en la que solo nos sentábamos ella y yo. Eso me parecía bien hasta ese instante, no solo se trataba de mi, sino de Erika también; aunque ella tenía varias amistades siempre me cuidaba a mi.
- ¿Lista para hoy? - Asentí. - ¿Quieres que nos vayamos de aquí a mi casa para ver lo de tu sueldo y que mis padres te den el mini entrenamiento?
Erika trataba de sacarme plática y yo de verdad quería que eso funcionara para dejar de pensar en lo del estacionamiento.
- No puedo, trataré de llegar antes. Tengo que llevar a Oliver a ver la escuela, o más bien, que el director vea a Oliver. - Contesté en automático.
- Bien, les deseo éxito en su misión y nos vemos más tarde. - Dijo con una amplia sonrisa y se marchó.
- Cada vez más exhausta... - Susurré cuando se fue.
Ahora que tenía que trabajar tendría que hacer el doble de esfuerzo en prácticamente todo, ya estaba casada y ni siquiera había empezado.
- Disculpa... - Me habló un chico que se encontraba parado a un lado de la mesa. - ¿Está ocupado? - Señaló los asientos y negué con la cabeza.
Agaché mi cabeza a plato de comida y noté que me miró algunos segundos aún de pie.
- ¿Está bien si te hago compañía?
- Si. - Contesté y se sentó sonriendo.
- Soy Isaac... - Dijo queriendo hacer plática.
- Yo Melissa.
- Lo sé. - Lo miré sorprendida. - Por las noticias. - Incómoda me volteé. - Lo siento, no quise... - Lo interrumpí.
- No tienes que explicar nada.
Me daba la impresión que algo le daba curiosidad, que quizás quería preguntarme algo sobre lo ocurrido, cómo pasó, qué tal había sido todo, detalles, blah blah... Eso es lo que hacían las personas, aunque ya no tanto y por eso me había sorprendido.
- ¿Quieres hacerme alguna pregunta sobre eso? ¿Algo te genera curiosidad? - Pregunté finalmente, antes de que fuera peor.
Asintió con la cabeza.
- Tú... Me generas curiosidad.
Me sostuvo la mirada un par de segundos y no pude evitar bajar mi cabeza para tratar de entender lo que dijo.
- Lo siento, no quise incomodarte. - Me dijo y levanté la cabeza.
- No pasa nada... Solo me pareció extraño que quieras saber de mí y no de toda mi familia y lo que ocurrió.
- No creo que sea el único tema de conversación que hay contigo, estoy seguro que eres muy interesante fuera de eso.
Le sonreí, era el primero en acercarse de esa forma a mi, en toda mi vida jamás me habían dicho que parecía interesante. Solo esperaba no decepcionarlo.
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Más allá de los sueños
FantastikMelissa, una estudiante de psicología cansada y frustrada por varios problemas que la acompañan desde el pasado, opta por tomar pastillas para dormir sin saber que pronto descubriría algo que la hará desear no haberlo hecho. Los sueños son inofensi...