𝕱𝖗𝖔𝖒 𝖆𝖕𝖗𝖎𝖑 𝟒 [𝔳𝔢𝔯𝔰𝔞𝔱𝔦𝔩𝔢𝔰]

𝟏𝟏 𝖉𝖊 𝖆𝖇𝖗𝖎𝖑 - 𝟏𝟏:𝐎𝐎 𝖆.𝖒.

La luz del sol caló directo en sus ojos.

A penas tomó consciencia de su existencia, pudo sentir como su cabeza y su cuerpo punzaban. Tenía una horrible resaca pero... ¿Cómo era posible? si él nunca bebía más de un par de cervezas. 

Como sea que pasara, probablemente, había dormido con alguno de sus amigos porque sus cortinas blackout jamás permitirían que los rayos del sol lo golpearan de esa forma.

Mientras mantenía su vista oculta detrás de su mano, intentó rememorar lo que había pasado ayer. Su mente estaba llena de escasos y vagos recuerdos. Drogas, chocolate y... nada. Cada segundo entendía menos. 

Intento levantarse pero el dolor punzante se distribuía por casi todo su cuerpo. Su cabeza, sus hombros y también ¿sus pezones? y ¿¡sus caderas!?. Exaltado intento revisar su cuerpo pero un peso humano, que hasta el momento no había notado, lo retuvo. 

Su mente tardó uno segundos en razonar quien era la persona que lo acompañaba. ¿¡Qué mierda había hecho!? ¿¡Por qué había un Yibo desnudo aferrado a sus caderas!? Se asustó y sus ojos recorrieron rápidamente la habitación buscando respuestas.

Había varias prendas tiradas en el suelo. Maldita sea. Inmediatamente, sus ojos se dirigieron a su acompañante, notando que el menor tenía un hematoma lila en su hombro. Revisó su propio cuerpo y tenía exactamente la misma marca. Si su lógica era buena, ambos se habían marcado con una mordida pero... ¿Por qué? ¿¡Qué estaban haciendo!? ¡Necesitaba respuestas!.

Con mucho miedo y el corazón acelerado se atrevió a mirar por debajo del edredón. ¡Bien! Ambos conservaban sus pantalones. Se relajó unos segundos e intentó revisar si llevaba su celular en sus bolsillos, necesitaba saber donde estaban sus amigos y si ellos estaban al tanto de lo que había pasado, que le dijeran porqué no había vuelto a casa con ellos. Sin embargo, sus pensamientos se desviaron rápidamente cuando sintió que sus bolsillos traseros estaban semihúmedos.

¿¡Eh!?.

Volvió a revisarse. Su parte delantera estaba peor. Pensó en Yibo, si era lo que estaba pensando, el menor debería estar igual de "húmedo" ¿no?. Como si fuera lo más normal del mundo, dirigió sus manos hacia su cuerpo, buscando evidencia. Tocó la parte trasera pero estaba seco. Entonces, dirigió sus manos hacia la delantera y ¡Bingo! Él tambien estaba húmedo.

– ¡¡Zhaaan!! – un fuerte grito terminó con la exhaustiva expedición del mayor, haciendo que ambos casi cayeran de la cama por el susto.

En un principio, el mayor no entendía la reacción pero pronto se dio cuenta de que su mano estaba posada sobre el miembro del menor, sobre su ropa (claramente). ¿Quién no se asustaría al sentirse ultrajado?

Yibo tenía sentimientos encontrados. Aunque no estaba descontento con el tacto de sus manos y tampoco le molestó que, incluso después del susto, el mayor no las retirara de su cuerpo; fue demasiado inesperado. Sobre todo, porque hace un segundo estaba dormido y soñando con él. 

– Yo...yo....– Zhan no pudo formular ninguna palabra o frase coherente. El sonido de golpes en la puerta le evitó dar una explicación que ni siquiera él tenía clara. Salvado por la campana. 

– ¿Quién está ahí? – preguntó Wenhan que se encontraba en el pasillo y había escuchado ruidos extraños. 

Ambos se miraron sin saber que responder.

Yibo le dio una sonrisa cómplice y posó un dedo en sus labios para que guardara silencio.

– Un gato – respondió.

Zhan soltó una pequeña pero sonora carcajada.

– Claro idiota, y ¿quién está contigo?.

– Otro gato – respondió Zhan y ambos rieron fuerte.

– Atsh ¡chicoooos! – rio mientras mientras intentaba abrir la puerta pero, apenas empujó, se cerró de vuelta – ¿Qué mierda?.

– ¡¡Cuidado!!  – le guiñó un ojo al mayor – ¡casi me golpeas, idiota! – dijo el menor mientras simulaba estar molesto.

– ¿Y que mierda haces ahí?.

– Dormí detrás de la puerta, estúpido –  Fue lo único que se le ocurrió. 

Mientras le gritaba a su amigo, le entregó una camiseta a Zhan y empezó a vestirse con la otra.

Ninguno notó que estaban cambiadas porque ambas eran casi iguales. El único detalle para diferenciarlas era una pequeña etiqueta en el borde de la manga del menor. 

Cuando se vistieron, Yibo tomo una almohada con una manta simulando estar levantando su "cama provisoria". 

Wenhan entró y les dio los buenos días.

– Yibo, creo que anoche te llevaste mi... Oh..

– ¿Tu qué? – el menor no le dio atención a su silencio.

– ¿Durmieron juntos?.

– ¿¡Qué!? – ambos contestaron al mismo tiempo y Wenhan sonrió picaro. 

¿Cómo podría saberlo?

– Acabo de decir que dormí en el suelo ¿Eres imbécil? – el menor sonaba fastidiado.

Zhan solo lo miraba. Yibo era muy buen actor, pero no sabía si eso era una buena o mala noticia.

– Oh ¿En serio? Zhan Zhan como puedes ser tan malo con mi pobre amigo.

– Fue mi decisión – insistió el menor y Wenhan alzó una ceja.

– ¿Ah sí? Que sacrificado mi pobre Bo Bo – río suave mientras pellizcaba su mejilla – oye ¿hablemos afuera? –  más que una pregunta fue una afirmación porque, sin soltar su mejilla, inmediatamente empezó a llevarlo hacia fuera.

De todas formas, el menor iba a aceptar con tal de no seguir sufriendo el interrogatorio frente a Zhan pero..

– No – interrumpió el mayor – digo.. – carraspeó – creo que primero deberíamos ordenar la habitación, Yixuan no querrá ver tanto desorden... – Wenhan entendió rápido.

Ellos necesitaban hablar.

– Oh claro - les dió una sonrisa exagerada - entonces... Bo creo que tienes mi celular – el menor rebuscó en su pequeño bolso y lo encontró.

– Ten – lo lanzó – hablamos en un rato.

Cuando Wenhan abrió la puerta para retirarse pudo ver como Yubin estaba saliendo de la habitación del frente, usando la chaqueta de Wenhan. Yibo dismulo su risa mientras el otro cerraba apresuradamente la puerta. El ladrón cree que todos son de su condición.

– Yibo.. – el mayor estaba expectante.

– No lo hicimos – respondió rápido mientras suspiraba y se sentaba a su lado. Sus rodillas rozando suavemente – al menos no del todo.

– ¿Q-Qué significa eso? ¿recuerdas que pasó?.

– Sí – sería sincero, incluso si Zhan lo odiaba por llevarlo al climax en esa condición – ¿tú no?.

– Yo no sé si es real o soñé algunas cosas – dudó.

– ¿Quieres detalles? – el mayor se sonrojó pero no dijo nada.

No sabía que pensar al respecto.