𝟏𝟏 𝖉𝖊 𝖒𝖆𝖞𝖔

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— Gracias.

No hay de que, solo no vuelvas a arruinar las cosas — su dulce sonrisa deja ver un hoyuelo en su mejilla. Yibo también sonríe, al mismo tiempo que levanta su palma para jurar con la mayor solemnidad posible.

Lo prometo — comparten una carcajada que pronto se pierde en el ruido del aeropuerto — supongo que.. supongo que es la despedida.

Se levantan de la mesa donde reposan sus tazas de café frías. Hace 2 horas que llegaron a destino pero algo los llamaba a seguir juntos, seguir conversando, seguir escuchandose y apoyándose. Ese algo ya ha logrado su función y el tiempo se les ha terminado, ahora se miran con cautela. Saben que algo ha nacido en este viaje, una amistad que podría llegar a ser dudadera y fuerte pero de alguna forma sienten que aún no es momento para eso.

Han llegado a la puerta de salida, un montón de furgonetas esperan para recibir pasajeros y llevarlos a sus destinos en Seúl. Ambos entienden que su compañía termina aquí.

Ahora sí, es la despedida — ella suspira — deberíamos intercambiar números ¿no crees? — le entrega su celular y Yibo no duda en anotarse, dejando como nombre su número de asiento, #333.

Gracias, espero recuerdes escribirme — recorre su cabello con la mano, realmente tiene la esperanza de que seguiran en contacto —  entonces nos vemos algún día.. que estés muy bien, pasajera 334 — ella tampoco le ha dado su nombre pero a Yibo no le molesta.

Yo.. — las manos de Yibo frente a su cara la detienen y la chica que estaba a punto de preguntar por su nombre queda con la duda suspendida en el aire. El castaño le guiña un ojo y se aleja hacia el vehículo que lo llevará a su nuevo destino.

Aprovechando que el furgón debe esperar más pasajeros, Yibo escribe a Yixuan, quien prometió ser su guía durante el tiempo que esté en Corea. Comienza como es debido, solicitando las suficientes indicaciones para llegar a su residencia. Aguarda un momento mirando por la ventana, aún ve a la chica del 334 pero ella está mirando su celular con atención y no nota su precensia.

Su celular vibra dos veces. Yixuan le ha enviado una extensa explicación, un audio de 5 minutos con instrucciones incluso para elegir el lado del furgón dónde no dará el sol. El otro mensaje es de #334 con una foto de él mirando por la ventana de la furgoneta.

#334: De ese lado te dará el sol.

Una sonrisa cálida asoma en sus labios. Sabe que está frente a un nuevo reto pero, al parecer, tiene una excelente compañía para apoyarlo en su camino.

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Otra vez migraña.

El dolor de cabeza incesante lo atormenta igual que los últimos días. Nada ha cambiado desde que habló con Yixuan. Lo único diferente es que ahora siente unas ansias enormes de poner una denuncia en la policía porque, aunque sabe que el castaño está bien, aún no tiene idea de dónde se encuentra.

Lo único claro es que lo ha bloqueado de sus redes. Maldita sea. Zhan fluctúa entre la felicidad de saber que está vivo y la preocupación de imaginar que Yibo no quiere saber nada más de él.

Me odias ¿cierto? — suspira mientras aprieta el celular sobre su pecho. Acaba de apagar la alarma pero no ha hecho diferencia en su dolor. Vuelve a repetir la pregunta aunque no haya nadie para responderla — me odias ¿no? claro, no es para menos.. te rompí el corazón — susurra con la mirada perdida en su techo.

𝕱𝖗𝖔𝖒 𝖆𝖕𝖗𝖎𝖑 𝟒  [𝔳𝔢𝔯𝔰𝔞𝔱𝔦𝔩𝔢𝔰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora