𝕱𝖗𝖔𝖒 𝖆𝖕𝖗𝖎𝖑 𝟒 [𝔳𝔢𝔯𝔰𝔞𝔱𝔦𝔩𝔢𝔰]

𝟏𝟏 𝖉𝖊 𝖆𝖇𝖗𝖎𝖑 - 𝐎𝟏:𝟐𝐎 𝖕.𝖒.

Tocaron la puerta. 

Eran un desastre y ya no quedaba ropa limpia para cubrirse. Yibo, sin pudor alguno, se levantó para ver quien era, cuando verificó que era Wenhan abrió completamente la puerta. Su amigo no podía ver a Zhan pero si tenía una vista clara de él y su cuerpo semidesnudo que solo se cubría por un marcado bóxer. Wenhan simulo que tapaba su rostro con horror, lanzó el bolso con las cosas y cerró la puerta de golpe. 

– No abras – habló a través de la puerta – cuando estén listos salgan, les hice frapuccino.. – escucharon sus pasos de despedida. 

Zhan rió mientras cubría sus ojos por la vergüenza ajena.

– ¿Cómo puedes ser tan descarado? – estaba algo celoso. 

– Crecimos juntos, no es nada que no viera antes – el mayor alzó una ceja – pero jamás a tocado..  al menos, no debajo de la ropa.

– Ah. – su tono seco enfrió rápidamente el ambiente. 

Demasiado intenso. 

– Oye.. olvídalo ¿sí? – se acercó y rozó sus labios – eres exquisito – lo besó intensamente y el mayor no pudo resistirse a sus labios. 

– Debemos salir – susurró sin ganas. 

Se vieron obligados a terminar con sus juegos por ahora. 

Al fin se atrevieron a abrir la bolsa. Wenhan había pensado en todo. Dentro había un cambio de ropa completo para ambos, medicina para la resaca, perfume, peine e incluso un poco de maquillaje. 

Se vistieron rápidamente y al terminar, el menor aplicó un poco de base en las marcas que había dejado en el cuello del pelinegro. 

Antes de irse, se devolvió y metió la ropa sucia en una bolsa.

– Me llevaré esto y lo lavaré – le guiñó un ojo. 

Estaban a punto de salir cuando el mayor tiró de su brazo, obligándolo a devolverse. 

– ¿Eso es todo? – preguntó ofendido. 

El menor no contestó pero lo besó con pasión por ultima vez, mordió su labio y apretó su trasero.

– ¿Así está bien? – Zhan sonrió mientras aun mantenía sus ojos cerrados y asintió. 

.

En la cocina, Yubin y Wenhan desayunaban muy acaramelados pero, cuando vieron llegar al par de chicos, se separaron inmediatamente. El mayor entendió que su amigo no estaba al tanto de su aventura. Todos fingían que nada había pasado. 

Se sentaron a beber su frapuccino con rostros de tener la peor resaca de sus vidas. 

El malestar era demasiado intenso y cubría cualquier rastro de sus verdaderos sentimientos de felicidad. Un tiempo después llegó el resto, todos igual de destruidos. 

Seung se acomodó al lado de Yibo y se dedicaron a conversar de trivialidades. Aunque no lo sabía, su amigo intentaba distraerlo para que no diera le importancia a la escena que tenía a su lado.

Cheng estaba con una resaca y ánimo horrible; cuando llegó se dirigió inmediatamente a abrazar el cuerpo de Zhan, manteniendo el rostro escondido en su cuello. El mayor que estaba acostumbrado a ello, le acariciaba el cabello y cada cierto tiempo le tomaba la temperatura.

– Vámonos a casa.. – habló suave pero lo suficientemente fuerte para que todos escucharan. 

– Pareces un niño mimado.. prometimos quedarnos a almorzar.