𝟏𝟏 𝖉𝖊 𝖆𝖇𝖗𝖎𝖑 - 𝟏𝟏:𝟑𝐎 𝖆.𝖒.

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¿Nos besamos?.

No – 

¿Nos tocamos? – ¿era el puto día del interrogatorio o qué?

Define cómo – sonrió ladino y una almohada golpeó contra su cara.

¡Yiii booooo, sabes a que me refiero! – aunque era agresivo, el mayor tenía una sonrisa en su rostro, no había una pizca de enojo. 

Sin contar tu peculiar forma de despertarme.. – esta vez recibió varios golpes con la almohada – ¡no! ¡auch! Zhan-ge no, no nos tocamos ¡auxiliooo! – el mayor rio.

Está bien, no grites jaja perdón por eso – desvió su mirada para luego devolverla con intriga – entonces.. mejor.. dime ¿qué hicimos?.

Yo... – se sonrojó – ¡ahhhh! esto es demasiado vergonzoso – tiernamente se tapó el rostro con sus manos, haciendo reír al pelinegro.

Ambos se sentían igual. 

Zhan-ge.. – destapó su rostro y tomó su mano entre las suyas – te juro que no te toque en ninguna parte indebida.

Zhan asintió con confianza. Incluso si no quisiera creerle, esos ojitos de cachorro convencerían a cualquiera. 

Pero... – carraspeó – tus... – intentó señalar sutilmente su pecho. Zhan se sonrojó salvajemente.

No, no, ¡no! ¿¡Te amamanté!? – gritó pero su boca fue cubierta rápidamente. 

¡Mierda Zhan-ge, no lo digas asiii! – gritó en un susurro.

El mayor tuvo un de javu que, como si le tiraran un balde de agua, le devolvió gran parte de sus recuerdos. Se quedó en silencio unos minutos. Su miraba cambio a una de preocupación y, al darse cuenta, el menor retiró suavemente su mano.

Zhan-ge te juro que no quería que las cosas terminaran así – se apresuró.

Lo sé – Yibo se sorprendió – yo... recuerdo que me alejaste... creo que más de una vez...yo..  – se puso nervioso – por favor sé honesto, ¿te forcé? – el menor negó inmediatamente. 

Yibo no quería que se sintiera culpable, si alguien debía asumir la responsabilidad debía ser él, de todas formas, era quien estaba más consciente anoche. 

Yo tenía más experiencia en esto y... estaba más consciente, debí alejarme desde el principio.. en serio, perdóname – bajó su cabeza. 

No. – su corazón se quebró levemente.

Sintió cómo unas manos tomaban su rostro, levanto su mirada y se cruzó con los dos pupilas avellanas que lo miraban con atención y preocupación.

Yibo.. tú también estabas bajo el efecto de la droga y eres menor – vio como fruncía el ceño – además.. fue solo un faje y.. já, ¿siquiera puedo llamarlo así? – rio suavemente– ¡mierda! me hiciste terminar jugando con mis pezones, ¿Cómo carajos lo hiciste?.

Yibo estaba en silencio. ¿Cómo debía tomar eso? ¿Era un halago? ¿Un reclamo? ¿Debía contestar en serio? ¿Quizás reír?¿Debía si quiera decir algo? ¡Ayuda!

Eres increíble – las palabras y la risa del mayor terminaron con sus dudas. Sonrió. No lo odiaba e incluso le había dicho que era increíble. Demasiada felicidad para un solo día.

𝕱𝖗𝖔𝖒 𝖆𝖕𝖗𝖎𝖑 𝟒  [𝔳𝔢𝔯𝔰𝔞𝔱𝔦𝔩𝔢𝔰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora